Basados en el libro de Reyes de la Santa Biblia
(Parte 2 de 2)
División del reino de Israel
Tras la muerte de Salomón, el pueblo de
Israel le dijo al nuevo rey Roboam que su
padre Salomón les había exigido mucho,
que si él suavizaba su carga, lo aceptarían
como rey, pero el rey Roboam, lejos de la
sabiduría de su padre y lleno de soberbia, se
hizo aconsejar por sus amigos de juventud
y le respondió al pueblo de Israel que él les
exigiría más que su padre Salomón. Entonces
diez tribus de Israel lo desconocieron como
rey y sólo las tribus de Judá y de Benjamín
lo siguieron reconociendo. Con lo que el país
quedó dividido en dos reinos: Israel al norte
y Judá al sur, y Jerusalén fue ahora sólo
capital del reino de Judá. 1 Reyes 12
Reinado de Ajab
Con el paso del tiempo, hubo diferentes reyes
en los reinos de Israel y Judá, la mayoría de
ellos más bien mediocres, generalmente
alejados de la voluntad del Señor, con lo
que el antiguo esplendor de los reinados de
Salomón y David, fue quedando sólo como
un recuerdo lejano. Uno de los reyes del
reino de Israel, que destacó por ofender al
Señor más que los demás fue Ajab. Este
tomó por mujer a Jezabel, hija de Et-baal rey
de los sidonios, y fue y sirvió a otros dioses a
los que les hizo altares y templos, con lo que
molestó tanto al Señor que Éste por fin se
decidió a castigarlos con una gran sequía. 1
Reyes 16:29-34
Elías predice la sequía
Aquí es donde aparece el Profeta Elías,
el más grande de los profetas del antiguo
testamento, que se presenta ante el rey Ajab
y le dice de parte de Dios, que castigará a
Israel con una gran sequía que durará varios
años. Al empezar la sequía, Dios le dice a
Elías: Apártate de aquí, y vuélvete al oriente,
y escóndete en el arroyo de Kerit, que está
frente al Jordán. 4 Beberás del arroyo; y Yo
he mandado a los cuervos que te den allí
de comer. 5 Y él fue e hizo conforme a la
palabra de Jehová; pues se fue y vivió junto
al arroyo de Kerit, que está frente al Jordán.
6 Y los cuervos le traían pan y carne por la
mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía
del arroyo. 7 Pasados algunos días, se secó
el arroyo, porque no había llovido sobre la
tierra. 1 Reyes 17:1-7
Elías y la viuda de Sarepta
8 Al secarse el arroyo de Kerit, donde vivía
Elías, vino luego a él palabra de Jehová,
diciendo: 9 Levántate, vete a Sarepta de
Sidón, y mora allí; he aquí Yo he dado orden
allí a una mujer viuda que te sustente. 10
Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y
cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí
una mujer viuda que estaba allí recogiendo
leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me
traigas un poco de agua en un vaso, para
que beba. 11 Y yendo ella para traérsela,
él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que
me traigas también un bocado de pan en tu
mano. 12 Y ella respondió: Vive Jehová tu
Dios, que no tengo pan cocido; solamente
un puñado de harina tengo en la tinaja, y
un poco de aceite en una vasija; y ahora
recogía dos leños, para entrar y prepararlo
para mí y para mi hijo, para que lo comamos,
y nos dejemos morir. 13 Elías le dijo: No
tengas temor; ve, haz como has dicho; pero
hazme a mí primero de ello una pequeña
torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela;
y después harás para ti y para tu hijo. 14
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así:
La harina de la tinaja no escaseará, ni el
aceite de la vasija disminuirá, hasta el día
en que Jehová haga llover sobre la faz de
la tierra. 15 Entonces ella fue e hizo como
le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa,
muchos días. 16 Y la harina de la tinaja no
escaseó, ni el aceite de la vasija menguó,
conforme a la palabra que Jehová había
dicho por Elías.
17 Después de estas cosas aconteció que
cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la
enfermedad fue tan grave que no quedó en
él aliento. 18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo
yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí
para traer a memoria mis iniquidades, y para
hacer morir a mi hijo? 19 El le dijo: Dame acá
tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo
llevó al aposento donde él estaba, y lo puso
sobre su cama. 20 Y clamando a Jehová,
dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en
cuya casa estoy hospedado has afligido,
haciéndole morir su hijo? 21 Y se tendió
sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová
y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas
volver el alma de este niño a él. 22 Y Jehová
oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió
a él, y revivió. 23 Tomando luego Elías al
niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo
dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo
vive. 24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora
conozco que tú eres varón de Dios, y que la
palabra de Jehová es verdad en tu boca. 1
Reyes 17:8-24
El sacrificio del Monte Carmelo
1 Pasados muchos días, vino palabra de
Jehová a Elías en el tercer año, diciendo: Ve,
muéstrate a Ajab, y Yo haré llover sobre la faz
de la tierra. 2 Fue, pues, Elías a mostrarse a
Ajab. Y el hambre era grave en Samaria.
17 Cuando Ajab vio a Elías, le dijo: ¿Eres
tú el que turbas a Israel? 18 Y él respondió:
Yo no he turbado a Israel, sino tú y la casa
de tu padre, dejando los mandamientos de
Jehová, y siguiendo a los baales. 19 Envía,
pues, ahora y congrégame a todo Israel en el
monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta
profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas
de Asera, que comen de la mesa de Jezabel.
Elías y los profetas de Baal
20 Entonces Ajab convocó a todos los hijos
de Israel, y reunió a los profetas en el monte
Carmelo. 21 Y acercándose Elías a todo el
pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis
vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová
es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él.
Y el pueblo no respondió palabra. 22 Y Elías
volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado
profeta de Jehová; mas de los profetas de
Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres.
23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan
ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo
sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y
yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre
leña, y ningún fuego pondré debajo. 24
Invocad luego vosotros el nombre de vuestros
dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y
el Dios que respondiere por medio de fuego,
ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió,
diciendo: Bien dicho. 25 Entonces Elías dijo
a los profetas de Baal: Escogeos un buey, y
preparadlo vosotros primero, pues que sois
los más; e invocad el nombre de vuestros
dioses, mas no pongáis fuego debajo. 26
Y ellos tomaron el buey que les fue dado
y lo prepararon, e invocaron el nombre de
Baal desde la mañana hasta el mediodía,
diciendo: ¡Baal, respóndenos! Pero no había
voz, ni quien respondiese; entre tanto, ellos
andaban saltando cerca del altar que habían
hecho. 27 Y aconteció al mediodía, que Elías
se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta
voz, porque dios es; quizá está meditando, o
tiene algún trabajo, o va de camino; tal vez
duerme, y hay que despertarle. 28 Y ellos
clamaban a grandes voces, y se tajaban
con cuchillos y con lancetas conforme a su
costumbre, hasta chorrear la sangre sobre
ellos. 29 Pasó el mediodía, y ellos siguieron
gritando frenéticamente hasta la hora de
ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna
voz, ni quien respondiese ni escuchase.
30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo:
Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó;
y él arregló el altar de Jehová que estaba
arruinado. 31 Y tomando Elías doce piedras,
conforme al número de las tribus de los hijos
de Jacob, al cual había sido dada palabra de
Jehová diciendo, Israel será tu nombre, 32
edificó con las piedras un altar en el nombre
de Jehová; después hizo una zanja alrededor
del altar, en que cupieran dos medidas de
grano. 33 Preparó luego la leña, y cortó el
buey en pedazos, y lo puso sobre la leña.
34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua,
y derramadla sobre el holocausto y sobre la
leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo
hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y
lo hicieron la tercera vez, 35 de manera que
el agua corría alrededor del altar, y también
se había llenado de agua la zanja.
36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el
holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo:
Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de
Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios
en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por
mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme,
para que conozca este pueblo que tú, oh
Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el
corazón de ellos. 38 Entonces cayó fuego de
Jehová, y consumió el holocausto, la leña,
las piedras y el polvo, y aun lamió el agua
que estaba en la zanja. 39 Viéndolo todo
el pueblo, se postraron y dijeron: ¡Jehová
es el Dios, Jehová es el Dios! 40 Entonces
Elías les dijo: Prended a los profetas de
Baal, para que no escape ninguno. Y ellos
los prendieron; y los llevó Elías al arroyo de
Cisón, y allí los degolló.
