Eliseo y los arameos
Tenía el rey de Aram guerra contra
Israel, y consultando con sus generales,
dijo: Atacaremos tal pueblo por
sorpresa, pero Eliseo le mandaba decir
al rey de Israel: cuida tal pueblo porque
lo van a atacar los de Aram. Cuando
llegaron los atacantes, encontraban el
pueblo resguardado. Entonces decía
el rey de Aram a sus
oficiales: ataquemos
aquel otro, y Eliseo
le avisaba al rey
de Israel y cuando
llegaban los de
Aram pretendiendo
sorprenderlos ,
el pueblo estaba
prevenido esperando
el ataque.
El rey de Aram
se molestó mucho
porque pensó que
había un traidor
entre sus oficiales
que iba y avisaba
a los de Israel, sus
planes secretos.
Pero uno de sus
oficiales le dijo: No, rey señor mío, nadie
te ha traicionado, sino que Eliseo , el
profeta que hay en Israel, revela a su
rey hasta las palabras que tú hablas en
tu cámara más secreta o tu dormitorio.
13 Y él dijo: vayan y entérense dónde
está, para que yo envíe soldados a
arrestarlo. Le informaron que estaba
en Dotán. 14 Entonces envió el rey allá
gente de a caballo, y carros, y un gran
ejército, los cuales vinieron de noche, y
sitiaron la ciudad.
15 El ayudante de Eliseo se levantó
de mañana, salió y vio el ejercito que
tenía sitiada la ciudad. Entonces
asustado le avisó a Eliseo y le dijo:
¿qué haremos? 16 Eliseo le respondió:
No tengas miedo, porque más son los
que están con nosotros que los que
están con ellos. 17 Y oró Eliseo, y dijo:
Te ruego, oh Jehová, que abras sus
ojos para que él vea. Entonces Jehová
abrió los ojos del criado, y éste miró que
el monte estaba lleno de gente de a
caballo, y de carros de fuego alrededor
de Eliseo . 18 Y luego que los sirios
descendieron a
él, oró Eliseo a
Jehová, y dijo:
ruego que hagas
que esta gente
no vea
hizo que aquellos
soldados no
entendieran
dónde estaban
y se sintieran
perdidos ,
conforme a
la petición de
Eliseo. 19 Eliseo
se acercó a ellos
y les dijo: No es
este el camino, ni
es esta la ciudad;
seguidme, y yo
os guiaré al hombre que buscáis. Y los
guió a Samaria.
20 Y cuando llegaron a Samaria, dijo
Eliseo: Jehová, abre los ojos de éstos,
para que vean. Y Jehová abrió sus ojos,
y miraron, y se hallaban en medio de
Samaria. 21 Cuando el rey de Israel los
hubo visto, dijo a Eliseo: ¿Los mataré,
padre mío? 22 El le respondió: Si no
matas a los que capturas en la guerra,
¿cómo matarías a estos? Pon delante
de ellos pan y agua, para que coman
y beban, y vuelvan a sus señores. 23
Entonces se les preparó una gran
comida; y cuando habían comido y
bebido, los envió, y ellos se volvieron a
su señor. 2 REYES 6:8-23
Eliseo y el sitio de Samaria
24 Tiempo después de esto
aconteció que el rey de Siria reunió todo
su ejército, y subió y sitió a Samaria. 25 Y
hubo gran hambre en la ciudad al grado
de que una cabeza de burro se vendía
en el equivalente al jornal de toda una
semana, a consecuencia de aquella
guerra. La gente estaba desesperada
por el hambre y le pidieron a Eliseo que
orara a ver si se resolvía la situación; él
oró y les dijo: Así dijo Jehová: Mañana a
estas horas habrá comida abundante
en la ciudad, pero muchos no lo podían
creer por la desesperación que tenían.
3 Había a la entrada de la puerta de
la ciudad cuatro hombres leprosos, los
cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué
nos estamos aquí hasta que muramos?
4 Si tratáremos de entrar en la ciudad,
por el hambre que hay en la ciudad
moriremos en ella; y si nos quedamos
aquí, también moriremos. Vamos, pues,
ahora, y pasemos al campamento de
los sirios; si ellos nos dieren la vida,
viviremos; y si nos dieren la muerte,
moriremos. 5 Se levantaron, pues,
al anochecer, para ir al campamento
de los sirios; y llegando a la entrada
del campamento de los sirios, vieron
que no había nadie en las carpas. 6
Porque Jehová había hecho que en
el campamento de los sirios se oyese
estruendo de carros, ruido de caballos,
y estrépito de gran ejército ; y los sirios
pensaron el rey de Israel había pedido
ayuda al rey de Egipto o a algún otro
rey y que un gran ejército había venido
a ayudar. 7 Y así se levantaron y
huyeron al anochecer, abandonando
sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y
el campamento como estaba; y habían
huido para salvar sus vidas.
