Benedicto XVI
Que tal amigos es un gusto poder expresar un mensaje
para todos los jóvenes en éste mes, el otro día me
encontraba con mis alumnos y cuestionábamos por qué
México tiene una imagen tan mala, analizábamos el libro de
EL PAÍS DE UNO, de Denise Dresser, me motivo a escribir,
por eso agradezco a la revista Presencia alteña de permitirme
expresar este pensamiento; analicemos en nuestro país:
Muchos prefieren criticar a quienes gobiernan en vez
de involucrarse para hacerlo mejor, eligen la pasividad
complaciente, en lugar de la participación comprometida,
la única esperanza está en esos mexicanos, empeñosos y
valerosos, aquellos que participan en movimientos a favor de
la vida y la familia, de la seguridad
y de la paz, nunca dudemos que
un pequeño grupo de ciudadanos
pensantes y comprometidos pueden
cambiar al mundo, es la única cosa
que lo ha hecho, dispuestos a llevar
a cabo pequeñas acciones que
produzcan grandes cambios.
Yo creo que ser de clase media
en un país con más de 50 millones
de pobres es ser privilegiado y los
privilegiados tienen la obligación
de regresar algo al país, que les
ha permitido tener esa posición.
Porque, ¿para qué sirve la
experiencia, el conocimiento, el
talento, sino se usa para hacer de
México un lugar más justo?, ¿ Para qué sirve el ascenso
social si hay que pararse sobre la espalda de otros para
conseguirlo?, ¿ Para qué sirve la educación sino se ayuda
a los demás a obtenerla?, ¿ Para qué sirve ser habitante
de un país que no asume la responsabilidad compartida de
asegurar vidas dignas de allí?
Hay que creer en el poder de llamar a las cosas por
su nombre, de descubrir la verdad aunque haya tantos
empeñados en esconderla. De decirle a los corruptos que lo
han sido; de decirle a los rapaces que deberían de dejar de
serlo, de decirle a quienes han gobernado mal a México que
no tienen derecho a seguir haciéndolo, porque los buenos
gobiernos se construyen con base en buenos ciudadanos
y sólo los inconformes lo son. La insatisfacción lleva a la
participación; al enojo, a la contribución; el malestar a la
necesitad de cambiarlo.
Creo firmemente que personas comunes y corrientes
pueden lograr cosas extraordinarias, creo que mientras existan
individuos así, encendidos, comprometidos, preocupados, el
contagio continuará, poco a poco y a empujones como todo
lo que vale la pena, yo creo que un día no tan lejano, quizá
habrá un diputado que suba a la tribuna y exija algo en nombre
de la gente que lo ha elegido. En lugar de mirar con quién se
codea en el poder, mirará a quienes lo llevarán allí. Y México
será otro país, otro.
Y durante demasiado tiempo, México ha sido un país
rentado para sus habitantes. Ha pertenecido a sus líderes
políticos, a sus tlatoanis tribales y a sus colonizadores ya
sus liberales, sus dictadores, a sus presidentes imperiales,
a sus partidos y elites. No ha pertenecido a sus ciudadanos.
Por eso pocos lo cuidan, pocos lo sacuden, pocos lo aspiran,
pocos lo lavan, pocos lo enceran,
pocos piensan que es suyo, pcoos
lo tratan como si lo fuera, por que
nadie nunca ha lavado un carro
rentado, pero quienes saben que
él país es suyo no viven con el lujo
del descuido.
Es momento de reflexionar
sí tal vez hay mucha maldad y
desesperanza pero tu y yo estamos
para ser la diferencia… y bueno
a comprometerse a finalizar éste
año 2012 con gran entusiasmo y
empezar el próximo con más ganas
si vas a proponer un cambio guíate
d ela mano deDios, no olviden que
el Santo Padre ha declarado Año
de la fe; asumamos ésta exhortación para su vivencia en
este año, con criterios muy simples que nos permitirán una
mayor cercanía de la fe, a) participar en misa, b) acudir a la
confesión, c) conocer más a los santos, d) leer la biblia cada
día, e) conocer los documentos del concilio Vaticano II, f)
estudiar el catecismo, g) hacer voluntariado en tu comunidad,
h) ayudar a los más necesitados, i) invitar a misa a los amigos,
j) encarnar las bienaventuranzas.
Hoy más que nunca México necesita jóvenes de fe y de
compromiso para que el día de mañana sean esos diputados
que hablan en nombre de la verdad, que no tengan miedo de
sacar a cristo a la calle, ya lo mencionaba creo firmemente
en la s personas comunes y corrientes pueden lograr cosas
extraordinarias, es por eso amigo lector, ya basta de la imagen
que los extranjeros tienen de nosotros, es hora de que lo
cristianos salgan todos de su escondite, salgan ya y griten al
buena nueva y en alto su bandera que no habrá nadie quien
se las quite muy al contrario les aseguro que ahora vendrá
el desquite, basta ya de esconder bajo la mesa, somos luz
y hay que alumbrar esa es la orden y nada de
vaciladas que para eso fuimos llamados, ponte la
armadura espiritual ya es la hora de entrar… son muy
ciertas las palabras de Denise, ni dudemos que un
pequeño grupo de pensantes logren transformar al
mundo, amigo sólo es cuestión de querer, de tener
la vista en lo alto, de no olvidarte de
tus principios y valores, no importa la
posición sino la disposición para hacer
las cosas, Cristo nunca nos llamo para
ser cobardes, el reino de los cielos es
de valientes, hombre y mujeres, niños
y ancianos todos estamos llamados
a éste cambio, el día que México
tenga esa clase de jóvenes, muchos
podremos decir que nuestro Pais es de
uno, cuidémoslo y vivamos realmente
el mensaje del Beato Juan Pablo II:
México sabe cantar, sabe orar pero lo
que más abe es gritar, Mexico siempre
fi el a Dios.
Quisiera finalizar éste escrito
diciéndoles que a lo mejor no soy muy
bueno en semántica, lo reitero un avez
más, les agradezco a todos su atención
y no olviden vivir ése año de la fe con
entusiasmo, hace poco beatifi caron a
Juan Pablo II, una vez más no s han
demostrado grandes hombres como
él, que si se puede llegar a la santidad,
muchos dicen que ya paso de moda,
al contrario hoy la Iglesia exige más
ejemplos de santidad, por eso te invito
a estar en constante estado de gracia,
eso nos ayudará ser mejores personas,
no lo dudes...gracias.
Diego Armando Loza Hernández
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