La amebiasis y el gemelo malvado.
Es la parasitosis más importante en esta
lista. En las amebiasis debes saber que la
transmisión es fecal-oral y que existen 2
especies del parásito productor. Imagina
que fueran gemelos: Entamoeba dispar,
la especie más prevalente y se asocia
con un estado de portador asintomático;
en cambio E. histolytica, (el gemelo
malvado) es patógena pues invade y causa
enfermedad sintomática. Recuerda que la
infección se produce al ingerir los quistes
del parásito; los cuales son resistentes a
bajas temperaturas, a las concentraciones
de cloro para la purificación de las aguas,
así como a los ácidos gástricos y enzimas
digestivas.
Clínicamente el paciente puede estar
asintomático (>90%), en el resto procura
identificar alguno de los siguientes cuadros:
• En colitis amebiana, encontrarás
un cuadro diarréico de 1 a 2 semanas
con sangre y moco, dolor abdominal y
tenesmo. El examen físico demostrará
dolor en abdomen bajo. La encontrarás
especialmente en pacientes de 1-5 años de
edad.
•La disentería amebiana por su parte,
se presenta con diarrea intensa asociada
a inicio súbito de fiebre y escalofríos, por
lo que debes de estar al tanto del estado
hidroelectrolítico.
•El ameboma es una infección localizada
sobre todo en ciego o colon ascendente, al
explorar el abdomen lo podrás palpar como
una masa dolorosa.
• El absceso hepático es una
complicación grave pero infrecuente en niños (<1%). Y puede aparecer en meses o años después de la exposición.
La amebiasis intestinal puede ser
diagnosticada mediante la detección
del parásito en heces o biopsia de la
mucosa. La sangre oculta está presente
en prácticamente todos los casos de colitis
amebiana y puede utilizarse como prueba
de detección barata. En casos de amebiasis
extraintestinal, la ecografía y la tomografía
computarizada son técnicas sensibles para
detectar abscesos hepáticos. Si creías
que la amebiasis intestinal es cosa de
niños, te recordamos que sus principales
complicaciones son la perforación intestinal,
megacolon tóxico y peritonitis.
Baja de peso… ¡con Giardia, sí!
En esta parasitosis podrás encontrar
infecciones sintomáticas, tras un período
de incubación que va de 1 a 2 semanas.
Debes estar atento a cuadros de diarrea
autolimitada, con o sin febrícula y anorexia;
presentando diarrea, dolor, distensión
abdominal, flatulencias y pérdida de peso.
Para distinguir la diarrea producida por
Giardia de otras, recuerda que al inicio
ésta es profusa y acuosa, y evoluciona
a grasienta, maloliente y flotante. El
diagnóstico se puede hacer mediante la
búsqueda del parásito en heces. Pero
no olvides que el examen coprológico o
coprocultivo ofrecen los mejores resultados.
Comezón en el oxiuro.
La oxiurasis o enterobiasis, es causada
por Enterobius vermicularis, parásito que
habita en las zonas cercanas al ciego. Muy
pocas veces representa un problema médico
grave, deberás tenerla en mente cuando el
paciente refiera prurito anal con predominio
nocturno. Parte del tratamiento consiste
en evitar el rascado, ya que contamina los
dedos y provoca autoinfección o infección a
otros por propagación fecal-oral.
La prueba diagnóstica habitual consiste
en presionar un trozo de cinta adhesiva
transparente sobre el ano del niño antes
del baño matutino, luego colócalo sobre
una laminilla que tenga una gota de xileno.
El examen microscópico de baja resolución
normalmente demuestra los huevecillos.
De vez en cuando, los huevos o gusanos
adultos se ven en muestras fecales. Te
aconsejamos explicar a los padres que es
posible que ellos vean gusanos en la región
perianal de su hijo, sobre todo mientras
está dormido.
A todo pulmón.
La ascariasis es provocada por Ascaris
lumbricoides, al tener contacto con huevos
o larvas que crecen en el suelo húmedo.
En esta parasitosis te sugerimos buscar
manifestaciones de obstrucción intestinal
tales como: vómito, distensión abdominal
y retortijones, así como del tracto biliar o
pancreático, ya que pueden migrar a estas
zonas causando cuadros de colecistitis o
pancreatitis.
De manera particular, busca datos de
compromiso pulmonar, ¿por qué? Una
de sus terroríficas características es que
los huevos, una vez ingeridos, rompen el
intestino delgado del huésped penetrando
en la mucosa, migrando hasta los pulmones
por la circulación venosa (neumonía de
Löeffer), por lo que es posible que el motivo
de consulta sea tos o disnea; incluso
pudieras encontrar larvas en LAS FLEMAS
DE LA TOS. El diagnóstico tiene un fuerte
componente clínico sin embargo, puede ser
auxiliado por la microscopía de las heces
en busca de huevecillos o por observación
directa de los gusanos.
La caída del recto.
La trichuriasis es una parasitosis
transmitida por la ingestión de huevos
infectantes. Es importante reconocer que
los síntomas no están presentes a menos
de que la infección sea grave, en ese caso
encontrarás dolor y distensión abdominal,
diarrea y anemia ferropénica. Presta
especial atención a las infecciones masivas
que pueden producir prolapso rectal o
disentería.
La detección en las heces de
huevecillos con característica en forma
de barril confirma el diagnóstico. Los
gusanos adultos pueden ser vistos en
recto prolapsado o a la proctoscopía; sus
cabezas delgadas están incrustadas en la
mucosa, y las porciones posteriores más
gruesas sobresalen. Puede que también
encuentres eosinofilia leve o moderada.
Lombriz de hierro.
En la uncinariasis puedes identificar
a los niños que están crónicamente
infectados, debido a que sufren pérdidas
sanguíneas intestinales que dan lugar a
déficit de hierro; esta anemia la encontrarás
asociada a malestar abdominal, dolor tipo
cólico, náuseas, diarrea y pérdida de peso
por desnutrición proteínico-calórica. Te
sugerimos considerar que, cuanto más
grande sea el parásito, más evidente será
la clínica, pues este consume más sangre
(hasta 0.5 ml por lombriz al día).
Domando a la solitaria.
La teniasis es causada por Taenia
saginata o T. solium (la famosa solitaria).
En la mayoría de estas infecciones la única
manifestación clínica es el dolor abdominal
debido al paso de proglótides por el tracto
intestinal. Los niños pueden albergar al
gusano adulto por años y se presentarán a
tu consulta por dolor abdominal, anorexia y
diarrea.
Los huevos o proglótides se pueden
encontrar en las heces o en la piel perianal
(utilizando el método de la cinta que
explicamos para la detección de oxiuros).
Si bien, las parasitosis intestinales son
enfermedades que presentan un amplio
abanico de características clínicas similares
entre sí, ahora sabes que cada uno tiene
ciertas cualidades que las hacen únicas y
especiales. Sólo basta que las recuerdes,
indiques el tratamiento y fomentes la
prevención de las parasitosis más comunes
en pediatría.
Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
drsigala@hotmail.com
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