El nombre de Tlacotalpan proviene de la voz náhuatl Tlaco,
mitad o en medio; Tal, tierra; Pan, en; traduciéndose como “En
la Mitad de la Tierra”. Antiguo territorio Totonaca, hasta el siglo
XII D.C., en los siglos XII y XIV, fue ocupado por los toltecas.
Era cabecera de Atlizintla (Hoy Alvarado), Xiuhbiapan,
Ahuatcopan, Pozutla y Tlazintlata. Luego de tomar Cempoala
y Cotaxtla, Axayácatl hijo de Moctezuma y heredero del trono
sometió al antiguo asentamiento indígena en 1475, al que puso
el nombre de Tlacotalpan.
Poco después de la conquista española el poblado fue
encontrado por Alonso Romero, cuya familia gobernó el lugar
hasta aproximadamente mediados del siglo XVI. En 1541 se estableció el
Corregimiento, que poco después se convirtió en la Alcaldía Mayor.
En los primeros años de la Colonia la población estaba dispersa en las
orillas del río, pero existía ya un pequeño núcleo compartiendo la iglesia de
San Cristóbal, la Capilla de la Virgen de la Candelaria y la plaza principal,
éste era llamado Barrio Arriba. El de Abajo era en de los nativos; ahí se
encontraba la parroquia de San Miguel Arcángel con su jardín.
A principios del siglo XVII el Gobierno Virreinal intentó que Tlacotalpan
quedara sujeto a Cosamalopan, pero los nativos lo impidieron. Este
siglo se distingue por la creación de las haciendas La Estanzuela y San
Juan Zapotal, así como el crecimiento de la población de españoles, la
construcción de barcos y la persistente guerra de España contra Inglaterra,
que hace que desembarquen los filibusteros (piratas en los mares de
América en los siglos XVII y XVIII), en Alvarado y ataquen e incendien
Tlacotalpan.
En 1774 se desbordó el río Papaloapan y años después, en 1788
ocurre el terrible incendio, por lo que se ordena que en lo sucesivo se
construyan las casas de mampostería, de esta época datan amplias
casonas con pilares y arcos de medio punto, techadas de tejas.
A finales del siglo XVIII Tlacotalpan contaba con 3 mil habitantes,
la traza urbana ya se vislumbraba como actualmente se encuentra,
Tlacotalpan obtiene el título de pueblo curato hacia finales del siglo XVIII,
en estos años el pueblo se llamó San Cristóbal de Tlacotalpan, contaba
con más de 35 tiendas pulqueras, mismo que incrementó a lo largo del
siglo XIX, hasta convertir a Tlacotalpan en la ciudad más próspera del
sotavento veracruzano.
Escritos informan que la población de Tlacotalpan se caracterizaba por
ser boyante, amable y en estrecha relación con el Puerto de Veracruz.
Los viajeros la llegaron a comparar con ciudades españolas, admirando
la belleza de las mujeres y el típico estilo de sus construcciones. Juan
Bautista Topete y Carballo, nacido en Tlacotalpan, inició es España el
movimiento revolucionario de 1868 con los Generales Prim y Serrano,
sublevando a la marina, derrocó a Isabel II e hizo de Tlacotalpan su centro
de operaciones contra los insurgentes.
Guadalupe Victoria fundó una de las primeras escuelas de la Marina
Mexicana, por dos años realizaron prácticas que hacían a bordo de la
embarcación “Papaloapan”. Miguel Z. Cházaro ilustre pedagogo fundó en
1870 el Colegio Preparatoriano, tercero que funcionó en la entidad. En los
primeros años del siglo XIX Tlacotalpan funcionó como puerto de altura,
donde zarpaban buques de vapor que cubrían la ruta comercial Veracruz-
Nueva Orleans-La Habana-Bourdeaux. Por su resistencia a la intervención
francesa y por su infraestructura urbana, el 9 de mayo de 1861 la villa de
Tlacotalpan queda elevada a la categoría de ciudad, siendo gobernador del
Estado el General Alejandro García.
