martes, noviembre 13, 2012

El Papiloma humano, la vacuna en niñas

Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
 

A partir del siglo pasado, la investigación científica descubrió como es que se desarrollaba el cáncer, observando cómo a partir de células normales en cualquier órgano o tejido, algunas células cambiaban de manera anormal, reproduciéndose rápidamente hasta formar un tejido anormal o tumoración que continuaba creciendo y contagiando a otras células distantes de otros órganos, lo que se denomina metástasis y finalmente causar la muerte, algunos cánceres a corto plazo y otros de manera más tardía, pero finalmente con los mismos resultados. 

Después se observó que algunas cosas específicas eran la causa de la malignización celular, entre ellas la radiación solar en la piel, el tabaco y la contaminación del aire al pulmón y laringe, la radiación, entre muchas otras reales y otras muy poco frecuentes, raras y hasta falsas, pero que han servido para diversos mensajes de advertencia exagerada, entre ellos las cacerolas de aluminio, el pet de las botellas, el plástico, la radiación que desprenden microondas, teléfonos celulares, la televisión, etc. Tanto que he visto personas que arman un alboroto, oponiéndose a la instalación de antenas de telefonía pero que usan dicha telefonía y se quejan de mala recepción. 

En las mujeres, el cáncer cérvicouterino fue la principal causa de muerte hasta que fue desplazado por el de mama, pero aun así ocupa el segundo lugar de riesgo, haciéndolo una causa muy peligrosa, sobre todo cuando la mujer no se examina ginecológicamente al menos cada año, incluyendo el estudio de Papanicolaou, lo cual sucede entre muchas personas de bajos recursos y en diversas comunidades donde incluso los maridos o parejas les prohíben a sus mujeres acudir al médico y menos acudir a las campañas de prevención de la Secretaría de Salud. 

Hace ya algunos años, se descubrió que el cáncer cérvicouterino se origina por un virus llamado del papiloma humano, del cual existen más de 40 tipos distintos y que son causantes de verrugas y mezquinos, pólipos laríngeos y de tubo digestivo y en genitales y ano, verrugas comunes, verrugas genitales o crestas de gallo y condilomas masivos, estos últimos los causantes del cáncer y originados por cualquiera de los pocos tipos que propician el tumor maligno. 

El virus se presenta en hombres y mujeres, contagiándose por contacto sexual y muchas mujeres sanas pueden contagiarse por su pareja sin darse cuenta, tanto que se calcula que 7 de cada 10 mujeres adultas han tenido contacto con el virus y de estas, la mitad lo han desarrollado estando en riesgo de cáncer. 

Claro que quienes se hacen el Papanicolaou anualmente, están atentas a cualquier cambio que ponga al médico en alerta y pueda ofrecer el tratamiento temprano y así disminuir el riesgo de cáncer generalizado y de muerte. 
Hace pocos años, tras descubrirse la causa viral de esta enfermedad maligna, se desarrolló una vacuna que en principio se ofrecía a mujeres adultas jóvenes que no habían iniciado actividad sexual, observando que quedaban protegidas contra el virus del papiloma humano o VPH, después se observó que aplicándola a menor edad, la protección era mayor y prácticamente permanente, pero después se probó en mujeres que ya tenían hijos, observando que aun cuando ya habían estado en contacto con el VPH, el riesgo de que este penetrara a tejidos profundos del cuello uterino, disminuían y con ello la probabilidad de que se desarrollara el cáncer, ya que la vacuna en mujeres adultas y con vida sexual activa e incluso con hijos, les da un buen porcentaje de protección, no igual que a las niñas y jóvenes que no han iniciado Relaciones sexuales, pero al menos las aleja del riesgo de pérdida de órganos internos y la muerte. 

Actualmente se recomienda la aplicación de la vacuna en niñas de 8-9 años en adelante y hasta mujeres de 40 años y en niños de 8-9 años hasta adolescentes o jóvenes que preferentemente no hayan iniciado actividad sexual. La razón de aplicarlo en los varones es evitar que se contagien y sean los portadores tempranos y tardíos del virus, con lo que se evitará que sus parejas se contagien y desarrollen cáncer. Actualmente se lleva a cabo la campaña nacional de vacunación en la cual se ha incluido la vacuna contra el VPH y vale la pena saber que esta vacuna debe aplicarse en tres dosis, una en cualquier momento, la segunda al mes de la primera y la tercera al sexto mes, incluso cuando se aplicó el esquema en la niñez, se recomienda un refuerzo en la adolescencia o juventud. 
El sector salud generalmente sólo aplica dos dosis, y si bien el costo de la vacuna es elevado, hay que considerar que al aplicársela correctamente, se está adquiriendo un seguro de vida y evitando el cáncer que ocupa el segundo lugar de causa de muerte en la mujer y eso sin contar el malestar y pérdida de la matriz en el camino, aunque en mujeres mayores de 20-25 años, deberá hacerse anualmente la revisión ginecológica y estudio de Papanicolaou y en mayores de 40, agregar la mastografía anual para prevenir el cáncer de mama. 
Tratándose de mujeres adultas, acérquense al ginecólogo y hágase su examen cada año, en el caso de niñas y adolescentes, consulte al ginecólogo pediatra y donde no haya, consulte al pediatra.

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