Mariana Rodríguez del
Toro de Lazarín, se calcula
que nació alrededor del
año de 1790. Ella fue la
principal organizadora —
en abril de 1811— de una
conspiración en la ciudad
de México para promover
la independencia del
país. En la mansión
de Manuel Lazarín, su
esposo, dueño de una
mina, se llevaban a cabo
tertulias para discutir la
dependencia hacia la
corona española.
En una de estas
reuniones —tardísimo,
como a las 20:30—, se
escucharon las campanas de Catedral
y una salva de artillería. Impactados,
conocieron la noticia de la captura
del cura Hidalgo junto con otros
líderes del movimiento. La opinión
más demoledora y radical la externó
Mariana Rodríguez del Toro:
—¿Qué es esto, señores? ¿Qué?
¿Ya no hay hombres en América
aparte de los generales que han caído
prisioneros?
—¿Pues, qué hacer? preguntaron
los hombres.
—¡Libertar a los prisioneros!
—¿Pero cómo?
—De la manera más sencilla:
¡apoderarse del virrey en el paseo y
ahorcarlo!
Así nació para la historia la
conspiración del año 11. Los
participantes acordaron hacer
prisionero al virrey y presentarlo ante
Ignacio López Rayón, quien presidía la
Suprema Junta Insurgente.
Mariana fue una mujer activa y clave
en la organización de la conspiración,
incluso tenía que ver en la parte militar.
El plan consistía en secuestrar
al virrey con el objeto de negociar la
libertad de los insurgentes a cambio
de la suya. Mariana, auxiliada por
dos de sus cuñados
con profesión militar,
convenció a dos oficiales
del ejército realista que
estaban acampados en
el Paseo de Bucareli
para que se coludieran.
El virrey Venegas acudía
a ese paseo cada tarde
y el día convenido, a una
señal, se proclamaría
la independencia y
se apoderarían del
gobernante.
Un conspirador,
José María Gallardo,
considerando que
podía morir en la faena,
decidió hacer valer su
derecho a la confesión. Un ministro del
culto católico, de apellido Camargo,
decidió romper el secreto de confesión
y delató al conjurado; éste a su vez, en
prisión, delató el nombre de todos los
que junto con él fraguaban el golpe.
El matrimonio Lazarín salió en libertad
hasta 1820.
Al parecer Mariana Rodríguez del
Toro murió en 1821, y hoy sus méritos y
sus sacrificios son casi desconocidos.
Por cierto, en el periodo de la historia
que nos ocupa, el ejército insurgente
se abstuvo de fusilar a mujeres; los
realistas sí lo hicieron.
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