Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
A partir del siglo pasado, la investigación científica descubrió
como es que se desarrollaba el cáncer, observando cómo a
partir de células normales en cualquier órgano o tejido, algunas
células cambiaban de manera anormal, reproduciéndose
rápidamente hasta formar un tejido anormal o tumoración que
continuaba creciendo y contagiando a otras células distantes
de otros órganos, lo que se denomina metástasis y finalmente
causar la muerte, algunos cánceres a corto plazo y otros
de manera más tardía, pero finalmente con los
mismos resultados.
Después se observó que algunas
cosas específicas eran la causa
de la malignización celular, entre
ellas la radiación solar en la piel, el
tabaco y la contaminación del aire
al pulmón y laringe, la radiación,
entre muchas otras reales y
otras muy poco frecuentes, raras
y hasta falsas, pero que han
servido para diversos mensajes
de advertencia exagerada, entre
ellos las cacerolas de aluminio,
el pet de las botellas, el plástico,
la radiación que desprenden
microondas, teléfonos celulares,
la televisión, etc. Tanto que he visto
personas que arman un alboroto, oponiéndose a la
instalación de antenas de telefonía pero que usan dicha telefonía
y se quejan de mala recepción.
En las mujeres, el cáncer cérvicouterino fue la principal
causa de muerte hasta que fue desplazado por el de mama,
pero aun así ocupa el segundo lugar de riesgo, haciéndolo
una causa muy peligrosa, sobre todo cuando la mujer no se
examina ginecológicamente al menos cada año, incluyendo el
estudio de Papanicolaou, lo cual sucede entre muchas personas
de bajos recursos y en diversas comunidades donde incluso los
maridos o parejas les prohíben a sus mujeres acudir al médico
y menos acudir a las campañas de prevención de la Secretaría
de Salud.
Hace ya algunos años, se descubrió que el cáncer
cérvicouterino se origina por un virus llamado del papiloma
humano, del cual existen más de 40 tipos distintos y que son
causantes de verrugas y mezquinos, pólipos laríngeos y de tubo
digestivo y en genitales y ano, verrugas comunes, verrugas
genitales o crestas de gallo y condilomas masivos, estos últimos
los causantes del cáncer y originados por cualquiera de los pocos
tipos que propician el tumor maligno.
El virus se presenta en hombres y mujeres, contagiándose
por contacto sexual y muchas mujeres sanas pueden contagiarse
por su pareja sin darse cuenta, tanto que se calcula que 7 de
cada 10 mujeres adultas han tenido contacto con el virus y de
estas, la mitad lo han desarrollado estando en riesgo de cáncer.
Claro que quienes se hacen el Papanicolaou anualmente, están
atentas a cualquier cambio que ponga al médico en alerta y pueda
ofrecer el tratamiento temprano y así disminuir el riesgo de cáncer
generalizado y de muerte.
Hace pocos años, tras descubrirse la causa viral de esta
enfermedad maligna, se desarrolló una vacuna que en principio
se ofrecía a mujeres adultas jóvenes que no habían iniciado
actividad sexual, observando que quedaban protegidas contra
el virus del papiloma humano o VPH, después se observó que
aplicándola a menor edad, la protección era mayor y prácticamente
permanente, pero después se probó en mujeres que ya tenían
hijos, observando que aun cuando ya habían estado en contacto
con el VPH, el riesgo de que este penetrara a tejidos profundos
del cuello uterino, disminuían y con ello la probabilidad
de que se desarrollara el cáncer, ya que la
vacuna en mujeres adultas y con
vida sexual activa e incluso con
hijos, les da un buen porcentaje
de protección, no igual que a
las niñas y jóvenes que no han
iniciado
Relaciones sexuales, pero
al menos las aleja del riesgo de
pérdida de órganos internos y la
muerte.
Actualmente se recomienda la
aplicación de la vacuna en niñas de
8-9 años en adelante y hasta mujeres
de 40 años y en niños de 8-9 años
hasta adolescentes o jóvenes que
preferentemente no hayan iniciado
actividad sexual. La razón de aplicarlo en los
varones es evitar que se contagien y sean los portadores
tempranos y tardíos del virus, con lo que se evitará que sus
parejas se contagien y desarrollen cáncer.
Actualmente se lleva a cabo la campaña nacional de
vacunación en la cual se ha incluido la vacuna contra el VPH y
vale la pena saber que esta vacuna debe aplicarse en tres dosis,
una en cualquier momento, la segunda al mes de la primera y
la tercera al sexto mes, incluso cuando se aplicó el esquema
en la niñez, se recomienda un refuerzo en la adolescencia o
juventud.
El sector salud generalmente sólo aplica dos dosis, y si bien
el costo de la vacuna es elevado, hay que considerar que al
aplicársela correctamente, se está adquiriendo un seguro de vida
y evitando el cáncer que ocupa el segundo lugar de causa de
muerte en la mujer y eso sin contar el malestar y pérdida de la
matriz en el camino, aunque en mujeres mayores de 20-25 años,
deberá hacerse anualmente la revisión ginecológica y estudio de
Papanicolaou y en mayores de 40, agregar la mastografía anual
para prevenir el cáncer de mama.
Tratándose de mujeres adultas, acérquense al ginecólogo y
hágase su examen cada año, en el caso de niñas y adolescentes,
consulte al ginecólogo pediatra y donde no haya, consulte al
pediatra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario