martes, marzo 06, 2012

Profesor José Rosario Palos de Anda

Por José Alvarado Montes

Cuando niño oía con atención a mi padre o a las personas mayores contar los sucesos que eran noticia en la población, como la de aquel sacerdote que tiraba a la banqueta una moneda de plata y cuando una inocente mano trataba de coger recibía una descarga eléctrica que le paraba los pelos de punta y lo hacia huir despavorido, muchos años después supe que ese personaje era Don Ignacio Rosales, capellán Mayor del Santuario 1833 – 1845 querido y respetado por su sabiduría y virtudes, experimentaba con la electricidad, desconocida en el lugar.

Siempre me ha interesado la gente de mi comunidad y se que hay existencias importantes como la del Profesor José Rosario Palos que con una respetable edad y mente lucida es una memoria de la ciudad y como tal, ha observado los hechos cotidianos, aunque sorprendido con la gente de hoy que se distingue por la prisa que trae con el afán de abreviar todo por lo vertiginoso de la vida. Nació en 1928 en el seno de un hogar católico, cuando estaba en su auge la llamada Guerra Cristera y la población sufría toda clase de calamidades y se encontraba horrorizada por tantas muertes entre ellas la del Padre Esqueda hoy nuestro Santo.

Al crecer fue descubriendo a su pueblo, respiró el aire perfumado que expedía una multitud de naranjos en flor que engalanaba la plaza de armas, sala principal y orgullo de la ciudad, lugar obligado de citas comerciales, sociales o de noviazgo, con sus serenatas dominicales y bandas de música , lugar exclusive de los lugareños vocación hoy por hoy desaparecida. El vio el rio San Juan caudaloso y limpio y años atrás navegable, flanqueado en sus orillas por altos y blancos Álamos y frondosos sauces, con sus huertas sembradas de hortalizas que invariablemente se inundaban por las crecientes en tiempos de aguas.

Curso sus primeros estudios en el Colegio Independencia Sección Niños, los sábados y domingos tenia la obligación de asistir a las clases de Doctrina Cristiana emanada del Catecismo del Padre Ripalda y a conocer pasajes de la Historia Sagrada, por las noches era costumbre el rezo del Santo Rosario, la Navidad con sus posadas y regalos del 25 de diciembre y Reyes Magos eran festejos fantásticos para la chiquillada.

A las personas mayores se les respetaba y a los familiares y sacerdotes se les besaba la mano, si por las calles se llevaba al Santísimo al enfermo o al moribundo una campanita anunciaba a su paso y todo transeúnte se arrodillaba, lo mismo se hacia al toque de la bendición a las 9: de la noche y era costumbre que las campanas marcaran el ritmo del día.

Como joven disfrutó las fiestas de mayo, las del 15 de agosto, fiestas locales con castillos, fuegos artificiales, quema de toritos, baile de gigantes y cabezones, con sus pantomimas personificadas por gente del pueblo, las corridas de toros en las fiestas del Carnaval, con sus serenatas, música, flores, confeti, serpentinas y cascarones, las centenarias fiestas de la Feria y de la Candelaria; en ese tiempo era una costumbre y un lujo que las puertas de las casas permanecieran abiertas de par en par y alegrado por el canto de los pájaros.

El aire esparcía los olores de los guisos que preparaban las amas de casa, las 2 de la tarde era la hora de comer, y poco después tomaba su lugar el olor a panrecién horneado en las diferentes panaderías de la población, otro olor característico el de tierra mojada, el de zacate quemado por los hortelanos en las huertas del rio.

Llegó a la edad de proseguir sus estudios y se marcho a la Ciudad de México y fue alumno del Politécnico Nacional lo que le dio el conocimiento necesario para luchar en los diferentes quehaceres que le ofrecería la vida donde demostró su valía y honradez, fue notario del Sr. Cura Esteban Sánchez , Párroco que se involucro en forma decidida en el desarrollo material de la ciudad donde este personaje jugó un papel muy importante. El profesor Rosario contrajo matrimonio y formo su familia; maestro de educación media y fue factor fundamental en la creación de la primera preparatoria y su labor fue reconocida por la Universidad de Guadalajara, la vida continua, enviuda, pierde hijos, hermanos y familiares muy cercanos. Es testigo presencial de los cambios y costumbres de la sociedad así como la arquitectura y el crecimiento de la población, Comenta por televisión vivencias propias y extrañas con valor y libertad.

Otro medio de comunicación es el Semanario Local Ágora, escribe sobre los sucesos pasados y actuales, lo asentado ahí no es a su juicio si no lo toma de la realidad misma,; comprende que costumbres ,tradiciones , educación y la forma de vida de su juventud ha sido barrida por el empuje de los nuevos tiempos, la sociedad esta en deuda con El por su generosidad y esfuerzo , por su entrega y amor a su tierra, la historia esta aquí solo faltan memorias e historiadores que la cuentan y el Profesor es uno de ellos . Su nombre es JOSE ROSARIO PALOS DE ANDA

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