Gonzalo “Chalo” de la Torre Hdez.
chalo2008jalos@hotmail.com
Jalostotitlán, Jal. a 27 de agosto de 2015
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Jalostotitlán, Jal. a 27 de agosto de 2015
Un pasillo amplio, lleno de luz y aire, de colores vivos y
agradables con ventanales que permiten que la mirada descanse
sobre unos verdes prados bien cuidados y árboles que con su
presencia te dicen: soy tu hermano y purifico el aire que respiras,
además que embellezco tu entorno.
Por ese pasillo, a unos metros en dirección mía, se acercan
una señora de unos treinta y cinco años, pelo largo suelto cuya
indulgente soltura enmarca un rostro hermoso lleno de amor hacia
una niña, tomada de su mano; la infante, de unos tres años de
edad camina con una evidente dificultad, pero su andar demuestra
una decisión imbatible y decidida. Su rostro de facciones hermosas,
orejas descubiertas y la frente cubierta por un tupé bien recortado
a la altura de sus cejas, dejan ver unos ojos tan negros, hermosos
e impactantes, que esa mirada no puedo ni deseo olvidar nunca.
Al llegar al punto de encuentro, esa mirada se fija en mis ojos
verdes y tiernamente, como ordenando de una manera amorosa,
me pregunta: ¿quieres jugar conmigo? Imposible resistirse. La
mamá, con su mirada mostró su aceptación y tomé la mano derecha
de la preciosa y al instante sentí algo tan hermoso que es imposible
describir con todas las palabras de nuestro idioma. De su mano,
transmitiéndo una felicidad innenarrable, dimos varios giros y su
sonrisa ha sido una de las mayores gratificaciones que he recibido.
Luego, la madre, con lágrimas contenidas pero evidentes
en sus bellos ojos, me comentó algo que me impactó aún más;
después de varios meses de terapias, ése, precisamente ése, era
el primer día que la niña caminaba por sí sola. Era el primer día que
caminaba a pesar de su distrofia muscular. Imagine usted lo que
sentí…y aún siento.
Ese pasillo al que me refiero, se encuentra en el CRIT de
Aguascalientes y conduce a unos módulos donde se encuentra
todo un mundo de amor, sonrisas, buenas vibras, servicios y sobre
todo, esperanza para los niños que tienen alguna incapacidad física
y encuentran aquí muchas manos que están para hacer de su vida
un mundo mejor.
Los calendarios dicen que éste que escribe, desde que nació,
el mundo ha dado sesenta veces la vuelta al sol. Pues yo creo que
sigo siendo niño, pues los infantes, incluídos mis nietos y bisnietas
siguen siendo unos amigos con quienes jugar al tú por tú. O sea,
soy un niño de sesenta años. ¿Lo cree usted estimado lector?
¿Habrá algo más conmovedor que Dios haya hecho que los niños?
La semana pasada, en las instalaciones del CRIT en
Guadalajara, a donde he estado llevando a uno de mis sobrinos,
Leonardo de Jesús Carrera Guzmán, mientras recibía sus terapias,
admiraba el hermoso paisaje que es el llano de la Guadalajara de
Pepe Guízar, ahora repleto de edificios modernos y el imponente
templo de los Mártires, cuando percibí con la mirada, una señora
que empujaba una camilla muy sui géneris; no se parecía a ninguna
que haya visto en mi vida. No era bonita pero sí muy funcional. No
fue eso lo que llamó mi atención. Atrajeron mi mirada unos ojos
negros preciosos enmarcados en unos rasgos faciales de una
finura pocas veces vista, unas pestañas como tejabán y unas cejas
negras y bien definidas.
Pero sobre sus cejas, un cráneo de grandes proporciones
indicaba una malformación que impedía que tuviese una vida
“normal”, como la suya o como la mía; Su abuela, doña Juana García,
que lleva regularmente a sus terapias a Pau (Paulina) procedente
del vecino y hermano estado de Nayarit, más concretamente de Tepic, de la colonia Burócrata, con el mayor de los cariños, coloca
entre sus muy raquíticos pies y manos, unos aparatos que ayudan
un poco a que su corta vida sea , un poquito mejor. Nació sin
cerebro.
Los médicos, al nacer, diagnosticaron una esperanza de vida
para Pau, de entre unos tres o seis meses a lo máximo. Dios ha
dicho que aún no es hora de llevarla al paraíso; Tiene ahora más de
tres años de edad, recibiendo todo el cariño de sus padres y de su
abuela, de la que se ha convertido en su adoración. Algún médico
sugirió una cirugía, pero al revisar a fondo su expediente, llegó a la
conclusión de que no había nada qué operar. Intervenir significaría
necesariamente, la muerte de tan preciosa infante. Una verdadera
lástima para la humanidad.
Los padres y abuela, decidieron tomar todo el amor que
esa niña, desprovista de cerebro, pero conducto del Creador, les
pudiera proporcionar durante el tiempo que el Ser Supremo, con
toda su generosidad y misericordia decida darles como regalo
inolvidable y esperanzador.
Por cierto; esa camilla junto con un colchón especial, su
costo asciende a más de quince mil pesos de los cuales no tuvieron
que desembolsar sus parientes, de muy escasos recursos, ni un
solo centavo; se los donó el Teletón. La mirada de Pau, transmite…
¿cómo decirlo? Una felicidad no explícita pero manifiesta. Con su
mirada, envía un mensaje divino, muy difícil de describir, pero fácil
de recibir. La vida es bella y Dios con sus designios es un hermoso
misterio.
¿Sabe usted cuánto aporta económicamente al Teletón, esta
familia por diez terapias diversas en beneficio de la preciosa Pau?
La enorme cantidad de $ 95.oo pesos, incluído el IVA. (hasta en
esto, el gobierno, impone el IVA) O sea, un promedio de nueve
pesos con cincuenta centavos por cada terapia. Yo creo que un
médico particular, cobraría eso, tan solo por contestarle a usted el
saludo.
En fechas recientes, se ha desatado en las redes sociales,
una campaña en contra de Televisa, por rumores de que lucra con
los donativos del Teletón. Eso no me consta. No puedo afirmar ni
negar. Lo que sí me consta, y tengo pruebas, es de que los niños con
necesidades especiales, reciben mucho amor, terapias funcionales
y los padres reciben buenas dosis de esperanza, gracias a los
donativos de las almas que generosamente aportan haciendo el
bien, sin mirar a quién.
Las cuotas simbólicas no cubrirían los costos de operación de
doctores, terapeutas, recepcionistas, material, equipos, voluntarios
y todo el personal involucrado.
¿Cuánto valen nuestros niños?
Respóndase usted mismo.
Desde hace años, varios niños de Jalos, se ven beneficiados
de los servicios del CRIT Aguascalientes, quienes gracias a los
apoyos municipales, acuden cada semana a sus terapias en
los vehículos que usted y yo pagamos con nuestros impuestos.
Felicidades, pero… nunca me he enterado que el H. Ayuntamiento
haya realizado algún donativo al CRIT referido. No digo que no lo
hayan hecho, pero no me he enterado.
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