“Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este
mundo”: Albert Camus
La ciencia siempre ha tenido ‘pleito’ con la religión, tal vez
porque ambas tratan de imponerse y explicar todo lo que existe
o sucede en el mundo. Opiniones o fundamentos de ambas
partes deberían ser consideradas, pero ni una ni otra dan su
brazo a torcer, para trabajar en equipo en beneficio de todos.
No parece importarles la ética o en específico la bioética,
cuyo objeto de estudio es muy importante y de competencia
tanto para la ciencia como para la religión, ya que delimita aquello
que podemos o no hacer. La religión impone una moral
predispuesta a ayudar al prójimo,y la ética a no hacer daño, ni
lastimar a nadie, con esto ayudan a los pueblos a mantenerse.
Pero, ¿Cómo influye en la ciencia? Pues muy fácil, la ciencia
quiere saber hasta qué punto se puede llegar y es la ética a
través de labioética, la que marca un alto, porque establece
normas a la investigación y determina lo que se puede hacer al
respecto.
En ese sentido la bioética pone las cartas sobre la mesa,
precisa y determina lo que es conducente y lo que no; de ahí
depende que la sociedad pueda vivir en armonía, pues se
implementan o establecen reglas, normas, leyes y derechos
basados en la ética para bien de las personas y progresar como
civilización.
Si bien el gobierno a través del derecho positivo, impone lo
que se puede hacer y lo que no, lo cierto es que pertenecer a
una religión propicia otra perspectiva de la vida e influye para
que las personas tengan su moral.
En muchas ocasiones esto rebasa el límite de lo que precisa
la ética y se vuelven asuntos problemáticos a veces por tener
una moral arraigada en aspectos anti-comunitarios, de no
libertad y de no respeto. Luego se vuelve conflicto y es cuando
se pierde la homeóstasis entre los pensamientos de quienes
defienden ambos bandos; unos quieren imponerse sobre otros,
cuando más bien deberían unirse para poder dar solución a los
problemas que enfrentan las sociedades.
Otro aspecto importante es que unos tratan de desaprobar
a los otros, pero,a veces se faltanel respeto y sus argumentos
terminancomo agresión, de manera que los seguidores de
ambos bandos torpemente se tratan de destruir.
La religión católica sigue presente en la mayoría de
mexicanos, pero lo contradictorio y causa de seria confusión y
problemas, es que muchos son los que actúan diferente a lo que
les enseña su propia religión; algunas personas se agarran de
ella para hacer lo que más les conviene y abusan de los demás
piensen o no diferente a ellos.
Esto interfiere incluso con el cometido de la ciencia pues no
puedeavanzar ya que las personas no aceptan cosas diferentes
y no buscan más allá de lo que pueden ver. Entonces los que
no están de acuerdo con este pensamiento se van contra ellos
y tratan de que cambien sus ideales de forma súbita o con cierto
grado de intolerancia.
La ciencia y la religión deben unirse y no tratar de
destruirse;ambascon respeto, en paz y armonía pueden
trabajar mano a mano para conformar, aceptar y establecer
lineamientosque lleven al bien común y la bioética, piedra
angular de fraternidad entre los seres vivientes en la búsqueda
de la verdad, une a las personas y abre un mundo con nuevos
hallazgos, nuevas relaciones e interacciones armónicas en
aras del bien común entre todos los hombres y para todos los
pueblos del mundo.
Por: Edgar Octavio Alvizo López
2do. Semestre de Médico Cirujano y Partero
Materia Bioética y Universidad
Profesor-Asesor: Pablo Huerta Gaytán
Centro Universitario de Los Altos
------------
Correo:phuerta@cualtos.udg.mx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario