Un nieto es un anhelo convertido
en realidad: A él le damos los besos
que tal vez no le dimos a los hijos.
Y ellos nos dan los besos que quizá ya
nadie nos da.
En los nietos se alarga la vida hacia
unos límites de amor que no se soñaron.
Los hijos fueron el testimonio.
Los nietos la confirmación.
Por eso se quieren tanto.
Por eso son el juguete espiritual de la edad
mayor.
¡Tú Sabes Con Quien Compartirlo!
--------------------------------
Los problemas de mi madre
Aquí la primera reflexión del día:
Había estado adelgazando
peligrosamente y estaba deprimiéndose.
Era irritable, gruñona y amargada.
Hasta que un día, de pronto, ella
cambió. La situación estaba igual, pero ella
era distinta.
“Viejita -dijo mi padre- llevo tres meses
buscando trabajo y no he encontrado nada,
voy a echarme unas chelas con los amigos.”
-Ah, okey.-Contestaba mi madre. -Ya
encontrarás.
“Mamá -dijo mi hermano- reprobe todas
las materias en la facultad.”
-Ah, okey. -Respondió mi madre. -Ya
te recuperarás y si no pues repites el
semestre. Pero te lo pagas tú.
“Mamá- dijo mi hermana- Choqué el
carro.”
-Ah, okey. -Suspiró mi madre. -llévalo
al taller, busca como pagar y por lo pronto
muévete en combi.
“Nuera -llegó diciendo su suegra, que
siempre la fustigaba y encaraba-, vengo a
pasar unos meses con ustedes.”
-Ah, okey. -dijo mi madre. -Acomódese
en el sillón y agarre unas cobijas del clóset.
Todos se reunieron preocupados
al ver estas “no reacciones” de mi
madre. Sospechaban que hubiera ido
al médico para que le recetara unas
pastillas de Alpinchimadrina de 1000 mgs.
Seguramente estaría ingiriendo una
sobredosis.
Propusimos hacer una “intervención”
a mi madre para alejarla de cualquier
posible adicción que tuviera hacia algún
medicamento anti-encabritamiento.
Pero cual fue nuestra sorpresa que,
cuando nos reunimos en torno a ella,
explicó:
-”Me tomó mucho tiempo darme cuenta
de que cada quien es responsable de
su vida. Me tomó años descubrir que mi
angustia, mi mortificación, mi depresión,
mi enojo, mi insomnio y mi estrés, no sólo
NO resolvían sus problemas sino que
AGRAVABAN los míos.
YO NO SOY RESPONSABLE DE
LAS ACCIONES DE LOS DEMÁS,
PERO SÍ SOY RESPONSABLE DE LAS
REACCIONES QUE EXPRESE ANTE
ESO.
Por lo tanto, llegué a la conclusión
de que mi deber para conmigo misma es
mantener la calma y dejar que cada quien
resuelva lo que le corresponde. He tomado
cursos de yoga, de meditación, de Milagros,
de Desarrollo Humano, de Higiene Mental y
de Programación Neurolingüística... y hay
un común denominador: QUE YO SÓLO
PUEDO TENER INJERENCIA SOBRE
MÍ MISMA, USTEDES TIENEN TODOS
LOS RECURSOS NECESARIOS PARA
RESOLVER SU PROPIA VIDA.
Yo sólo podré darles mi consejo si
acaso me lo pidieran y de ustedes depende
seguirlo o no. Así que de hoy en adelante,
yo dejo de ser el receptáculo de sus
responsabilidades, el costal de sus culpas,
la lavandera de sus remordimientos, la
abogada de sus faltas, la depositaria sus
deberes o su llanta de refacción para
cumplir sus responsabilidades.
Los declaro a todos adultos
independientes y autosuficientes.”
Todos se quedaron mudos.
Ese día la familia comenzó a funcionar mejor...
Porque cuando mamá está bien, todos en
la casa sabrán lo que les toca hacer...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario