Por: Maverick
Estudio tomado de la Tesis de
Postgrado en Nutrición Clínica y
Terapéutica en Obesidad del Dr.
Roberto Navarro Ortega.
La palabra obesidad proviene
del latín obesitas, que significa
“a causa de que yo como”.
La
obesidad es un desequilibrio
entre la cantidad de energía
que se ingiere y la que se
gasta, como resulta obvio, la
balanza se inclina hacia lo
que se ingiere. No obstante, el
problema de la obesidad no se
puede reducir a un concepto
simplista de entradas y salidas,
sin considerar que el organismo
tiene mecanismos de regulación y que éstos llegan a
presentar alteraciones.
La mayoría de las personas e incluso gran parte del
personal de salud consideran al obeso como un gran
comelón. Sin embargo, existen evidencias claras de que
no necesariamente es así; recordemos que la palabra
latina obesitas “a causa de que yo como”, pero no “a
causa de que yo como mucho”.
En la gran mayoría de los pacientes se debe a la
ingestión excesiva de alimento, inactividad física, o
ambas. Algunas personas obesas pueden tener índices
bajos de termogénesis. Los estudios en gemelos,
separados poco después del nacimiento, han enfatizado
la importancia de factores genéticos en la obesidad. Un
inicio rápido de obesidad masiva acompañada de letargo
o poliuria sugiere una lesión hipotalámica. Algunos casos
de obesidad se acompañan de retargo de la pubertad.
El hipotiroidismo no suele acompañarse de obesidad
notable. En el síndrome de Cushing hay redondeo
de la cara con cojinetes grasosos supraclaviculares
característicos, “joroba de búfalo”, y obesidad del tronco
con extremidades delgadas.
La obesidad se acompaña de hipertensión,
hiperlipidemia, diabetes sacarina, intolerancia a los
carbohidratos y trastornos renales y pulmonares. Los
pacientes obesos están en mayor peligro durante las
operaciones quirúrgicas y la anestecia, lo mismo que
durante el embrazo.
La obesidad se acompaña también
de aumento del peligro de enfermedad cardiovascular,
sin embargo no está claro si es un factor de riesgo
independiente o resultante de la hipertensión, la
hiperlipidemia y la diabetes acompañantes.
La imagen es algo importante para todas las criaturas
racionales. Podemos reconocer a las personas, a los
animales y a los objetos gracias a la imagen establecida
que conocemos de ellos.
El hábito y los factores ambientales, al parecer, influyen
en la regulación del apetito. Los individuos delgados
tienden a ingerir alimento sólo cuando tienen hambre, en
tanto que los obesos lo hacen en respuesta a estímulos
como la hora del día, olores, sabores y otros más.
Las personas obesas que tienen trastornos mentales
concomitantes pueden experimentar menosprecio de su
propia imagen corporal. Sienten que sus cuerpos son
grotescos y que otros las miran con hostilidad y desdén.
Ahora bien ¿Qué es la Homeopatía? Es la ciencia
y el arte de curar según la ley de los semejantes, es un
extraordinario método terapéutico capaz de curar de una
manera suave, rápida y duradera.
La homeopatía prácticamente arranca con Hipócrates,
quien en el siglo IV antes de Cristo, después de su fructífera
experiencia como primer médico que sustenta sus ideas
a través de la atenta observación de la Naturaleza,
anuncia que existen dos maneras posibles de curar: por
los contrarios y por los semejantes. El camino de los
contrarios será seguido, siglos más tarde, por Galeno y
toda la medicina llamada científica y contemporánea, la
que podemos considerar “medicina oficial”.
El sistema
de los semejantes será esbozado por filósofos como Santo
Tomás de Aquino, y por médicos que defienden el llamado
“vitalismo” en medicina. Samuel Hanhnemann debe ser
considerado el auténtico creador de la Homeopatía, todo
un sistema clínico-terapéutico completo del arte de curar.
En Homeopatía se insiste en recoger los síntomas
en los mismos términos en que los enuncia el paciente,
pues ése es el lenguaje en que están escritas las
patogenesias o pruebas medicamentosas. Así, el médico
homeópata se ve abocado a un examen múltiple de su
enfermo. Un proverbio común dice que “donde termina
el examen de un médico de la medicina oficial aún no ha
comenzado el examen homeopático” y en buena parte
es verdad.
