Por Javier Contreras
Las trompetas de plata
Después de las normas de vida dadas
por Dios al pueblo de Israel en el Monte
Sinaí, le dijo Dios a Moisés que hiciera
dos trompetas de plata para con ellas
convocar a reunión al pueblo o darle
órdenes para marchar, para acampar
o para ir a la guerra; para tocar en las
fi estas y para tocar en las ceremonias de
Dios.
Núm 10: 1-10
Dios da del espíritu que había en
Moisés, a setenta ancianos
Después le dijo el Señor a Moisés
que le seleccionara a setenta ancianos y
se los trajera a la puerta del tabernáculo
de reunión, y que Él descendería y
tomaría del espíritu que había puesto
en Moisés y lo pondría en ellos; y así,
ellos le ayudarían a gobernar al pueblo.
Así se hizo, y cuando Dios puso en ellos
su Santo Espíritu, ellos se pusieron
a profetizar. Habían quedado en el
campamento dos varones, llamados el
uno Eldad y el otro Medad, sobre los
cuales también reposó el espíritu; estaban
éstos entre los inscritos, pero no habían
venido al tabernáculo; y profetizaron en
el campamento. Y corrió un joven y dio
aviso a Moisés, Y Moisés le respondió:
¿Tienes tú celos por mí? Ojalá todo el
pueblo de Jehová fuese profeta, y que
Jehová pusiera su espíritu sobre ellos.
Espías a la tierra prometida
Envió Moisés a un hombre de cada
tribu a reconocer la tierra prometida por
Dios, a la que ya iban a entrar. Ellos fueron
y la recorrieron durante cuarenta días.
La encontraron espléndida y se dieron
cuenta que de ella, realmente fluía leche
y miel. Sus frutos eran tan buenos, que
cortaron un racimo de uvas y lo tuvieron
que cargar entre dos personas. Cuando
mostraron esto a su pueblo, diez de los
espías, dijeron que los habitantes de
aquella tierra eran gigantes, puesto que
comían tan grandes uvas y todo el pueblo
tuvo miedo de ir a Canaán. Dos de los
que habían ido a espiar, que se llamaban
Caleb y Josué, les recordaron a los
israelitas que no tuvieran miedo y que
confi aran en que el Señor les ayudaría a
derrotar a aquel pueblo, (como les había
ayudado antes con los egipcios), aunque
fueran de verdad gigantes; pero la gente
tenía tanto miedo, que pensaron mejor
en apedrear a los que los invitaban a
confi ar en el Señor y regresarse cuanto
antes a Egipto. Entonces Dios se enojó
por la falta de fe de su pueblo, después
de tantas señales milagrosas que había
hecho, y les dijo que de castigo, ninguno
de ellos llegaría a la tierra prometida, y
que así como los espías reconocieron la
tierra por cuarenta días, el pueblo vagaría
por el desierto durante cuarenta años;
sólo Caleb, Josué y sus descendientes
que sí confi aron en la protección de Dios,
entrarían a la tierra prometida.
Núm 13 y 14
La rebelión de Coré
Tiempo después, Coré, Datán,
Abiram y On se unieron con otros
doscientos cincuenta varones de los hijos
de Israel y se rebelaron contra Moisés y
Aarón porque no querían que sólo ellos
fueran los jefes, y se pusieron a ofrecer
sacrifi cios por su cuenta, sin que Dios
los hubiera seleccionado para hacerlo.
Moisés siempre fue
muy humilde, pero
por orden del Señor
les dijo que les iba a
mostrar que Dios los
había escogido a él
y a su hermano para
dirigir y que no lo
hacía por su cuenta;
entonces se abrió
la tierra que estaba
debajo de los jefes de
los rebeldes y cayeron
en ella; también salió
fuego de delante de Jehová, y consumió
a los doscientos cincuenta hombres que
ofrecían el incienso. Este suceso quedó
como recuerdo permanente, para que
todos sepan que nadie que no haya sido
seleccionado por Dios para conducir a
otros hacia Él, se ponga por su cuenta a
hacerlo, si Dios no se lo ha indicado.
