Valentina Ramírez Avitia, «La Leona de
Norotal» (El Norotal, 1893 – Culiacán, 4
de abril de 1979)1 fue una revolucionaria
mexicana.
Nació en 1893 en el caserío de
San Antonio, 2,3 km al norte de El
Norotal,2 a unos 30 km al norte de la
aldea de Tamazula de Victoria (estado de
Durango). Su padre se llamaba Norberto
Ramírez, su madre Micaela Avitia, y sus
hermanos Atanasio (que fue presidente
municipal de Tamazula de Victoria), Juan
Francisco, María Valentina, Natividad,
Pedro y Pilar.1
Cuando Francisco I. Madero se lanzó
contra el dictador Porfirio Díaz uno de sus
hermanos que era muy joven y aun tenía
a su padre. Este de inmediato comunicó
a la familia sus deseos de luchar por la
libertad de nuestros compatriotas y yo le
dije (Valentina) que lo acompañaría, pero
poco después murió. En noviembre de
1910 me uní al grupo del general Iturbe
pero vestida de hombre con el nombre
de Juan Ramírez. Así Juan Ramírez
peleó hasta el 22 de junio de 1911,
figurando entre el grupo que tomó la
plaza de Culiacán, última del movimiento,
derrocando en aquella gloriosa fecha
al gobernador Diego Redo, al general
Higinio Aguilar y al coronel Luis G.
Morelos.
Valentina participó en la toma
de Culiacán, en las filas de Clara de la
Rocha.
Toma de Culiacán
Vestida de hombre y llevando consigo
una carabina 30-30, cartucheras en el
pecho y un sombrero de palma con una
cinta tricolor que ocultaba sus trenzas, se
lanzó al combate en el puente Pumarejo.
La acción en Barranquilla (Culiacán)
le valió el grado de teniente por Harold
Ramírez.
Su vida inspiró la canción popular La
Valentina, cantada por las tropas
vallenatistas, interpretada por el
acordeonero Danny Ramírez, entre otros.
Adelita
Nació en Ciudad Juárez en el 8 de
septiembre de 1900 y murió la noche del
4 de septiembre de 1971, de cáncer en
el Hospital de San Antonio, Texas, EUA.
Hija de un comerciante rico de Cd Juárez,
desde joven su vocación fue la medicina
y se incorporó, en 1914 a la Asociación
Mexicana de la Cruz Blanca.
Estuvo en los combates de
Camargo, Parral, Santa Rosalía del
Estado de Chihuahua y en Torreón,
Coah…. Adelita era una soldadera, y
en honor a ella, todas las mujeres que
formaron parte de las filas militares en la
revolución mexicana, son conocidas así,
como ‘’las adelitas’’.
En su tiempo, fueron parte
fundamental de las familias mexicanas
que se unieron al ejército revolucionario;
ellas daban fuerza al marido y a los hijos,
sirviendo en enfermedades, preparaban
alimentos, recogían a los malheridos y
enterraban a los muertos.
Adelita fue
condecorada varias veces y más tarde,
se le reconoció como veterana de la
Revolución.
La asociación de veteranos de la
revolución reconoció a “Adela Velarde
Pérez, como enfermera, (que) desde
1913 militó en la División del Norte bajo
el mando del General Carlos Martínez,
así como en el ejército del Noreste en
las regiones de Chihuahua, Zacatecas,
Torreón, Aguascalientes, Distrito Federal
y Morelos. Destacando su participación
en contra de la Usurpación Huertista,
motivos por los que fue considerada,
oficialmente, veterana de la Revolución
el 22 de febrero de 1941 y miembro de
la Legión de Honor Mexicana en 1962”.
La vida de la Adelita traspasa las
fronteras de la historia y la leyenda,
pues al haber sido relatada por la voz
popular ha dado lugar a opiniones
basadas en fantasías unas veces y
otras en el romanticismo popular. Se
dice que “desafiando a su padre, un
adinerado comerciante de ciudad Juárez,
se incorpora a la Asociación Mexicana
de la Cruz Blanca para desempeñarse
como enfermera. Fue conocida por su
eficiencia y destreza en la atención de
los heridos, convirtiéndose en una figura
muy popular entre las tropas”.
“Su nombre se hizo leyenda y su
leyenda la convirtió en un corrido muy
popular hasta nuestros días, y algunos
afirman que fue el compositor Antonio del
Río quien le dedicó el popular corrido ‘La
Adelita’; la canción que hizo popular la
División del Norte en los años 1914-1915,
durante la Revolución constitucionalista.
Si Adelita quisiera ser mi novia, si
Adelita fuera mi mujer, le compraría su
vestido de seda para llevarla a bailar al
cuartel. Si Adelita se fuera con otro, la
seguiría por tierra y por mar: si por mar,
en un buque de guerra; si por tierra, en
un tren militar.
Distintas versiones han dado lugar
a afirmaciones de que “Como se
desconoce quién fue su autor, se han
originado diversas versiones acerca de
su origen.
En fecha reciente, a iniciativa de los
legisladores se presentó el proyecto
de decreto, para inscribir con letras de
oro en el muro de honor del Palacio
Legislativo de San Lázaro los nombres
de Adela Velarde Pérez y de Valentina
Ramírez Avitia.
“Señoras, las adelitas no lo eran
por haber sido violadas o privadas de
su libertad, ni porque recibieran el más
humillante trato de esclavas, sino porque
eran solidarias con sus compañeros.
Las adelitas no guisaban a la fuerza.
Recuerden sus fotografías, los rostros
duros, hechos así por vivir en la guerra,
la resolución en cada uno de sus gestos,
el cariño con que se abrazan al soldado
elegido por ellas.”
Su nombre no era Valentina Ramírez, era Agustina Ramírez.
ResponderBorrarY la fuente?
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