El homeópata debe establecer un diagnóstico
clínico patológico valiéndose de todos los métodos a
disposición de la ciencia, un diagnóstico constitucional
que revele la particular estructura temperamental y
psicofísica de su paciente, un diagnóstico de terreno
o diátesis predisponente y, por último, un diagnóstico
medicamentoso, es decir, debe hallar por métodos
especiales, el medicamento más semejante y a fin al caso.
Así en Clínica Homeopática tiene plena aplicación
el célebre y pocas veces bien interpretado aforismo
hipocrático: “no hay enfermedad sino enfermos”,
dicho esto pensando sólo en el aspecto estrictamente
terapéutico de la cuestión, no en el patológico. De acuerdo
con su creador, la Homeopatía no es una filosofía, pero
tiene una filosofía que se basa en el vitalismo histórico.
La enfermedad comienza por una perturbación
psíquica y dinámica, es decir, energética. Por eso la
homeopatía no persigue ni combate las causas aparentes
y desencadenantes de la enfermedad ni sus resultados
últimos o lesiones orgánicas, sino que trata de corregir
la susceptibilidad mórbida devolviendo la armonía a la
energía vital perturbada.
La curación de la enfermedad a través de la
curación del enfermo y no a la inversa es el verdadero
camino por seguir.
La curación que se vale por leyes
naturales precisas, tales como la ley de la similitud, la
experimentación en el hombre sano, el medicamento
atenuado y dinamizado. Los médicos homeópatas,
podemos certificar ampliamente que no existe un método
terapéutico más natural, más eficaz, más extraordinario,
un método que es capaz no sólo de curar el padecimiento
orgánico sino de transformar una personalidad
perturbadora en un ser que viva en armonía consigo
mismo y su creador.
El ideal de la terapéutica homeopática es la
perfectibilidad del arte de curar consiste en restablecer
la salud de una manera pronta, suave y duradera,
separando y destruyendo totalmente la enfermedad,
del modo menos perjudicial y por el camino más corto y
seguro, conduciéndose en virtud de inducciones fáciles
de comprender.
No se podría en conciencia asegurar que el
restablecimeinto de la salud por los métodos habituales de
la medicina oficial sea rápido, especialmente tratándose
de las enfermedades crónicas, ni suave, con los actuales
quimioterápicos y antibióticos, ni duradero, sobre todo en
los trastornos propios de los males crónicos permanentes
o con exacerbaciones periódicas.
También el médico tiene la misión de conservar la
salud, eliminando las causas conocidas que la alteran
o producen y sostienen la enfermedad. Esto tiene
atingencia con la profilaxis, la higiene y la medicina
preventiva. Efectivamente, una alimentación insuficiente
o inadecuada, una vivienda malsana, un régimen de vida
antinatural, sufrimientos morales o espirituales, sustos,
emociones violentas, la ingestión de tóxicos, etc., así
como la exposición al contagio deben ser evitados o
suprimidos en todos los casos.
La obesidad es una afección de etiología multifactorial,
actualmente es uno de los grandes retos de la ciencia
médica.
El mismo carácter multifactorial de la obesidad, debe
llevar al médico a considerar este padecimiento no solo
como un problema genético, endocrino, metabólico, social,
sino que, también se debe diferenciar como un problema
donde influye en forma importante lo emocional, anímico
y psicológico, por lo que, el tratamiento a seguir no solo
deberá abordarse desde el punto de vista nutricional,
sino también, desde el punto de vista psicológico.
La homeopatía como auxiliar en el tratamiento de la
obesidad, brinda resultados excelentes, ayuda a controlar
el estrés y las tensiones emocionales, actúa equilibrando
la desarmonía de la energía vital y armonizando la esfera
mental del individuo.
La obesidad en cada persona debe ser considerada en
forma individual, que no debe ser considerada en forma
estricta a un solo factor, que debe ser estimado en forma
muy importante el aspecto nutricional, pero debemos
tomar en cuenta que otros factores también influyen.
La atención de la obesidad debe ser multidisciplinaria,
se recomienda la homeopatía como parte del tratamiento,
no como el tratamiento en sí, como parte integral de un
equipo multidisciplinario.
Todo ser humano antes de enfermar del cuerpo,
primero enferma de la mente, los medicamentos
homeopáticos antes de actuar en lo orgánico accionan
en lo mental.
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