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* Un impresionante caso fue el de
San Charbel Makhlouf, nació el 8 de
mayo de 1828 en un pequeño poblado
del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era
el quinto hijo de Antonio Makhlouf y
Brígida Choudiac .El 16 de diciembre
de 1898 estaba celebrando la misa
hacia las once de la mañana, cuando
le sobrevino un ataque de parálisis
en el momento de la consagración.
Murió el 24 de diciembre y sus restos
reposan en el monasterio de San
Maron después de ser enterrado sin
ataúd, se le hallo 4 meses mas tarde
flotando sobre un gran cubículo de
agua y barro totalmente incorrupto y
sudando tal cantidad de sangre que los
custodiadotes del cadáver tuvieron que
verse obligados a cambiarle la sotana
en multitud de ocasiones.
Los médicos entonces decidieron
extirparle las vísceras, ya que según
estos eran las culpables del brote
de sangre, pero tras hacerlo, se
asombraron al descubrir que continuaba brotando de sus
poros, por lo que tomaron la drástica decisión de enterrarlo en
un ataúd de madera recubierto de cinc y emparedarlo en la
cripta del monasterio de San Maron. Corría el año 1927....
En el año 1950, debido a unas humedades decidieron abrir
la pared donde este fue enterrado y descubrieron con pavor
como la madera y el cinc estaban en muy mal estado debido a
la feroz sudoración de sangre, pero descubrieron además que
el cuerpo de Charbel seguía en perfecto estado tal y como el
día en que murió casi 40 años después. Los informes médicos
aclaran que el santo en su tiempo dentro de la tumba sudo gran
cantidad de sangre. Por cincuenta y cuatro años consecutivos
fue desenterrado el cuerpo de san Charbel y siempre se veía el
cadáver tan fresco y flexible como si estuviera dormido. Aunque
un médico retiró finalmente todos los órganos del cuerpo, el
flujo de sangre no paraba. Con la unción de este líquido, se
dieron muchísimas curaciones milagrosas, y no sólo del cuerpo
sino del alma: pecado, indiferencia, odio e incredulidad.
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