El Cenote Sagrado es un cenote del tipo abierto (a cielo
abierto), que se muestra como una depresión circular rellena
de agua midiendo 60 m de diámetro, con paredes verticales
que miden 15 m del nivel del acceso a la superficie de agua.
Se encuentra al norte de la pirámide de Kukulcán y
conectado con ella mediante una calzada de unos 300 m
de longitud. Como en el caso general de los cenotes, a nivel
del manto freático, está conectado con otros flujos laminares
subterráneos, que finalmente van a dar al océano. Dícese
que los Itzáes, fundadores de Chichén Itzá, y más tarde los
Xiues , que dominaron la región hacia el período posclásico
de la cultura maya, lo utilizaban para hacer sacrificios
animales y humanos, como tributo a sus dioses. También
arrojaban cerámica y joyas al fondo, en ofrendas y rituales
religiosos.
Un cenote (del maya ts’ono’ot:caverna con agua), es
una Dolina inundada de origen cárstico que se encuentra
en algunas cavernas, como consecuencia de haberse
derrumbado el techo de una o varias cuevas. Ahí, como
se menciona arriba, se juntan las aguas subterráneas,
formándose estanques más o menos profundos. Existen
varios tipos de cenotes: a cielo abierto, semiabiertos y
subterráneos o en gruta. Esta clasificación está directamente
relacionada con la edad del cenote, siendo los cenotes
maduros, como en el caso del “Cenote Sagrado”, aquellos que
se encuentran completamente abiertos y los más jóvenes los
que todavía conservan su cúpula o bóveda intacta, aún no
afectada por la erosión que va paulatinamente deteriorando
la capa calcárea que la forma.2
En el caso de
Chichén Itzá, dos
cenotes importantes se
encuentran en el sitio
(es posible que haya
más, no detectados),
que son de importancia.
El denominado Xtoloc
(en lengua maya, el
iguano) y el conocido
por el cenote sagrado.
El primero era para
abastecer de agua a la
población y el segundo
utilizado sólo para fines
rituales en el nombre
de Chaac,3 dios de la
lluvia para los mayas.4
Exploración y
dragado del cenote sagrado.
En el cenote sagrado que nos ocupa, de 13 m de
profundidad y cuyo fondo tiene una gran cantidad de fango,
se encuentra del lado sur un pretil que afirman las tradiciones
fue utilizado para lanzar a las doncellas ricamente ataviadas
y enjoyadas.
Esto, en el siglo XIX, despertó la codicia de Edward
Herbert Thompson, quien se hizo nombrar cónsul de los
Estados Unidos en Mérida, compró la hacienda Chichén Itzá
en 1893, se instaló una draga en 1904 en la orilla del cenote.
De esta forma, extrajo Thompson del cenote gran cantidad
de objetos como esqueletos humanos y de animales, así
como joyas y piezas arqueológicas elaboradas en jade y onix,
que trasladó a su país para vender, realizando esta tarea
durante 30 años, hasta que fue denunciado y la hacienda
expropiada. La mayor parte de las piezas así obtenidas
fueron adquiridas por el Museo Peabody,6 de los Estados
Unidos que finalmente, después de la intervención del
gobierno mexicano, aceptó devolver a México la mitad del
lote en 1970 y otras cuantas más recientemente, en 2008.
Dos dragados adicionales se han hecho desde entonces,
el primero de los cuales por la Sociedad Mexicana de
Geografía e Historia, con magros resultados y el segundo,
mucho más completo y fructífero, por varias dependencias
del gobierno mexicano, encabezadas por el Instituto Nacional
de Antropología e Historia. Lo obtenido por estas incursiones
en el cenote sagrado se encuentra principalmente en el
Museo de Antropología e Historia de la Ciudad de México.
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