8 Así que los leprosos llegaron a la
entrada del campamento, entraron en una
tienda y comieron y bebieron, y tomaron
de allí plata y oro y vestidos, y fueron y
lo escondieron; y vueltos, entraron en
otra tienda, y de allí también tomaron
cosas, y fueron y las escondieron.
Cuando se dieron cuenta de que todo
el campamento estaba vacío, y que los
sirios se habían ido, fueron a la ciudad
a informar. Toda la gente se despertó y
corrió al campamento de los sirios llenos
de alegría, comieron y se hartaron y
tomaron toda la comida que quisieron
para llevar a la ciudad; y tal como había
dicho Dios por boca de Eliseo; ese día
hubo comida en abundancia para todos.
2 REYES 6:24-7:17
Muerte de Eliseo y fin del reino de
Israel

Senaquerib invade
a Judá
Tiempo después,
a los catorce años
del reinado del rey
Ezequías, rey de Judá,
subió Senaquerib rey
de Asiria contra todas
las ciudades fortificadas
del reino, y las tomó. 5
Vinieron, los siervos del
rey Ezequías al profeta Isaías a pedirle
que orara y pidiera ayuda al Señor.
6 Isaías les respondió: Así ha dicho
Jehová: No temas del rey de Asiria.
protegeré a esta ciudad y la salvaré
para proteger mi honor y por fidelidad
a mi siervo David.
35 Y aconteció que aquella misma
noche salió el ángel de Jehová, y mató
en el campamento de los asirios a
ciento ochenta y cinco mil; y cuando
se levantaron por la mañana los que
quedaron vivos, encontraron que la
mayoría de los soldados estaban
muertos. 36 Entonces Senaquerib rey
de Asiria se fue, y volvió a Nínive. 2
REYES 18:13-19:36
Enfermedad de Ezequías
1 En aquellos días Ezequías cayó
enfermo de muerte. Y vino a él el profeta
Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice
así: Ordena tu casa, porque morirás, y
no vivirás . 2 Entonces él volvió su rostro
a la pared, y oró a Jehová y dijo: 3 Te
ruego, oh Jehová, te ruego que hagas
memoria de que he andado delante de
ti en verdad y con íntegro corazón, y que
he hecho las cosas que te agradan. Y
lloró Ezequías con abundantes lágrimas.
4 Y antes que Isaías saliese hasta la
mitad del patio, vino palabra de Jehová
a Isaías, diciendo: 5 Vuelve, y di a
Ezequías, príncipe de mi pueblo: Así
dice Jehová, el Dios de David tu padre:
Yo he oído tu oración, y he visto tus
lágrimas; he aquí que yo te sano ; al
tercer día subirás a la casa de Jehová.
6 Y añadiré a tus días quince años, 7
Y dijo Isaías: Tomen una masa de higos.
Y tomándola, la pusieron sobre la llaga,
y sanó.
8 Y Ezequías había dicho a Isaías:
¿Qué señal tendré de que Jehová me
dará quince años más? 9 Respondió
Isaías: Esta señal tendrás de que hará
Jehová esto que ha dicho: ¿Avanzará
la sombra diez grados, o retrocederá
diez grados? 10 Y Ezequías respondió:
Fácil cosa es que la sombra avance diez
grados; pero no que la sombra vuelva
atrás diez grados. 11 Entonces el profeta
Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la
sombra diez grados . 2 REYES 20:1-11
Nabucodonosor destruye
Jerusalén
En el octavo año del reinado de
Joaquín, el reino de Judá fue invadido
por Nabucodonosor rey de Babilonia, y
la ciudad de Jerusalén fue destruida y
saqueada .13 Nabucodonosor se llevó
todos los tesoros de la casa de Jehová,
y los tesoros de la casa real, y rompió en
pedazos todos los utensilios de oro que
había hecho Salomón rey de Israel en la
casa de Jehová. 14 Y llevó en cautiverio
a toda Jerusalén, a todos los príncipes,
y a todos los hombres valientes, hasta
diez mil cautivos, y a todos los artesanos
y herreros; no quedó nadie, excepto los
pobres. 15 Asimismo llevó cautivos a
Babilonia a Joaquín, a la madre del rey, a
las mujeres del rey, a sus oficiales y a los
poderosos de la tierra; cautivos los llevó
de Jerusalén a Babilonia. 16 A todos los
hombres de guerra, que fueron siete mil,
y a los artesanos y herreros, que fueron
mil, y a todos los valientes para hacer la
guerra, llevó cautivos el rey de Babilonia.
Solamente dejaron a los pobres, para
que labraran las viñas y la tierra. 2
REYES 24:8-25:10
Con esto inicia el destierro del
pueblo de Dios en Babilonia, mismo
que va a durar 70 años, hasta que los
persas dominen el mundo conocido y
les permitan regresar a Jerusalén a
los descendientes de los desterrados,
encabezados por Esdras y Nehemías.
Por Javier Contreras
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