Veamos: tras haber contestado con actitud defensiva e
injustificable a tus inocentes cuestionamientos procederé
a reivindicarme:
Entonces, si me lo permites, este intento considerémoslo
como “corte y toma 2”:
¿Qué es lo que deseo? Esa fue la pregunta inicial.
Me permitiré cuantificar mis deseos, en donde cabe
hacer mención, que sólo enlisto algunos y esto sucede
conforme los voy recordando:
1. Escribir un libro, no uno cualquiera, sino uno
que logré unificar al lector con la historia, que lo haga
parte de su vida por un período indefinido, de esos
libros que cuando terminan de leerse implican un vacío,
porque te enamoraste tanto de la narrativa del autor que
momentáneamente te quedas sin nada y aún será muy
pronto para considerar la sustitución de la vacante.
2. Viajar y por ende contemplar directamente
las bondades que ello implica; internarme de manera
espontánea en comunidades, ciudades, bosques,
selvas… con paquetes “todo incluido” o sin ellos.
3. Aprender la mayor cantidad posible de oficios
o por lo menos, tener una noción práctica,
llenarme las manos de tinta,
tierra, lodo, químicos…
que sé yo, yo sólo quisiera
comerme al mundo, no
de una sola mordida ,
no, yo quiero hacer una
cata especial, quiero
verificar la
profundidad y
limpidez de su color,
la intensidad de su aroma y comprobar si su sabor es tan suave o astringente
como dicen algunos.
4. Asociarme con personas que sean reflejo de
mi propia esencia, que al verles directamente a los ojos
pueda reconocerme en su mirada.
Como podrás apreciar, soy más anticuada de lo que
me cuesta reconocer, por dicha razón, creo que podré:
· Escribir un libro que nadie leerá.
· Viajar pero decepcionarme de las aventuras
ordinarias.
· Aprender pero jamás darle una aplicación útil a
dicho conocimiento.
· Asociarme con hombres y mujeres de
personalidades inesperadas a las que después de un
tiempo, ni siquiera podré o tendré ganas de hablarles
y mucho menos considerar la opción de mirarles a los
ojos.
Podría hacer referencia a infinidad de deseos, pero
hasta este punto no sé si he dado una respuesta digna a
tu pregunta o si ya me encuentro demasiado expuesta,
por eso:
-
Si contestas este correo en:
a) 1 día: te intriga mi respuesta –para bien o para
mal- y requieres un recuento de los daños.
b) 2 días: Son tan poco elocuentes mis palabras
que un día no es suficiente para indicarme
–formalmente- por supuesto, lo
incongruente que resultan.
c) 3 o más días: Empiezas
a creer que la impresión que
empezabas a formar de mi,
definitivamente no concuerda
y dejas que pasen los días
de forma desapercibida
hasta que mucho tiempo
después recuerdas que no
contestaste este correo y
te preguntas porque no
lo has hecho… lo relees
y entonces entiendes
que no valía la pena
responderlo, ni antes,
ni en ese momento,
ni después.
Comentarios: laura.esle@ hotmail.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario