Cuando lo conocí era un niño de
no más de nueve años, se desplazaba
incómodamente sentado en un patín
del diablo de dos ruedas el que guiaba
con la mano izquierda y con la derecha
se impulsaba en el suelo, creo que
vivía por el rumbo de la Martinica,
su nombre nunca lo supe pero su
imagen quedó grabada en mi memoria
pero la vida me llevo’ a un destino
diferente. Transcurrieron alrededor
de cincuenta años cuando lo volví
a encontrar y para estar seguro le
pregunte si era aquel niño que yo
había conocido y recordado, lo cual
me contesto afirmativamente y si
tenía a bien contarme algo de su
vida, me contestò, me llamo José’
Luis Pérez Aceves, nací el doce
de agosto de 1954 en este lugar
al año de mi llegada al mundo me
atacó la poliomielitis afectándome
gravemente la cintura y las piernas;
mis padres son: Pedro Pérez Acosta
y Maximina Aceves Landeros, por
lo humilde de su origen no pudieron
costearme la atención medica que
requería y comenzó mi penar, ya
más grandecito me entere que había
personas que aconsejaban a mis
padres de que no se preocuparan por
mí que no valía la pena que era un
estorbo, pero ellos por el amor que
me tenían y al que siempre agradecí
seguían advirtiéndoles hasta donde les
era posible, pero el aun estar rodeado
de gente en mi interior sentía una
intensa angustia tristeza y soledad .
En 1993 conocí a una persona que
me invito a asistir a una organización
llamada Miguel Hidalgo en Jalostotitlan
donde asistían personas con
capacidades diferentes, a los cuantos
meses me entere que aquí en San
Juan el Padre Luis R. Guzmán
conformó un grupo de ayuda a lo que
llamo limitados físicos A.C. lo que
agradecí al sacerdote el interés que
brindaba a las personas como yo y por
primera vez hubo un centro de ayuda
como este, todas las actividades fueron
aumentando y aprendí muchas cosas,
termine mi educación primaria y en la
escuela para adultos mi secundaria.
El Padre Luis falleció en un accidente
automovilístico el cual nos llenó de pesar
más la obra siguió adelante.En este
centro conocí a la Señorita Sanjuana
Picazo nos hicimos novios y luego de
un tiempo nos unimos en matrimonio
lo que celebramos alegremente
compañeros y amigos, después llego
la bendición de las hijas: Olga Lidia
y Brenda Guadalupe lo que nos llenó
de felicidad. Aquí en el centro hay
personas con más discapacidades
diferentes que las mías y nos han
ensenado a que tenemos derecho a
que se nos escuche y al trabajo y a
la educación.
He participado en diferentes
eventos Nacionales, Estatales y
Municipales, he sido presidente
de la Casa Frater del Niño Jesús,
Tesorero, Consejero lo que he
agradecido y reconozco el arduo
trabajo del Presbítero Salvador
Martínez González, se trabajó con
trece o catorce grupos de Niños y
adultos en diferentes áreas como la
parálisis cerebral, autismo, terapia
física, tanatología, psicología y otras
cosas más.
Lejos han quedado aquellos días
de dudas y temores y las noches
que lloraba a solas mi triste destino,
no guardo ningún rencor por los que
me despreciaron siempre he tenido
el auxilio de mi Virgen de San Juan
y si por muchos años me arrastre de
sentaderas ahora soy feliz con mi
familia y con la gente que trabajo y
convivo diariamente, no camino ni mis
pies pueden usar calzado, no tengo
dinero,dicen que el hombre sin dinero
no es hombre es hambre, pero eso no
va conmigo ahora viajo en tren en el
lujoso tren de la vida empujado por un
soplo divino, divino porque es el soplo
de Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario