Desde hace unos años, los ‘smartphones’, las tabletas y
demás tecnología se han convertido en un regalo recurrente
para los niños. Con la visita de los regalos de Navidad
su demanda aumenta. Y YO como padre de familia, al
regalarles a mis hijos estos aparatos me di a la tarea de
investigar sobre el teme y me encontré este artículo que
se me hizo interesante,
el cual les comparto,
para que cada quien
tomemos nuestras
precauciones.
La principal
preocupación de los
padres respecto a su
uso viene relacionada
con la seguridad que
ofrecen. Por eso,
especialistas de la
Policía Nacional han
elaborado diez pautas
para que padres e
hijos sepan cómo
manejar la tecnología
sin correr peligro. Los
agentes del equipo
de Redes Sociales
y los responsables
del Plan Director, un
programa de seguridad
e información promovido por la Policía Nacional que tiene
el objetivo de concienciar a los más jóvenes, han sido los
encargados de redactar el documento.
Los 10 mandamientos:
Qué aplicaciones no pueden ver; la existencia de
programas para limitar el acceso y la importancia de no
facilitar sus datos. Entre los consejos que han publicado
destacan que debe existir un diálogo previo entre los padres
y los hijos para establecer qué aplicaciones no pueden
ver y los peligros o, incluso, delito en los que pueden
incurrir; la existencia de programas para limitar el acceso
a determinados contenidos y la importancia de utilizar cada
cosa en su momento y de no facilitar sus datos. Este es el
decálogo al completo:

-El menor debería tener claro dónde, cómo y cuándo
puede –o es oportuno- utilizar su nuevo equipo y
protegerlo de posibles
extravíos y accesos
indeseados. Si lo
va a llevar consigo
fuera del domicilio,
dependerá de su
edad, circunstancias
del momento o
compañía adulta,
entorno… De igual
forma, debe anotar
datos identifi cativos
del aparato y bloquear
su uso con una clave
que solo deberían
conocer él… y sus
tutores o adulto que
le acompañe en su
introducción a la
tecnología.
-Lo mejor es que
desde el principio
se acuerden entre
ambas partes (menores/adultos) unas normas de uso, en
base a unos criterios de seguridad y racionalidad (que sea
adecuado por el entorno y el saber estar) que, cuanto más
mayores sean, más se razonarán y consensuarán con ellos,
con mayor libertad e intimidad. Cada cosa en su momento o
a una edad...
-Los adultos deberían saber y elegir las distintas
opciones de la operadora, así como las aplicaciones,
programas y servicios que se instalan o contratan y las
condiciones de las mismas. Saber la utilidad y contenido de
las mismas, para así intuir los riesgos que se asumen. Si los
mayores lo desconocen, siempre pueden preguntar a otros
que entiendan más de tecnología o en tiendas.
-Cuanto menor es el nuevo usuario, mayor
supervisión, acompañamiento y concienciación
necesitará en el uso que hace del ‘smartphone’, ‘tablet’, ordenador, consola, cámara…
de para qué lo usa, con quién, qué
información se intercambia… Un
buen criterio para que el menor
sepa si usa esa tecnología de forma
adecuada o no es que si lo viera una
prima o tía suya de 25-30 años, no le
escandalizara o preocupara.
-En el caso de los más pequeños,
los padres pueden instalar
programas que fi ltren el acceso
a webs y contenido inapropiado
o peligroso, así como que faciliten
el control parental. En caso de duda
o necesidad, el menor debería
tener adultos de confi anza a los
que consultar (entorno familiar o
escolar).
-Si es aún es muy pequeño, el
nuevo usuario debe asumir que sus tutores tengan acceso
global al contenido y uso del móvil, tableta u ordenador.
Además, se ha de procurar que lo usen en espacios públicos
o abiertos de la casa, fácilmente accesibles a los mayores,
que deben supervisar o acompañar de forma continuada
a los niños e ir cediendo libertad o intimidad según se va
creciendo y adquiriendo responsabilidad y consciencia de
los riesgos.
Decálogo para el uso correcto de los medios.
-El menor debe conocer no sólo los riesgos que puede
encontrarse –y debe evitar- al utilizar su nuevo equipo, sino
también asumir que debe ser responsable y respetuoso
al relacionarse con el resto, así como en la convivencia
con sus conocidos… (Si es aún pequeño, sólo debería
interrelacionarse con estos). Cualquier ataque, humillación,
chantaje o broma muy pesada –EL CIBERACOSO- a otra
persona es intolerable y puede llegar a ser delito.
-Es muy importante acordar y razonar con el menor
unas normas racionales y respetuosas hacia todos sobre
hacer fotos y vídeos, compartir con otras personas sus
imágenes y, por supuesto, la no distribución de aquellas que
sean de otros sin su autorización o que puedan perjudicar
irreversiblemente la imagen de cualquiera. No solo explicar
que se puede incurrir en DELITO , sino la importancia
del RESPETO al resto (no hagas a los demás lo que no te
gustaría sufrir).
-Al menor debemos
alertarle sobre los riesgos
de fraude o condiciones
que se asumen –de
forma consciente o noal
facilitar sus datos a
personas o compañías,
contratar servicios y
comprar on-line, así como
enseñarle las pautas de
seguridad fundamentales
en el comercio electrónico,
ya sea con empresas o
entre particulares. También
debemos alertarle del
‘malware’ (virus, troyanos)
y ‘spam’ que se encontrará
en la navegación y de las
técnicas de ingeniería social
existentes para engañar al
internauta.
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