sábado, noviembre 16, 2013

Leyenda de la Laguna de Santa Maria del Oro

Cuenta la leyenda que, hace muchos años, en el estado de Nayarit había una vez una ciudad llamada Michiztlán donde vivían el rey con sus esposa e hija, una hermosa joven llamada Tepozilama, a quien el rey cuidada con extrema atención. 
Un día, Tepozilama salió a pasear en compañía de sus damas, cuando de pronto, vieron un venado herido de muerte. Al acercarse para auxiliarlo, la voz de un joven y apuesto guerrero las detuvo, a lo que Tepolizama contestó: ¿Quien eres y que haces aquí? El jove guerrero contestó: Soy Pintontli. 
Los dos jóvenes se enamoraron sabiendo que había problemas entre la ciudad de Tepozilama y la de Pintontli, pero su amor fue tan grande que poco les importó. Tiempo después, durante las festividades de la ciudad de Michiztlan, Tepozilama se ausentó para verse con Pintontli. El padre de la joven, al darse cuenta de su ausencia, interrogó a sus  damas de compañía para que le indicaran el lugar donde se encontraba la princesa. 
El rey, con su guardia personal, fue en busca de Tepozilama al lugar donde le habían indicado las damas, un rincón escondido entre las ciudades en guerra. Ahí fue donde encontró a Tepozilama, en compañía de Pintontli. Ella al acercarse frente a su padre dijo: “Padre mío, yo se que mi pecado es muy grande pero estoy enamorada y pido que me desposes con él”, a lo que el rey contestó: “Jamás mi hija estará enamorada de mis peores enemigos. Llévensela, amárrenla y no le den de comer” 
Lo mismo hicieron con Pintontli. Así, Tepozilama y Pintontli, tan cerca pero tan lejos, atados uno frente al otro, lloraron por días y noches su desgracia, hasta que sus lágrimas formaron la enorme y hermosa laguna que se quedó conoce hoy en día como la Laguna de Santa María del Oro, en Nayarit, México.

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