jueves, diciembre 03, 2015

Rotavirus

Prácticamente todos los niños han contraído una infección por rotavirus cuando cumplen 5 años. El rotavirus
es una de las principales causas de diarrea, y las infecciones severas por rotavirus (gastroenteritis por rotavirus) son la principal causa de las diarreas severas que conducen a la deshidratación en lactantes y niños pequeños.En EE.UU., las infecciones por rotavirus son responsables de cerca de 3 millones de casos de diarrea y de 55.000 hospitalizaciones por diarrea y deshidratación en niños menores de 5 años cada año. A pesar de que estas infecciones causan relativamente pocas muertes en EE.UU., la diarrea provocada por el rotavirus causa más de medio millón de muertes en todo el mundo cada año. Esto es especialmente cierto en los países en vías de desarrollo, donde tanto la alimentación como la atención médica no son óptimas. 
Signos y síntomas. 
Los niños afectados por una infección por rotavirus tienen fiebre, náuseas y vómitos, que a menudo van seguidos de retortijones abdominales y de diarreas acuosas y frecuentes. También pueden tener tos y secreción nasal. De todos modos, como ocurre con todos los virus, algunas infecciones por rotavirus cursan con muy pocos síntomas o ninguno en absoluto, sobre todo en la población adulta. A veces, la diarrea que acompaña a una infección por rotavirus es tan fuerte que es muy fácil que lleve a la deshidratación. Entre los signos de la deshidratación se incluyen los siguientes: sed, irritabilidad, inquietud, apatía, ojos hundidos, boca, lengua y piel secas, reducción de la cantidad de visitas al baño para orinar (en los niños) y pañales secos durante varias horas seguidas (en los bebés). 
Contagio. 
Los brotes de las infecciones por rotavirus abundan durante los meses de invierno y de primavera. Este tipo de infección es particularmente problemática en las guarderías y los centros de preescolar, así como en los hospitales infantiles, porque es muy contagiosa. El virus se trasmite a través de las heces de las personas infectadas antes y después de que presenten síntomas de la enfermedad. Los niños pueden contraer la infección si se meten los dedos en la boca después de tocar algo que estaba contaminado por el rotavirus. Lo más habitual es que el contagio ocurra porque los niños no se lavan las manos con la frecuencia necesaria, sobre todo antes de comer y después de usar el váter. 
La gente que está al cuidado de bebés y de niños pequeños, como el personal sanitario y el de las guarderías, también puede propagar el virus, sobre todo si no se lava las manos después de cambiar los pañales a bebés o a niños pequeños. 
Prevención. 
Hoy en día, la Asociación Americana de Pediatría (AAP) recomienda incluir una vacuna del rotavirus en la programación de las vacunas sistemáticas que se administran a todos los niños.Se ha constatado que la vacuna RotaTeq previene aproximadamente el 75% de los casos de infecciones por rotavirus y el 98% de los casos graves. También existe otra vacuna, denominada Rotarix, que es eficaz para prevenir las infecciones por rotavirus. El pediatra de su hijo dispondrá de información actualizada sobre ambas vacunas. Antes existía otra vacuna contra el rotavirus, que se dejó de comercializar en 1999 porque se asoció a un incremento del riesgo de sufrir invaginaciones intestinales, un tipo de obstrucción intestinal, en los lactantes. Ni la vacuna RotaTeq ni la Rotarix se asocian al incremento de este riesgo. 
Lavarse bien las manos y con frecuencia es la mejor forma de limitar la propagación de las infecciones por rotavirus. Los niños infectados deben quedarse en casa, dejando de asistir a guarderías, centros de preescolar o centros de estudio hasta que dejen de tener diarrea. En los hospitales, los brotes de rotavirus se controlan aislando a los pacientes infectados y siguiendo estrictos procedimientos de lavado de manos. 
Tratamiento profesional. 
Si un lactante o un niño de menos de tres años que haya contraído una infección por rotavirus se deshidrata moderada o gravemente, es posible que deba ingresar en un hospital para que le administren líquidos por vía intravenosa (VI) a fin de restablecer las concentraciones de fluidos y de sales minerales en su organismo. De todos modos, la mayoría de los niños de mayor edad se pueden tratar en casa sin problemas. 
Es posible que el pediatra solicite un análisis de sangre, de orina o de heces de su hijo para confirmar que su diarrea está provocada por el rotavirus, en vez de por bacterias. Puesto que los antibióticos no sirven para tratar las enfermedades provocadas por virus, el pediatra no recetará a su hijo antibióticos si le diagnostica una infección por rotavirus. 
 Tratamiento doméstico. 
Para evitar la deshidratación, siga las indicaciones del pediatra sobre qué debería comer y beber su hijo. Tal vez el pediatra le sugiera darle a su hijo suero oral para restablecer sus fluidos corporales, sobre todo si el niño lleva más de dos o tres días con diarrea. 
Por lo general, los niños con diarrea leve que no están deshidratados deben seguir comiendo con normalidad, aunque deben incrementar la ingesta de líquidos. (Los zumos de frutas y los refrescos pueden empeorar la diarrea y se deben evitar). Los niños con deshidratación de leve a moderada deben ingerir una solución oral de rehidratación en cantidades reducidas y tomas frecuentes y después, cuando mejoren, deberían seguir con su dieta normal. A los bebés alimentados con leche materna no se les debe suspender el pecho.Un niño que tenga vómitos necesitará comer cantidades más reducidas de alimento y más a menudo. Siga los consejos del pediatra y no le dé a su hijo ningún medicamento para los vómitos o para la diarrea de venta sin receta médica a menos que él se lo recomiende. 
Cuándo llamar al pediatra. 
Llame al pediatra si su hijo presenta síntomas de infección por rotavirus, como diarrea acuosa, fiebre, náuseas y vómitos. Llame inmediatamente al pediatra si su hijo presenta signos de deshidratación.

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