domingo, enero 04, 2015

Historia de la salvación

Basados en el libro de JOSUÉ de la Santa Biblia

Preparación antes de entrar en la tierra prometida 
Después de los cuarenta años que el pueblo de Israel anduvo errante en el desierto, Moisés ungió a Josué como líder de Israel, por orden del Señor. Luego Moisés murió y después de que lo enterraron, El Señor habló a Josué hijo de Nun, que había sido servidor de Moisés, diciendo: Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente; para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas. Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque El Señor tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué se preparó para conducir a Israel para que todos entraran en la tierra prometida. 
Jos 1:1-10 

Josué envía espías a Jericó 

La primera ciudad a tomar, sería Jericó. Así que envió dos espías a esa ciudad. Ellos fueron, y después de ver todo, entraron en casa de una prostituta que se llamaba Rahab. El rey de Jericó, supo que habían venido dos espías de Israel, por lo que envió a sus soldados por ellos, pero la muchacha los había escondido en la azotea de su casa, entre unos manojos de lino y les dijo a los soldados que los espías ya se habían ido; entonces los soldados se fueron aprisa para capturarlos. Ella subió a la azotea y les dijo a los espías, que todos los habitantes de la ciudad tenían miedo porque sabían que al pueblo d e Israel siempre les ayudaba Dios ; entonces les dijo que así como ella les había ayudado, ellos también le ayudaran a ella y a su familia cuando capturaran la ciudad, y los espías le prometieron que así lo harían y le dieron un cordón rojo y le dijeron que lo atara a la ventana para ellos ubicar cuál era su casa, durante la guerra que vendría, y que toda su familia se reuniera ahí con ella y los ayudarían. Entonces ella, aprovechando que su casa estaba construida en el muro de la ciudad, los hizo salir por una ventana que daba hacia afuera de la ciudad y los descolgó para que escaparan en la noche. 
 Jos 2 

El paso del Jordán 

El Señor le dijo a Josué que todo el pueblo se preparara para entrar a la tierra prometida cruzando el río Jordán y les anunció que haría otra vez prodigios, pues el río se iba a dividir y ellos entrarían caminando sin mojarse los pies. Y todos empezaron a caminar encabezados por el Arca de la Alianza y al llegar los sacerdotes que cargaban el Arca de la Alianza hasta el agua, el río se detuvo arriba y se formó un montón de agua contenida y la parte de abajo siguió corriendo hasta el mar. Entonces el lecho del río quedó seco y todo el pueblo de Israel pasó caminando hasta la tierra prometida. 
Jos 3 

Las doce piedras tomadas del Jordán 

Luego dijo Dios a Josué que doce hombres, uno de cada una de las tribus de Israel, recogieran del centro del río una piedra cada uno, para que afuera del río, hicieran un monumento conmemorativo que recordara este acontecimiento, para que cuando los hijos preguntaran, porqué está ese monumento ahí, los papás les respondieran que marcaba el lugar en el que Dios dividió el río Jordán, para que pasara por ahí el pueblo de Dios, al entrar en la tierra prometida. 
Jos 4 

Josué y el varón con la espada desenvainada 

Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Estás a favor nuestro, o de nuestros enemigos? El respondió: Soy el jefe del ejército de Señor y acabo de llegar. Entonces Josué, postrándose sobre su rostro en tierra con reverencia; y le dijo: ¿Qué quieres que haga? Y el Príncipe del ejército de El Señor respondió a Josué: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar donde estás parado es santo. Y Josué así lo hizo. 
Jos 5:13-15 

La toma de Jericó 

La primera ciudad que se encontraron al llegar a la tierra prometida fue Jericó, que era una ciudad amurallada. El Señor dijo a Josué: Mira, Yo he decidido entregar en tu mano la ciudad de Jericó y a su rey, con todo y sus guerreros. No tendrás que preocuparte de sus muros. Lo único que vas a hacer es rodear la ciudad caminando todos una vez; y esto lo harán durante seis días. Siete sacerdotes llevarán siete bocinas de cuernos de carnero delante del arca; y al séptimo día darán siete vueltas a la ciudad, y los sacerdotes tocarán las bocinas. Y cuando toquen prolongadamente el cuerno de carnero, así que oigan el sonido de la bocina, todo el pueblo gritará a gran voz, y el muro de la ciudad caerá, y la ciudad será de ustedes; y así sucedió: al séptimo día, después de las siete vueltas de ese día, los sacerdotes tocaron las trompetas y la gente gritó a todo pulmón y las murallas cayeron y los israelitas se adueñaron de la ciudad 
Jos 6 

El Señor arrojó desde el cielo grandes piedras de hielo. 

Después de la toma de Jericó, se juntaron los reyes de cinco ciudades para atacar a los israelitas, El Señor dijo a Josué: No tengas temor de ellos; porque Yo he decidido entregarlos en tu mano, y ninguno de ellos te podrá ganar. Entonces Josué los atacó y los hizo correr y mientras iban huyendo de los israelitas, el Señor arrojó desde el cielo grandes piedras de hielo sobre ellos; y fueron más los que murieron por las piedras del granizo, que los que los hijos de Israel mataron con sus espadas. 

Josué detiene el sol en Gabaón 

La batalla continuaba, pero ya se hacía tarde y si llegaba la oscuridad, se iban a escapar los enemigos de Israel, entonces Josué dijo en presencia de los israelitas: 
Sol, detente en Gabaón; y tú, luna, en el valle de Ajalón. 
Y el sol se detuvo y la luna se paró, hasta que la gente se hubo vengado de sus enemigos. Y el sol se paró en medio del cielo, y no se apresuró a ponerse casi un día entero. Y no hubo día como aquel, ni antes ni después de él, habiendo atendido El Señor a la voz de un hombre; porque El Señor peleaba por Israel.  
Jos 10 

Muerte de Josué 
Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de El Señor, siendo de ciento diez años. 
Jos 24:29 

Por Javier Contreras

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