La vara de Aarón florece
Luego habló Dios a Moisés y le dijo que
tomara una vara por cada tribu de Israel
y anotara en cada vara el nombre de la
tribu; luego las pondría en el tabernáculo.
Y sucedió que la vara de Aarón de la
casa de Leví reverdeció, echó flores,
retoños, y produjo almendras. Todos
vieron la vara reverdecida y supieron que
efectivamente Dios había escogido a la
tribu de Leví para ser sus guardianes y
sacerdotes. La vara se guardó como
recuerdo permanente de la selección que
había hecho Dios de la tribu de Leví, para
que fueran sus sacerdotes.
Núm 17
La serpiente de bronce
En otra ocasión, hubo personas
que se enfadaron por la monotonía del
desierto y de la comida y
empezaron a
murmurar contra Dios y contra Moisés,
porque los habían sacado de Egipto y andaban por el desierto. Entonces
Dios envió serpientes venenosas que
mordieron y mataron a muchos. Entonces
las personas vinieron a decirle a Moisés
que habían murmurado contra él y contra
Dios y que las serpientes los estaban
atacando, le pidieron perdón y le dijeron
que pidiera ayuda a Dios. El Señor le dijo
a Moisés que hiciera una serpiente de
bronce y que la colgara en un palo para
que todos la vieran y que cuando alguien
fuera mordido por una serpiente, volteara
a verla y se salvaría. Y así sucedió:
todo el que se quería salvar de la
muerte por mordedura de víbora,
volteaba a ver la serpiente de
bronce colgada del madero, y se
salvaba.
Núm 21:4-9
La burra de Balaam
Tiempo después, los hijos de
Israel acamparon en los campos
de Moab junto al Jordán, frente a
Jericó. Y Balac que era entonces
rey de Moab, viendo que iba
a entrar en guerra con Israel,
envió mensajeros a Balaam y
le dijo: maldíceme este pueblo,
para que yo le pueda ganar en
la guerra. Y se fue Balaam en su
burra hasta el campo de batalla,
pero el ángel de Jehová se puso
en el camino para detenerlo. Iba,
pues, Balaam montado sobre su
asna, y la burra vio al ángel de
Jehová, que estaba en el camino
con su espada desnuda en su
mano; y se apartó la burra del camino,
y se fue por el campo. Entonces golpeó
Balaam a su burra para hacerla volver
al camino. Pero el ángel de Jehová se
puso en una senda de viñas que tenía
pared a un lado y pared al otro.

Josué es designad o como sucesor
de Moisés
Jehová dijo a Moisés: Sube a este
monte Abarim, y verás la tierra que he
dado a los hijos de Israel. Y después que
la hayas visto, tú también serás reunido a
tu pueblo, como fue reunido tu hermano
Aarón. Entonces respondió Moisés
a Jehová, diciendo: Ponga Jehová,
Dios de los espíritus de toda carne,
un varón sobre la congregación, que
salga delante de ellos y que entre
delante de ellos, que los saque y los
introduzca, para que la congregación
de Jehová no sea como ovejas sin
pastor.
Y Jehová dijo a Moisés: Toma
a Josué hijo de Nun, varón en el
cual hay espíritu, y pondrás tu mano
sobre él; y lo pondrás delante del
sacerdote Eleazar, y delante de toda
la congregación; y le darás el cargo
en presencia de ellos. Y pondrás de
tu dignidad sobre él, para que toda la
congregación de los hijos de Israel le
obedezca.; por el dicho de él saldrán,
y por el dicho de él entrarán, él y todos
los hijos de Israel con él, y toda la
congregación. Y Moisés lo puso ante
el sacerdote y este puso sobre él sus
manos, y le dio el cargo, como Jehová
había mandado por mano de Moisés.
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