Oxolotán es un pequeño poblado tabasqueño enclavado
en la sierra sur del estado de Tabasco, en el municipio de
Tacotalpa, que posee el único vestigio colonial de la entidad,
el ex-convento de Santo Domingo de Guzmán. Se cree que
fue construido en 1633 por los padres franciscanos; luego
fue abandonado por éstos y pasó a poder de los dominicos.
De hecho, durante la época colonial, Oxolotán, fue el centro
religioso más importante de Tabasco y parte del Norte de
Chiapas
Oxolotán proviene del náhuatl, es un topónimo aglutinado
que se compone de dos palabras: Ocelotl = jaguar (panthera
onca), tlan = lugar, y que significa “Lugar donde abundan los
jaguares”.
Contexto histórico
era una de las
poblaciones con más habitantes del estado de Tabasco,
pero debido a las enfermedades desconocidas en la Nueva
España, como la viruela negra, y a la sobre explotación de
los indígenas, la población fue menguando hasta que a
principios del siglo XIX ya tenía menos de 500 habitantes.

En 1535, la población de Oxolotán fue encomendada
a Bernardino de Medina, un español sediento de riquezas
y aventuras que al poco tiempo la dejó abandonada para
enrolarse con el conquistador Hernán Cortés en sus viajes
expedicionarios por las costas del Pacífico; por el abandono
de Medina las encomiendas de la zona fueron entregadas
a Tomás Rijoles quien pasado un tiempo también las
abandonó, por lo que luego de una breve disputa el 27 de
junio de 1543, fueron arrebatadas por el propio Francisco de
Montejo, quien nombró como su representante a Francisco
Ramírez.
Fray Diego de Landa, obispo de Yucatán, durante una
visita pastoral a la provincia de Tabasco en 1575, visitó la
población indígena zoque de Oxolotán.
En 1633 los frailes franciscanos Francisco Silvestre
Magallón, Bernabé de Pastrana, Juan Fajardo, Buenaventura
Valdés y Diego de Padilla, fundaron los conventos de
Oxolotán y de Poposá (hoy, Lázaro Cárdenas.)
Diez años después, el convento de Oxolotán pasó a
manos de los frailes dominicos desde donde atendían las
doctrinas de los pueblos de Tacotalpa, Tapijulapa, Puxcatán,
Teapa, Tecomajiaca, Jalapa, Astapa y Cacaos.
Durante el movimiento anticlerical (1928-1936) impulsado
por el gobernador Tomás Garrido Canabal, la iglesia de
Santo Domingo en Oxolotán, se salvó de ser destruida, pero
fue desmantelada y convertida en cuartel militar y escuela.
En el año de 1979 inician los trabajos de restauración
en el convento de Oxolotán, con el fin de rescatar la
construcción histórica y abrirla al turismo.
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