Un factor crucial para el desarrollo de la ganadería en la zona, fue
cuando el ayuntamiento fraccionó por las dos haciendas más importantes
de la zona: “El Zapotal” que era de Dolores Tosta, la esposa de Santa
Anna y la de los hermanos Cházaro, las fracciones fueron compradas
por diversos tlacotalpeños de renombre y es así que esta ciudad permeó
indiscutiblemente en la cultura regional. La región tlacotalpeña presento
por estos años intensa actividad cañera-azucarera.
En 1860 había importantes haciendas dedicadas a producir azúcar
mascabada y alcohol destacando cuatro de ellas “La Candelaria”, “San
Jerónimo”, “San Antonio” y “Santa Fé”. Desde la región del Papaloapan
Porfirio Díaz organizó el levantamiento contra el gobierno de Sebastián
Lerdo de Tejada 1876, aunque no era oriundo de Tlacotalpan llegó a ser
considerado hijo pródigo, es por eso que 1896 se llamó Tlacotalpan de
Porfirio Díaz, nombre que se cambió después de la Revolución.
A lo largo de su vida el General Díaz mostró gran amor por la “Perla
del Papaloapan” y mantuvo fuertes lazos sociales con varias familias de
tlacotalpeños. A mediados del siglo XIX Tlacotalpan vivió un gran auge, su
población creció a 9 mil habitantes, se concluyó el hospital de la “Caridad”
y mercado “Teodoro A. Dehesa” y a mediados de este siglo se construyó
el Palacio Municipal y se instaló el alumbrado público, el muelle fue
reedificado y se iniciaron las construcciones del Teatro Netzahualcóyotl, de
la aduana, el rastro y el panteón.
A principios del siglo XX se remozó el parque, se renombraron las
calles, se añadieron a su estructura arquitectónica más elementos como el
“Casino Tlacotalpeño”, la Plazuela de Doña Martha y el colegio preparatorio;
el transporte fluvial que era una de las actividades económicas más
importantes. Decayó a principios del siglo XX con el establecimiento del
Ferrocarril del Istmo que unió los puertos de Coatzacoalcos y Salina Cruz.
El proceso revolucionario de 1910, afectó los grandes intereses de
los grandes terratenientes y ganaderos de la zona. Los trabajadores
de las haciendas entraron en el torbellino revolucionario, afectando la
productividad y deteniendo el auge económico que se venía presentando.
Así, el comercio, la ganadería, y el azúcar, los tres pilares de la economía de
Tlacotalpan, se vieron afectados por el movimiento social de la Revolución
Mexicana. Aun así durante los primeros años del siglo XX, la tradición de
las fiestas de la Candelaria no se detuvo.
Las inundaciones también se han hecho sentir en Tlacotalpan,
consideradas las más graves las de los años 1937, 1944, 1969 y las más
reciente la del año 2010. En la década de los cuarenta del siglo XX, la
arquitectura, la traza urbana y las calles cubiertas de pasto de Tlacotalpan
comenzaron a despertar el interés del público y fue muy visitada por artistas
de cine nacional. En 1868 el gobierno mexicano la declaró Ciudad Típica y
en 1986 fue decretada Zona de Monumentos Históricos.
En los años setenta se construye el puente sobre el Papaloapan lo
que propicia un mayor número de visitantes. En 1998 Tlacotalpan por sus
características particulares y sus valores sobresalientes universales, fue
declarada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Patrimonio Cultural de la Humanidad,
quedando registrada en la lista de la misma denominación.
En la actualidad Tlacotalpan en una ciudad que ofrece a los visitantes
recorridos que proyectan una arquitectura caribeña inigualable, una
gastronomía de fusión de sabores españoles, indígenas y africanos,
herencia que también se vive y se escucha en sus sones y las pícaras e
improvisadas décimas sotaventinas; todo esto hace que Tlacotalpan sea
llamada “La Perla del Papaloapan”
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