Por José Alvarado
A Mariquita Reynoso Sánchez y a
su hermana Cuca las conocí por medio
de la Nena Campos, muy conocida,
su casa habitación estaba por la calle
Independencia y como casi todas las
casas de esa época eran grandes con
corral, macheros, caballerizas, cuarto
para el carbón o la leña y todo lo necesario
en un hogar.
Cuando necesitaban algún favor
como cambiar el tambo de gas, un foco
fundido, clavar un clavo, arreglar una
fuga de agua y cosas por el estilo, lo
hacía con gusto, cosa que aprovechaba
para preguntarles de cuando eran niñas
o jovencitas de las cosas que pasaban
en la población que le contaban sus
mayores y cuáles eran las costumbres,
con sus relatos me entere de varias cosas, me contò que sus
papás fueron Don Francisco L. Reynoso Pérez y doña María Concepción Sánchez S., él fue Presidente Municipal y del
Consejo, eran tiempos de la revolución lo que tenía aterrorizado
a la población.
Su papá tenía varios ranchos entre otros El Rosario, Agua
Fría, Zacate
Largo, Chula Vista y los Caños; uno de sus trabajadores más
fieles en los ranchos y la Ciudad fue el Chato Melquiades al que
tenían en gran estima, también me mostro fotos de amigos y
familiares, fotos que se tomaron en el patio central de su casa.
Había en su patio un árbol de lima que me decía que tenía
más de 100 años de edad, además de macetas con plantas de
ornatos, una parra que daba vuelta a todo el patio, un pozo de
agua con su brocal y faroles de estilo colonial.
Me contó de la guerra cristera y de la muerte del Padre Pedro
Esqueda y como ellas y amigos reclamaron y trajeron sus restos
de Teocaltitan (hay fotos).
Sus interesantes relatos me trasladaban con la imaginación
a esos tiempos, me contó ¡conocimos a tu papá! quien quedó
huérfano a muy corta edad, caminaba por la plaza y el mercado,
ayudaba a las mujeres con sus canastos del mandado, dormía
donde le caía la noche y se vestía con la ropa que los conocidos
le regalaban; más grande trabajó con Don José García en
su tienda de abarrotes y cajas de muertos, cuando cayó la
peste llamada “gripa española” que causó muchos muertos y
aterrorizó a todo mundo, tu papá sacaba a los fallecidos en cajas,
o envueltos y amarrados en cobijas o petates, los echaban en
un carretón y se los llevaban al panteón, recibía un pago de
veinticinco centavos fue una cosa espantosa, al correr el tiempo
se dedicó a ser maestro albañil.
Mariquita Reynoso la llamaba toda la
gente, tuve la suerte de tratarla cuando
era una dama de muchos años a cuestas,
tantos que la mayoría de personas de esa
edad no tenían ganas de hacer nada por su
poca fuerza física para desarrollar cualquier
actividad, a pero ella tenía tanta vitalidad y
una chispa que la hacía diferente, parte de
su fuerza en propagar el culto a la Sma.
Virgen de la que era ferviente devota y esto
lo practicaba en diferentes formas.
Un día me la encontré caminando por la
calle con un pequeño bote en la mano, le
preguntè el contenido del recipiente y me dio
a saber que era engrudo para emplearlo en
reparar los famosos monos del día 15 como
son conocidos, me invitó a que la acompañara
cosa que hice por la curiosidad, llegamos a la casa donde
se guardaban aquellos famosos monos, al verlos de cerca
lo que tenían de tradicionales lo eran también de destruidos,
ya que el santuario se había desecho del compromiso de su
conservación, inmediatamente reflexioné ¿Cómo pensará está
mujer reparar semejante desastre? No imagine que desde
ese momento quedaría ligado a un compromiso voluntario de
tenerlos presentables y celebrar con ellos las fechas en que se
le rinde homenaje a la patrona de la ciudad.
Como era trabajo desconocido para mí, pedí la ayuda de
Arturo Montoya, un hombre joven que tenía el oficio de pintor
quien me ayudó y me instruyó como era la reparación a la
que me acompañaron en ese trabajo los jovencitos que me
ayudaban en mi negocio y de esto hicimos una cosa festiva
para el día primero de Mayo y algunos días de Agosto de ese
año y de varios siguientes, salieron a bailar como en los buenos
tiempos, primero Rodolfo Contreras le confeccionó un traje al
mono y mi esposa le hizo un vestido y una peluca a la mona.
Los organizadores de los bailadores fueron los hermanos
García, el patito, el sapo, el barril y muchos más, encabezados
por Ramón. Mariquita pagaba los gastos del día primero, decía
que aunque fuera por unas horas apartaba a los niños y jovencitos
del mundanal peligro y gozaban de un sano esparcimiento al ver
bailar al compás de la banda de música aquellos monos por las
calles y centro de la ciudad en honor a la Virgen.
Dos o tres años después le informé que estaba formando
una banda de música de niños y niñas, ella simpatizó con la
idea, esto duró poco más de tres años, todos sus integrantes
aprendieron a tocar y leer la música, el director fue Antonio
Ramírez.
Gran disgusto causó a ella y a su hermana Cuca el que
se haya retirado los monos de la Capilla del Santísimo, un
manifestador que tenía muchos años se lo protestaron al
Padre Sacristán y al Sr. Obispo, después de varios meses
dicho manifestador volvió a ocupar el lugar de siempre, más
no tuvieron el mismo resultado con dos albortantes de luz
que se encontraban al lado del Altar mayor y fueron retirados
a pesar de su belleza y la cantidad de años, ahí se dolían
que los tesoros de la Virgen desaparecieran por el capricho
de algún personaje eclesiástico.
Le comenté que algunos personajes con
argumentos querían formar un patronato y recoger los
monos de los cuáles nos habíamos encargado tantos
años de tenerlos en forma para dichas fiestas, su
reacción fue de enojo, me dijo que no tenían derecho
a esos monos, que a ella, a su hermana y al Sr.
Hernández Cuevas se los habían dado en propiedad,
cuándo la Basílica ya no quiso tener ese compromiso,
me dijo ¡te voy hacer una carta notariada donando
los derechos de dichos monos y así nadie los pueda
reclamar!
¡Pensé, Mariquita nació a finales del siglo XIX y
poco falta para que finalice el siglo XX
! la energía le sobra, que amor tan grande le
tiene a su pueblo y a su Virgen, más la conjunción
de intereses e independencia de autoridades y
ciudadanos para las festividades profanas de Agosto
terminò con ellas, pero cuántas Mariquitas Reynoso hacen
falta en San Juan.
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