Por: Maverick
Las Mujeres crueles son una
paradoja: son las más codiciadas pero
a la vez las más escurridizas. Saben lo
que son y lo que tienen para dominar
a cualquier hombre, solo que a veces
como en todo fallan.
Este es el tipo de mujer que
persigues hasta el borde de un abismo,
y en estos casos tienes dos opciones,
puedes quedarte a mirar o saltar con
ella; en cualquier caso, estas solo
en esto. Son salvajes y ferozmente
independientes. No son solteras porque
no puedan encontrar a un hombre, más
bien, están solteras porque no quieren
hombres.
Ellas no quieren amor, quieren
pasión. No quieren rutina, quieren
largas noches sin dormir. Ellas no
quieren tu aprobación, quieren la
propia.
Las mujeres crueles son algo
único en medio de una sociedad que
promueve la naturaleza dependiente
de la mujer. Los hombres, sin embargo,
se sienten confundidos, ya que tratan
a las mujeres según la percepción que
tienen de ellas desde su crianza — como
sucede con imágenes Hollywoodenses
de mujeres superficiales cuya única
aspiración es encontrar un marido,
¿pero qué hacemos con las que no lo
buscan? O como diría Cyndi Lauper
“las chicas solo quieren divertirse”, pero
hay una en especial, que me roba el
sueño, miente cada vez que me acerco
a ella, y lo sabe y trata de disimularlo,
pero se siente acorralada, temerosa por
lo que siente, pero como todo lo tiene
controlado, alega demencia o intensa
actividad donde no te da tiempo ni
espacio para demostrarle que eres un
candidato a considerar, sin embargo…
Una mujer como estas, no quiere el
típico anillo de matrimonio – que cada
vez va quedando más en el pasado –
, sino que prefiere un boleto de avión.
Las mujeres crueles viven en base a su
amor a la libertad, no al matrimonio.
Cruel es el tiempo y cruel la dama,
que disfrutan de verme consternado
por no saber si fue un sueño o fue una
realidad, ¿conocerte? O ¿extrañarte?
¿Por qué debo extrañarte, cuando te
refugiabas en mis brazos? Y toda la
noche que pase disfrutando el dulce
recuerdo de tu olor impregnado en mi
cuerpo, ansiando que fuera la primera
de mil noches como esta, sin embargo
todo fue un sueño, recuerdo su nombre,
pero tengo temor de pronunciarlo, no
sea que el destino sepa de quien estoy
hablando y me la arrebate, y ni siquiera
tenga el placer de contemplarla todos
los días, de lejos, de cerca, distante,
olvidada, pero viva en mi recuerdo,
que crueles son las mujeres con los
amantes.
Tu cuerpo desnudo implorando
por algo increíble, y mis manos
preocupadas por recorrer y disfrutar tu
espalda, fría y temblorosa, entregada
al destino, inquieta por una belleza
que no conoces de tu cuerpo, pasaban
las horas, pero resto horas al sueño
para soñar a tu lado, como saber que
me ibas abandonar después de ver,
sentir y recorrer lo que le universo
esa noche puso en mis manos, pero
horas antes en la quietud del bosque
descubrí la pasión de ver una espalda
esplendorosa, donde deje enmudecer
las palabras para recorrer con mis
labios el camino de la gloria antes
desconocida, como quisiera volverla
a tener entre mis manos y mis labios
sedientos de ternura, te veo altiva,
elegante, erguida y llena de belleza que
por donde pasas adornas el mundo,
bendigo a la vida cada vez que te veo
aunque distante y alejada de mí, las
personas como tú, suelen ser crueles
porque se sienten bellas y deseadas.
Desprevenida mientras te abrazaba
descubrí lo encantadora que eres, me
encanta cuando eres tú y no tu razón
de la vida, es como si un ángel se
enamorara de un demonio así de cruel
fue conocerte.
Mis ojos se perdieron en tu espalda
desnuda, extraña y solitaria que
disfrutaban los pequeños roces de
mis labios, el silencio del bosque solo
lo interrumpía la respiración agitada
de vernos entreabrazados sin saber
si seguir o huir, o seguir buscando la
caricia atrevida que formara parte del
recuerdo imborrable, ¿Por qué me
habrá abandonado?
Soy un caballero y solo recuerdo
lo que le dije, y jamás pronunciare
su nombre, mi alma está sola, triste,
inmensamente triste, pero a ella eso no
le importa, me la dio para arrebatármela
sin piedad, sin importar que me
iba a romper el corazón, todas las
desilusiones se hicieron presentes en
mí, sin embargo es increíble contener
tanta poesía en una espalda tan bella,
la mejor que he conocido y la única que
idolatro, soy una víctima de la belleza y
de una mujer cruel que goza con verme
sufrir por sus encantos.
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