Maestros de
Guerrero, Michoacán,
Oaxaca y del Distrito
Federal han realizado
protestas en contra de
la reforma educativa,
pero ¿qué puntos son
los que han desatado su
inconformidad?
Los profesores exigen
que las modificaciones
no pongan en riesgo su
permanencia en el sistema
educativo nacional ni que
se condicione su trabajo
a los resultados de la
evaluación a la cual serán sometidos.
El detonante de estas protestas fue la aprobación y
promulgación de la reforma educativa, una serie de cambios
realizados a los artículos 3° y 73° de la Constitución Política
que los docentes consideran un ataque contra su estabilidad
laboral y no una modificación real al modelo educativo del
país.
Para Francisco Bravo, secretario general de la sección
9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la
Educación (CNTE), en el Distrito Federal, los cambios
avalados por el Congreso de la Unión no constituyen una
reforma educativa sino una reforma laboral y administrativa
que no incluye planteamiento alguno en beneficio de los
estudiantes.
“La intención es, fundamentalmente, afectar el régimen
laboral de los maestros (...) Nosotros decimos que es una
ley francamente del terror, es una ley que viene a atacar a
los maestros”, señaló en entrevista con ADNPolítico.com.
La principal inconformidad es que todos los maestros
deberán ser sometidos a evaluaciones y, de sus resultados,
dependerá si permanecen o no en sus empleos dentro del
sistema educativo nacional.
Los profesores han realizado marchas en ciudades como
el Distrito Federal y Oaxaca, y han bloqueado carreteras
en Michoacán y en Guerrero. Los maestros guerrerenses
incluso vandalizaron edificios de gobierno e incendiaron
sedes partidistas en Chilpancingo.
¿QUÉ DICE LA REFORMA EDUCATIVA?
La reforma educativa, presentada en el marco del
Pacto por México, aprobada en diciembre de 2012 por el
Congreso de la Unión y promulgada en febrero pasadopor el presidente Enrique
Peña Nieto, contempla la
evaluación obligatoria a
los maestros, la creación
del Servicio Profesional
Docente y da autonomía
al Instituto Nacional
para la Evaluación de la
Educación (INEE).
La modificación
al artículo 3°
constitucional establece
la obligatoriedad de
la evaluación para
los profesores, y que
los detalles serán
determinados por la ley reglamentaria en esta materia.
“La ley reglamentaria fijará los criterios, los términos y
condiciones de la evaluación obligatoria para el ingreso,
la promoción, el reconocimiento y la permanencia en el
servicio profesional con pleno respeto a los derechos
constitucionales de los trabajadores de la educación”,
indica el texto constitucional actualizado.
El artículo quinto transitorio instruye a las autoridades
a utilizar estas evaluaciones para concretar el servicio
profesional docente.
“El uso de la evaluación del desempeño docente para
dar mayor pertinencia y capacidades al sistema nacional
de formación, actualización, capacitación y superación
profesional para maestros, en el marco de la creación de un
servicio profesional docente. La evaluación de los maestros
debe tener, como primer propósito, el que ellos y el sistema
educativo cuenten con referentes bien fundamentados para
la reflexión y el diálogo conducentes a una mejor práctica
profesional”, señala.
¿Y LA LEY REGLAMENTARIA?
Luego de aprobados los cambios constitucionales, lo
siguiente es que el Congreso de la Unión apruebe la ley
reglamentaria que defina cómo funcionará operativamente
la reforma educativa.
El titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP),
Emilio Chuayffet, informó hace cerca de un mes que las
leyes secundarias estaban listas, y que serían enviadas a
los actores políticos que participan en el Pacto por México.
Algunos legisladores prevén que se pueda convocar a un
periodo extraordinario para este propósito.
De acuerdo con un borrador de la leyreglamentaria, publicado por el diario El Universal, el
artículo 47 del anteproyecto de Ley General del Servicio
Profesional Docente menciona que los maestros serán
sometidos de forma obligatoria a una evaluación de forma
periódica al menos cada cuatro años, y contarán con tres
oportunidades para aprobarla.
