Reducir el número de muertes maternas y mejorar el servicio de atención médica a las gestantes, son dos desafíos que el gobierno de México debe resolver.
Desde el año 2002, los índices de mortalidad materna están estancados en el país y no presentan una reducción notoria. Durante el año 2000, fueron registradas muertes de 49.8 mujeres, por cada 100 mil nacimientos.
Aun presentando variación en los números por muerte materna, en diferentes regiones del país, la Secretaria de Salud de México espera reducir este índice de mortalidad, al menos en un 10%.
Para tratar de reducir los índices actuales, el gobierno adoptó el Programa Nacional de Salud 2007-2012 que tiene como metas: reducir a la mitad la tasa de mortalidad materna en los 100 municipios con menor índice de Desarrollo Humano, aumentar en un 92% la atención de partos con equipos calificados y establecer redes de atención de calidad.
Para fortalecer las acciones de combate a la mortalidad materna, también fue presentado en mayo de 2009, el Programa para Prevenir la Mortalidad Materna.
Pero, a pesar de los esfuerzos por reducir esas muertes, México no ha tenido avances significativos en esta área.
Dada la gravedad del problema, que involucra también la falta de preparación y calidad en los servicios de atención obstétrica, el secretario de salud del país, José Ángel Córdova Villalobos, inauguró el Observatorio Ciudadano de Mortalidad Materna de Nuevo León.

En esa oportunidad él expresó, que para alcanzar un número igual o inferior a 22 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos, meta definida para México por los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), será necesario “acelerar el paso” y evitar que se den cerca de siete muertes (por cada 100 mil nacidos vivos), en los próximos tres años.
Para agravar la situación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) denunció ante el gobierno un caso de error médico en el Hospital General de Tulancingo, (edo. Hidalgo), que provocó la muerte de un feto de 24 semanas, por inducción del parto prematuro. Después de investigar el caso, la CNDH cree que hubo violación al derecho y a la protección de la salud de la mujer y violación del derecho a la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asocia la mortalidad materna a la marginación, pobreza de las mujeres y a las deficiencias en las políticas dirigidas a la salud sexual y reproductiva.
La entidad también estimó que las mujeres solteras y marginadas, las adolescentes y las trabajadoras del sexo enfrentan más dificultades en el acceso a la asistencia obstétrica.Según la OMS, 99% de las 500 mil muertes maternas anuales durante el parto, se dieron en países en desarrollo, donde falta atención médica y profesionales calificados.
Las principales causas de muerte materna son complicaciones obstétricas, como hemorragia pos-parto, infecciones, eclampsia, prolongación u obstrucción del parto, o las consecuencias de un aborto de riesgo.
Enfermedades como anemia, malaria, VIH/Sida y otras, también aumentan el riesgo de muerte materna.
Desde el año 2002, los índices de mortalidad materna están estancados en el país y no presentan una reducción notoria. Durante el año 2000, fueron registradas muertes de 49.8 mujeres, por cada 100 mil nacimientos.
Aun presentando variación en los números por muerte materna, en diferentes regiones del país, la Secretaria de Salud de México espera reducir este índice de mortalidad, al menos en un 10%.
Para tratar de reducir los índices actuales, el gobierno adoptó el Programa Nacional de Salud 2007-2012 que tiene como metas: reducir a la mitad la tasa de mortalidad materna en los 100 municipios con menor índice de Desarrollo Humano, aumentar en un 92% la atención de partos con equipos calificados y establecer redes de atención de calidad.
Para fortalecer las acciones de combate a la mortalidad materna, también fue presentado en mayo de 2009, el Programa para Prevenir la Mortalidad Materna.
Pero, a pesar de los esfuerzos por reducir esas muertes, México no ha tenido avances significativos en esta área.
Dada la gravedad del problema, que involucra también la falta de preparación y calidad en los servicios de atención obstétrica, el secretario de salud del país, José Ángel Córdova Villalobos, inauguró el Observatorio Ciudadano de Mortalidad Materna de Nuevo León.

En esa oportunidad él expresó, que para alcanzar un número igual o inferior a 22 muertes maternas por cada 100 mil nacidos vivos, meta definida para México por los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), será necesario “acelerar el paso” y evitar que se den cerca de siete muertes (por cada 100 mil nacidos vivos), en los próximos tres años.
Para agravar la situación, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) denunció ante el gobierno un caso de error médico en el Hospital General de Tulancingo, (edo. Hidalgo), que provocó la muerte de un feto de 24 semanas, por inducción del parto prematuro. Después de investigar el caso, la CNDH cree que hubo violación al derecho y a la protección de la salud de la mujer y violación del derecho a la vida.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asocia la mortalidad materna a la marginación, pobreza de las mujeres y a las deficiencias en las políticas dirigidas a la salud sexual y reproductiva.
La entidad también estimó que las mujeres solteras y marginadas, las adolescentes y las trabajadoras del sexo enfrentan más dificultades en el acceso a la asistencia obstétrica.Según la OMS, 99% de las 500 mil muertes maternas anuales durante el parto, se dieron en países en desarrollo, donde falta atención médica y profesionales calificados.
Las principales causas de muerte materna son complicaciones obstétricas, como hemorragia pos-parto, infecciones, eclampsia, prolongación u obstrucción del parto, o las consecuencias de un aborto de riesgo.
Enfermedades como anemia, malaria, VIH/Sida y otras, también aumentan el riesgo de muerte materna.
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