sábado, noviembre 20, 2010

Niños y prevención de drogras

Todavía no se sabe con exactitud por qué un niño consume drogas, lo que sí es cierto es que entre mayores motivos o riesgos se conjuguen más expuestos se encontrarán de usarlas.

Es una realidad que en la actualidad el consumo de drogas está empezando a edades más tempranas. Los especialistas resaltan los siguientes factores de riesgo:

Violencia o abuso sexual.
Falta de cuidado, cariño y apoyo familiar.
Problemas económicos.
Carencia de habilidades académicas.
Depresión.

Es importante que los padres acompañen a sus hijos pequeños en el aprendizaje del mundo que los rodea, ya que todas las vivencias del niño estarán marcadas por sus
experiencias. Los siguientes consejos pueden ser de ayuda:
Evite polarizarse en los cuidados. Los niños no necesitan que se les sobreproteja porque serán muy dependientes, pero tampoco los deje solos, porque así tendrán miedo a la vida.
Busque el término apropiado para su hijo.
Pregunte y escuche. Siempre obtenga el punto de vista o versión de su hijo sobre los distintos fenómenos o situaciones en las que se vea involucrado y oriéntelo al respecto.
Observe. Este es un buen hábito, enseñe a los niños aser observadores, proporcióneles confianza y ayuda para que resuelvan sus dudas y eviten riesgos.
Facilite la convivencia con otros niños. Busque actividades en las que participen niños de distintas edades, éstas fortalecen el vínculo con los demás y facilitan el desarrollo de las habilidades interpersonales.
Los niños y las niñas se sentirán motivados si los padres de familia y los demás adultos que los rodean muestran una actitud de interés por ellos, sus logros y actividades. La relación con sus hijos debe estar matizada por el cariño, la disposición y la paciencia para orientarlos y ayudarlos en sus problemas. Si usted observa que le cuesta trabajo comunicarse y dar afecto, busque ayuda, esto le evitará distintos problemas en el futuro, entre ellos, que su hijo consuma drogas. Recuerde que los padres son los primeros educadores de sus hijos, por lo que deben integrar en la familia valores que les permitan una convivencia social mejor; enseñar y confirmar hábitos de salud, cuidado, estudio, etcétera, y consolidar las habilidades y actitudes necesarias en la familia en un ámbito de comprensión y amor.
Los padres de familia no siempre cuentan con la información necesaria para educar a sus hijos.

Algunos de estos conocimientos los van adquiriendo en medida que sus hijos van creciendo. En los primeros cuatro años de vida de los niños, los padres les proporcionan atención asistencial, es decir, cuidado y apoyo.
Además, el amor y la calidez en estos primeros años de vida son esenciales para un sano desarrollo.
El lugar de las madres…
El vínculo de la madre con sus hijos es la base para que ellos maduren sin dificultades. El contacto físico y psíquico facilita el desarrollo de su personalidad y constituyen, desde los primeros momentos de vida, una incesante e indispensable fuente de experiencias sensoriales, psicointelectuales y psicoemotivas. El niño desde muy pequeñito sabe si es querido o no.
La presencia de las madres es fundamental, pues ellas transmiten al niño sentimientos de seguridad, su amor y afecto hacia sus hijos es vital.
¡Cuidado! Algunas madres confunden el amor con el abuso y a veces, hasta con el odio.
El lugar de los padres…
La influencia del padre y la madre en los hijos es distinta segúnla edad que el niño tenga. La armonía en el desarrollo de los hijos requiere de la intervención de ambos padres, cada uno de los ellos asume en el niño un lugar y una función insustituible. Los padres de familia deben ser un modelo con suficiente autoridad para exigir un comportamiento paralelo de sus hijos, pues son “ídolos”, tanto para los niños como para las niñas. El ejemplo del padre se transforma para el niño en autoridad y mandato tácito(que se sobre entiende), porque además de bondad o maldad, también descubre en él modelos que deberá seguir. Es sabido que el comportamiento de los padres debe ofrecer a los hijos una imagen de identificación suficiente para que lleguen a una aceptación total de la virilidad que éste representa.
Recuerde, los niños que viven en un ambiente familiar de mayor armonía estarán mucho más preparados para enfrentar cualquier circunstancia. La seguridad esencial para el
desarrollo de los niños. Los padres y madres de familia deben proporcionarles
a sus hijos seguridad para habitar el mundo adulto, pero además, hacer que se sientan queridos y aceptados, ofreciéndoles amor, aceptación y estabilidad.
Amor.
El amor es algo esencial para el niño, debe recibirlo de todos los que le rodean, en especial de la madre y el padre de familia.
Aceptación. Está relacionada con el amor, ya que si éste es auténtico, significa que también existe. Los niños tienen que sentirse aceptados y amados, no por lo que hacen, sino por lo que son, con su modo de ser y sus características concretas e individuales.
Estabilidad. Los niños y los adolescentes no alcanzan todavía un equilibrio interno, la estabilidad externa les ayuda a lograrlo y a saber hacia dónde van.
Si las normas que validan o invalidan las conductas es el humor de los padres, en un momento determinado surgirán leyes contradictorias imposibles de ser cumplidas al mismo tiempo. El peligro psicológico que acecha entonces a esta falta de consistencia es la frustración que da paso a sentimientos de incapacidad e impotencia, que disminuyen las posibilidades de afirmación del yo y a veces, sellan al hijo para toda la vida, pues tienen la impresión de que se le resta importancia a su persona. Cuando la falta de consistencia proviene de disparidad conyugal, ésta es particularmente peligrosa. No puede haber relaciones entre padres e hijos en una coalición parental que carezca de toda firmeza.
Amor, aceptación y estabilidad son los tres pilares de la seguridad, condición primordial para el desarrollo afectivo infantil. Según el grado de seguridad que se le brinde, el niño se convertirá en un adulto psicológicamente estable o no.
La autoestima de los niños. La autoestima tiene que ver con
el concepto que la persona tiene de sí misma, quienes tienen un buen concepto se valoran positivamente y se sienten seguros.


