México,país de
raíces guerreras
prehispánicas, con
anhelos de libertad
naciente, de verdinosos
imperios y subordinado por la conquista; la patria, armándose
y rearmándose, entre guerras y acuerdos efímeros, o rotos
de paz.
Nosotros las mexicanas y los mexicanos enajenados,a
pesarde las circunstancias adversas y contingencias que
hemos padecido a lo largo de la historia, no hemos renunciado
a la forma traslúcida y casi casi palpable de sentir ese estado
de concordia que es la paz.
Ante la situación que vivimos, surgen interrogantes que se
pueden y deben considerar en torno a la paz: ¿Es buscada
por México?, ¿Por cada uno de nosotros?...
Es imprescindibleen nuestro país, y en la actualidad la
paz es un ente estático y perplejo,que espera a ser rescatada
por alguno de nosotros y ser devuelta al pueblo mexicano, o, ¿Por qué no?, al mundo.
Los estratos de nuestra sociedad, la violencia,y la
negligencia de la ética,son factores que siempre han
propiciado la guerra y la discordia entre nosotros.
Y, ¿Cómo los mexicanos concebimos el valor de la paz?
La paz que debemos defender es un estado de armonía
entre cada uno de nosotros, con igualdad, respeto,honestidad,
solidaridady que, por consecuencia,nos lleva a la justicia,
con laprimiciade una disminución de la violencia.
El país está dirigido por personas de nombres “corrupción”
y de apellidos “injusticia colectiva”.Esto nos genera gran
impotencia.
¿Acaso el mexicano, elije por sí mismo?
Naturalmente este es un factor por el cual en pleno siglo
XXI la violencia ha sido el alimento de
cada día.
No se olvidanlos tantos sucesos de
injusticia y violencia vividos en nuestro
país. Concebir la paz real es hacer lo
que México no tiene desde hace más de
100 años.
Dejando a un lado el hiperrealismo y con un poco de
matices utópicos, la paz debe ser pregonada como un
partidismo que con celo exagerado tenga una masiva difusión
dentro de la cultura mexicana y global;donde se fomente la
“ética de la paz” como una condición, norma, y obligación de
cada uno de nosotros, de cada individuo.
Petrificado el partidismo de paz dentro de la nación
mexicana, la divulgación pacifista, y con la primacía de tener
un estado de sosiego,se implementaríanlos valores y la paz
real.
La paz habla por sí sola con una verdad implacable, que
lleva consigo la abolición de la discordia que genera cólera
entre las personas.
Paz para todos, es el resultado de una sociedad sin
violencia.Que la paz sea una pandemia que nos mate a
todos de felicidad.
Por: Jennifer Gabriela Rosales Macías
Lic. en Psicología
Materia: Psicología y Problemática Nacional
Mtro. Pablo Huerta Gaytán
Centro Universitario de Los Altos,
Universidad de Guadalajara
Lic. en Psicología
Materia: Psicología y Problemática Nacional
Mtro. Pablo Huerta Gaytán
Centro Universitario de Los Altos,
Universidad de Guadalajara
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