En su artículo 48, el anteproyecto señala que en caso
de no aprobar su primera evaluación, los docentes deben
acudir a programas de regularización y presentar un
segundo examen.
Si tampoco llegaran a aprobar éste, deberán volver a
acudir a cursos; se evaluará entonces por tercera vez a los
maestros.
“Quien no se incorpore a los programas de evaluación o
no alcance un resultado suficiente en la tercera evaluación
que se le practique, será separado del servicio público sin
responsabilidad para la Autoridad Educativa o el Organismo
Descentralizado, según corresponda”, señala el borrador.
En el caso de los maestros con una plaza temporal, el
límite para que sean despedidos será dos evaluaciones.
LA OPOSICIÓN
El artículo octavo transitorio de dicho ordenamiento
especifica que no serán separados de sus cargos quienes
ya cuenten con el nombramiento definitivo de profesor al
momento de entrar en vigor la Ley.
No obstante, los docentes inconformes con la reforma
acusan que esta situación puede cambiar. Francisco Bravo,
dirigente de la sección 9 de la CNTE, comentó que el
cambio legal provocará “inestabilidad laboral”.
“La maniobra que vemos es que, como está en un
transitorio, en un tiempo pueden quitarlo y se queda ya como
una regla, con lo que empezarán a despedir a maestros con
mucha antigüedad.
“El maestro que tiene 20 o 25 años de servicio, que ya
se ganó una plaza base incluso por concursos,
todos quedamos en la inestabilidad laboral”,
consideró Bravo.
Los maestros, no sólo de la CNTE sino
también del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE) e incluso legisladores
de Nueva Alianza -partido ligado al magisterio-,
rechazan que la permanencia del profesorado
sea condicionada.
El artículo 6 del anteproyecto establece
que corresponde a las autoridades educativas
locales: “someter a consideración de la
Secretaría sus propuestas para el ingreso,
promoción, permanencia y, en su caso,
reconocimiento que estimen pertinentes”.
Luis Antonio González Roldán, diputado
de Nueva Alianza, se opuso desde las
negociaciones de la reforma educativa a
condicionar la permanencia de los maestros a
sus resultados en la evaluación.
“Consideramos que la inclusión del
término permanencia violenta el sentido social de nuestra
propia Constitución. Se estatuye como condicionante
constitucional en contra del magisterio nacional por encima
de proteger sus derechos”, dijo en tribuna mientras se
discutía la iniciativa, en diciembre pasado.
A este rechazo se sumó la entonces dirigente del SNTE,
Elba Esther Gordillo, hoy presa acusada de malversar
recursos del sindicato.
“Es una palabra, en mi opinión perversa, que creo éstos
que estuvieron en esa mesa metieron y que hubo resistencia
del PAN para que desapareciera, y del propio PRD. Los
dos partidos y yo creo que hasta el PRI: la permanencia.
La permanencia pervierte la propia evaluación, va contra la
evaluación”, dijo en enero, en entrevista con Milenio.
Gordillo dijo entonces que, si se retirara ese particular,
hubiese apoyado el proyecto.
Otra parte del magisterio busca que la reforma educativa
sea abrogada, y advierte que no permitirá el avance de
las leyes reglamentarias si éstas afectan sus intereses
laborales.
Juan José Ortega, secretario general de la sección 18
de la CNTE, en Michoacán, afirmó que unirán al magisterio
de los diferentes estados.
“Si nosotros no logramos orquestar una jornada nacional
que nos dé la garantía de que esta reforma, este decreto, es
abrogado, yo creo que prácticamente nada representa una
solución al pliego de demandas”, expuso el líder magisterial
el 30 de abril en conferencia de prensa.
Los maestros niegan que se estén oponiendo a la
transformación educativa, pero consideran que ésta no
puede hacerse desde las cúpulas políticas sin consultar a
los sectores involucrados.
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