Elías ora por lluvia
41 Entonces Elías dijo a Ajab: Sube, come
y bebe; porque una lluvia grande se oye. 42
Ajab subió a comer y a beber. Y Elías subió
a la cumbre del Carmelo, y postrándose en
tierra, puso su rostro entre las rodillas. 43 Y
dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el
mar. Y él subió, y miró, y dijo: No hay nada.
Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces. 44
A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña
nube como la palma de la mano de un
hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve, y di
a Ajab: Unce tu carro y desciende, para que
la lluvia no te ataje. 45 Y aconteció, estando
en esto, que los cielos se oscurecieron con
nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y
subiendo Ajab, vino a Jezreel. 46 Y la mano
de Jehová estuvo sobre Elías, el cual amarró
su cinturón, y corrió delante de Ajab hasta
llegar a Jezrael. 1 Reyes 18:17-46
Elías huye al desierto.
Encuentra a Dios en el Horeb
1 El rey Ajab dio a su esposa Jezabel la
nueva de todo lo que Elías había hecho, y
de cómo había matado a espada a todos los
profetas. 2 Entonces envió Jezabel a Elías
un mensajero, diciendo: Así me hagan los
dioses, y aun me añadan, si mañana a estas
horas yo no he puesto tu persona como la de
uno de ellos. 3 Viendo, pues, el peligro, se
levantó y se fue para salvar su vida, y vino
a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a
su criado.
4 Y él se fue por el desierto un día de
camino, y vino y se sentó debajo de un
enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya,
oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo
mejor que mis padres. 5 Y echándose debajo
del enebro, se quedó dormido; y he aquí
luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate,
come. 6 Entonces él miró, y he aquí a su
cabecera un pan cocido sobre las brasas, y
una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió
a dormirse. 7 Y volviendo el ángel de Jehová
la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate
y come, porque largo camino te resta. 8 Se
levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido
con aquella comida caminó cuarenta días y
cuarenta noches hasta Horeb, el monte de
Dios.
9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó
la noche. Y vino a él palabra de Jehová,
el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? 10
El respondió: He sentido un vivo celo por
Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos
de Israel han dejado tu pacto, han derribado
tus altares, y han matado a espada a tus
profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan
para quitarme la vida. 11 El le dijo: Sal fuera,
y ponte en el monte delante de Jehová. Y
he aquí Jehová que pasaba, y un grande
y poderoso viento que rompía los montes,
y quebraba las peñas delante de Jehová;
pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el
viento un terremoto; pero Jehová no estaba
en el terremoto. 12 Y tras el terremoto un
fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y
tras el fuego un silbo apacible y delicado. 13
Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con
su manto, y salió, y se puso a la puerta de la
cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo:
¿Qué haces aquí, Elías? 14 El respondió:
He sentido un vivo celo por Jehová Dios
de
los ejércitos; porque los hijos de Israel han
dejado tu pacto, han derribado tus altares, y
han matado a espada a tus profetas; y sólo
yo he quedado, y me buscan para quitarme
la vida. 15 Y le dio Jehová: Ve, vuélvete por
tu camino, por el desierto de Damasco; y
llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.
16 A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre
Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abelmehola,
ungirás para que sea profeta en tu
lugar. 17 Y el que escapare de la espada de
Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare
de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18
Y Yo haré que queden en Israel siete mil,
cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y
cuyas bocas no lo besaron 1 Reyes 19:1-18
Llamamiento del profeta Eliseo
19 Se fue Elias y halló a Eliseo hijo de
Safat, que araba su tierra. Y pasando Elías
por delante de él, echó sobre él su manto.
20 Entonces dejando él los bueyes, vino
corriendo en pos de Elías, y dijo: Te ruego
que me dejes besar a mi padre y a mi madre,
y luego te seguiré. Y él le dijo: Ve, vuelve;
¿qué te he hecho yo? 21 Y se volvió, y
tomó un par de bueyes y los mató, y con el
arado de los bueyes coció la carne, y la dio
al pueblo para que comiesen. Después se
levantó y fue tras Elías, y le servía. 1 Reyes
19:19-21.
Por Javier Contreras
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