
La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos :
“¿Cómo saben qué Dios existe, si nunca lo vieron?”...
Todo el salón quedó en silencio...
Pedro, un niñito muy tímido, levantó sus manos y dijo:
““Mi madre dice, que Dios es como el azúcar en mi leche que
me hace todas las mañanas, yo no veo el azúcar que está
dentro de la taza mezclada con la leche, pero, si no la tuviera
no tendría sabor... Dios existe, Él está siempre en medio de
nosotros, sólo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida
quedaría sin sabor.””
La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo les enseño
muchas cosas a ustedes, hoy tú me enseñaste algo más
profundo que todo lo que yo sabía.
Ahora sé que ¡Dios es nuestro azúcar y que está todos los
días endulzando nuestra vida!
Le dio un beso en la frente y salió sorprendida por la
respuesta de aquel niño.``` La sabiduría no está en el
conocimiento, sino
en la vivencia de
Dios en nuestras
vidas.
Teorías existen
muchas, pero
dulzura como la de
Dios, aún no existe
ni en los mejores
azúcares.
No olvides
colocar azúcar en tu
vida. De ésta azúcar
NO hay límites. NO
engorda más que el
Alma y el Espíritu y
te endulza el momento más amargo de tu vida.
Tenla siempre a mano y que nunca te falte esa buena
azúcar que es Dios.
La fe, el perdón, la misericordia, el amor y la bendición de
Dios te acompañen a cada instante.
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