Los padres de familia son los referentes de sus hijos para la constitución de la autoestima, es decir, que son las personas más importantes para los niños, ya que si éstos se sienten aceptados y amados por sus padres, y reciben mensajes de valoración, se sentirán seguros de sí mismos. La autoestima de los niños se encuentra en desarrollo y tiende a consolidarse con las vivencias familiares y escolares, pero éstas a su vez también las afectan.
Aquí es donde los niños encuentran las formas de reaccionar las exigencias externas e internas de una forma habitual.
Fortalezca la autoestima
Exprese sus sentimientos. La comunicación de sentimientos permiten señalar a sus hijos lo que están sitiendo en ese momento.
Esta tarea puede ser gratificante si se hace de forma honesta y sin dañar. Evite juzgar, comparar, negar sus sentimientos, ridiculizar, elogiar excesivamente, adularle al mismo tiempo que le recuerda sus fracasos, hacer generalizaciones, atacar, insultar o amenazar.
Reconozca los sentimientos de sus hijos. Ellos desarrollan ciertas emociones al enfrentarse al mundo, algunas son muy claras, otras son difíciles de describir. En algunas etapas de su desarrollo los cambios a los que tienen que enfrentarse hacen que estén emotivos, por lo que debe entender y respetar sus sentimientos. Formule claramente lo que espera de ellos. Al solicitar algo debe expresarse de manera sencilla y directa.
Fomente la autonomía. Enseñar a los hijos los conocimientos y las habilidades que necesitan para desenvolverse al exterior de la familia, es una tarea básica de los padres que supone promover la confianza, fortalecer el sentido de éxito y reforzar las capacidades sociales.
La comunicación con los niños.
Muchos padres tienen dificultades para comunicarse con sus hijos. Un buen nivel de comunicación es una herramienta que fortalece a la familia contra el consumo de drogas.
Aprenda a escuchar a sus hijos, asegúrese de que su hijo se sienta cómodo transmitiéndole sus problemas o preguntas. Escuche atentamente lo que dice. Si no le cuenta sus problemas, tome la iniciativa y pregúntele sobre sus amigos, las actividades en la escuela, etcétera.
Destaque las cosas que sus hijos hacen bien y transmita mensajes claros, no utilice frases ambiguas, puede confundir a sus hijos.
Asimismo, evite la violencia en casa. El maltrato físico entre padres o de éstos hacia los hijos de manera recurrente no conduce a situaciones favorables, al contrario puede ocasionar una serie de problemas.
¡Cuidado no maltrate a sus hijos! Es fácil que los maestros, médicos y otras personas detecten cuando un niño es víctima de maltrato por las siguientes situaciones:
Tiene ausencias frecuentes a la escuela.
Tiene moretones, chichones y otro tipo de lesiones que difícilmente se justifican. Tiene cambios súbitos en el rendimiento escolar (un díatrabaja bien y al siguiente no quiere hacer nada).
Con gran frecuencia se aísla, esta triste o ansioso.
Muestra mal comportamiento y difícil de controlar.
Se distrae con regularidad, manifestando dificultad para concentrarse y pasa de una actividad a otra o de un lugar a otro.
Puede mostrarse temeroso y apático.
Cuando es centro de agresiones, puede reaccionar con violencia o por el contrario, con pasividad.
Nunca exponga a sus hijos a las amenazas, el miedo, la vergüenza y la burla, mucho menos a los golpes. No desatienda a sus hijos, el fracaso escolar puede llevarlos a serios problemas.
Cuando un niño tiene dificultades en la escuela, siempre existe una causa.
¡Cuide a sus hijos, el maltrato los puede llevar a situaciones difíciles de controlar: consumo de drogas, abandono del hogar y suicidio!

Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
drsigala@hotmail.com

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