sábado, diciembre 13, 2014

5 formas infalibles de perder a la esposa

Un señor de muy avanzada edad que vivía en los Estados Unidos, casóse con jovencita alteña a distancia; esto es, lo que legalmente se le denomina “Por poder”. Sus siguientes trámites legales fueron de su divorcio “por no poder”. 
Si bien decíamos que hay algunas cosas que la mujer debe saber acerca de su marido, los maridos a su vez, deben saber ciertas acciones y actitudes que no agradan para nada a la reina de la casa. Lo que es parejo no es chipotudo. 
Si usted como marido no desea cuidar su matrimonio, le sugeriremos algunas acciones que seguramente pondrán de mal humor a la dueña de sus quincenas. Veamos. 
Si luego de una jornada de trabajo, por la naturaleza de sus labores llega oliendo a chivo todo sudado, mugroso y desaliñado, no se bañe; acuéstese y duerma junto a ella así como llega, al fin y al cabo ella tiene que aguantar los “gajes del oficio” de su labor. Es la forma de conseguir el alimento. Además, todas esas ropas, lárguelas donde caigan, ahí todas regadas, a lo guandajo, pues. 
Como es tradición, el varón es quien se encarga de proveer casa, vestido y sustento, aún cuando en los tiempos modernos, hay mujeres que ganan más que el marido. Pero volvamos a lo tradicional. Haga como que se le olvida dejar el diario, “chivo” o para el gasto como le llaman otros. No pasará que al preguntar usted por la comida, le dirán: pues no dejaste “chivo” y claro, la respuesta suya será: pero si no quería birria, con unos frijolitos tengo. Desde luego que quién sabe cuánto aguante la esposa con esa situación. 
Sus amigos no dejan de serlo por el hecho de que usted se case. Pero si le interesan más los amigos que su esposa, dedíqueles más tiempo a ellos con mucha frecuencia. Haga eso que ellas le llaman “ya te vas con tus amigotes” y llegue tarde. Los pretextos para justificar laas llegadas de madrugada son muy extensas y variadas. “Se alargó la junta por las votaciones para elegir nuevo presidente de la compañía”, “ la secretaria me perdió unos papeles muy importantes y no la dejé salir hasta que los encontrara y claro que le ayudé a buscarlos”, “hoy jugamos la final de la liga nocturna de futbol y nos tuvimos que ir a penaltys” y los que usted se imagine. Total de todas formas no le creerá y sí que se va a enojar.
Y con esos amigotes, llévelos frecuentemente a casa para ver juntos su evento deportivo y mientras ustedes disfrutan, ella va a estar a vuelta y vuelta trayendo las cheves, los refrescos, preparando la botana y de una vez la comida para todos y trapeando cuando alguno de ellos derrama las bebidas, etc. 
Nunca le ayude en los quehaceres domésticos. Así esté el altero de trastes sucios, la ropa sucia haciendo monte, la casa tirada y el patio mojado, no tome la escoba ni el trapeador; no lave los trastes, pos cómo, si usted es el hombre de la casa. Aún cuando tenga lavadora automática, necesita quién ponga la ropa y programe el aparato de aseo. No son tan automáticas, vaya. Además hay que tender la ropa, pero no le ayude. 
Algo que definitivamente contribuirá a preparar el terreno para una separación es que usted imponga su ley y voluntad. Nomás sus chicharrones truenen. No le tome ni tenga en cuenta su opinión. Ya verá cómo su mujercita se guarda su opinión, pero para usarla más delante, a la hora del divorcio. 
Estas son sólo algunas acciones que predisponen las circunstancias ideales para desbaratar un matrimonio en una sociedad basada casi totalmente en la familia, como es la mayoría de las familias mexicanas. 
Y eso que no toco el tema de las posibles infidelidades, que ésa ya es harina de otro costal. Esa situación es una de las principales causas de divorcio, pero como dijo un sabio muy paciente: “Los cuernos son como los dientes; duele cuando salen, pero después sirven para comer”. 
Hay quienes buscan la pareja perfecta y nunca la encuentran. Dijo Facundo Cabral (q.e.p.d.) “ Ahí va la mujer que me gusta, con el hombre que le gusta”. 
El hombre perfecto se compone de varios noes. 
No fuma, no bebe, no es mujeriego, no malgasta el dinero, no llega tarde, no es infiel y sobre todo, no existe. 
Ojalá no se malinterprete esta ocurrencia pues no se trata de confrontar al hombre con la mujer. No es una lucha de géneros. La vida conyugal (aún cuando no se case) es el complemento natural del ser humano. La mujer necesita al hombre y el hombre a la mujer. Tampoco se trata de que uno de los componentes sirva al otro; ambos deben servirse mutuamente. 
El amor real (no el de las telenovelas) se demuestra acoplando diferentes caracteres y uniendo cualidades para vencer los propios defectos y brindar esa dosis de felicidad que a cada uno nos hace falta. 
Yo tengo apenas cuarenta años y meses de matrimonio y ya nos caemos bien mi mujer y yo. Viva la familia.

Gonzalo “Chalo” de la Torre Hernández
chalo2008jalos@hotmail.com
Jalostotitlán, Jal. a 10 de septiembre de 2014

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