Desde tiempos inmemorables ha
surgido en el hombre la necesidad de
saber y conocer todo aquello que le
rodea, de dar respuesta y explicación a
todos los cuestionamientos o problemas
que se le presentan; desde siempre ha
tenido el deseo por escudriñar todo,
saber de dónde viene, a dónde va, de
qué está hecho, quién lo creó, cómo lo
crearon.
Sin duda son cuestiones que
todos nos hemos planteado alguna
vez en la vida. De la necesidad de
responder y dar explicación a esas
interrogantes propias de la naturaleza
del ser humano, han surgido dos
grandes sistemas que generalmente
guían a las personas a buscar la
verdad, la Ciencia y la Religión.
Desde el momento que surgieron sus
séquitos, caprichosamente originaron
una gran disputa entre ellas; una guerra
sin cuartel porque una busca silenciar a
la otra, pues ambas aseguran tener la
verdad y quien no esté a su favor, no
sólo está equivocado, sino representa
un peligro a la sociedad; tal fue el caso,
por ejemplo, de la ‘Santa Inquisición’
época donde un tribunal eclesiástico
medieval buscó y castigó las faltas
contra la fe o doctrinas de la Iglesia.
¿Acaso esta es una contienda por
saber quién tiene la razón o ver quién
tiene más seguidores? Eso jamás
llevará a la verdad absoluta.En cambio,
personas más razonables o
reflexivas comprenden que
quizá se logre más si ambas
trabajan codo a codo en lugar
de pelear.
Se puede considerar
que tal vez así nace la
“Bioética”. Von Ressenslaer
Potter, primero en usar el
término(1971) precisa que: La
bioética surge como un intento
de establecer un puente entre
la ciencia experimental y las
humanidades”. Entonces
se puede entender que la
bioética es como ese punto intermedio
entre el conocimiento y la fe;entre el
razonamiento y la divinidad.
En esta región de Jalisco aún se
dan continuas batallas y no pocas
personas son señaladas, discriminadas
y hasta castigadas por sus creencias.
Se juzga,se critica y se discrimina
a quienes piensan diferente, por lo
tanto,se hace difícil aceptar lo nuevo o
distinta manera de pensar; esto según
parece seguirá hasta que la sociedad
acepte y comprenda que la ciencia y
la fe realmente pueden hacer mucho,
sin subirlas a cada una a la esquina
contraria del cuadrilátero.
La ciencia puede ser de gran apoyo
para la fe y a su vez, la fe puede ayudar
a la ciencia a responder cuestiones que
escapan al entendimiento humano.
Entonces, la bioética da el soporte
necesario porque abarca diversos
aspectos axiológicos y de ontológicos
en la conducta de las personas
que inciden y repercuten jurídica y
socialmente.
Si queremos que la sociedad en
verdad progrese y se supere, se
necesita del esfuerzo coordinado de
todas las personas; comprender que
ciencia y religión se complementan y
no son enemigas como algunos se
empeñan en vano demostrar.
Por: Jennifer Jazmine Pérez Sandoval
2do. Semestre de Médico Cirujano y Partero
Materia Bioética y Universidad
Profesor-Asesor: Pablo Huerta Gaytán
Centro Universitario de Los Altos
Correo:phuerta@cualtos.udg.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario