viernes, octubre 07, 2016

“Hacen falta en San Juan”

Por José Alvarado

A Mariquita Reynoso Sánchez y a su hermana Cuca las conocí por medio de la Nena Campos, muy conocida, su casa habitación estaba por la calle Independencia y como casi todas las casas de esa época eran grandes con corral, macheros, caballerizas, cuarto para el carbón o la leña y todo lo necesario en un hogar. 

Cuando necesitaban algún favor como cambiar el tambo de gas, un foco fundido, clavar un clavo, arreglar una fuga de agua y cosas por el estilo, lo hacía con gusto, cosa que aprovechaba para preguntarles de cuando eran niñas o jovencitas de las cosas que pasaban en la población que le contaban sus mayores y cuáles eran las costumbres, con sus relatos me entere de varias cosas, me contò que sus papás fueron Don Francisco L. Reynoso Pérez y doña María Concepción Sánchez S., él fue Presidente  Municipal y del Consejo, eran tiempos de la revolución lo que tenía aterrorizado a la población. 
Su papá tenía varios ranchos entre otros El Rosario, Agua Fría, Zacate Largo, Chula Vista y los Caños; uno de sus trabajadores más fieles en los ranchos y la Ciudad fue el Chato Melquiades al que tenían en gran estima, también me mostro fotos de amigos y familiares, fotos que se tomaron en el patio central de su casa. Había en su patio un árbol de lima que me decía que tenía más de 100 años de edad, además de macetas con plantas de ornatos, una parra que daba vuelta a todo el patio, un pozo de agua con su brocal y faroles de estilo colonial. 
Me contó de la guerra cristera y de la muerte del Padre Pedro Esqueda y como ellas y amigos reclamaron y trajeron sus restos de Teocaltitan (hay fotos). 
Sus interesantes relatos me trasladaban con la imaginación a esos tiempos, me contó ¡conocimos a tu papá! quien quedó huérfano a muy corta edad, caminaba por la plaza y el mercado, ayudaba a las mujeres con sus canastos del mandado, dormía donde le caía la noche y se vestía con la ropa que los conocidos le regalaban; más grande trabajó con Don José García en su tienda de abarrotes y cajas de muertos, cuando cayó la peste llamada “gripa española” que causó muchos muertos y aterrorizó a todo mundo, tu papá sacaba a los fallecidos en cajas, o envueltos y amarrados en cobijas o petates, los echaban en un carretón y se los llevaban al panteón, recibía un pago de veinticinco centavos fue una cosa espantosa, al correr el tiempo se dedicó a ser maestro albañil. 
Mariquita Reynoso la llamaba toda la gente, tuve la suerte de tratarla cuando era una dama de muchos años a cuestas, tantos que la mayoría de personas de esa edad no tenían ganas de hacer nada por su poca fuerza física para desarrollar cualquier actividad, a pero ella tenía tanta vitalidad y una chispa que la hacía diferente, parte de su fuerza en propagar el culto a la Sma. Virgen de la que era ferviente devota y esto lo practicaba en diferentes formas. 
Un día me la encontré caminando por la calle con un pequeño bote en la mano, le preguntè el contenido del recipiente y me dio a saber que era engrudo para emplearlo en reparar los famosos monos del día 15 como son conocidos, me invitó a que la acompañara cosa que hice por la curiosidad, llegamos a la casa donde se guardaban aquellos famosos monos, al verlos de cerca lo que tenían de tradicionales lo eran también de destruidos, ya que el santuario se había desecho del compromiso de su conservación, inmediatamente reflexioné ¿Cómo pensará está mujer reparar semejante desastre? No imagine que desde ese momento quedaría ligado a un compromiso voluntario de tenerlos presentables y celebrar con ellos las fechas en que se le rinde homenaje a la patrona de la ciudad. 
Como era trabajo desconocido para mí, pedí la ayuda de Arturo Montoya, un hombre joven que tenía el oficio de pintor quien me ayudó y me instruyó como era la reparación a la que me acompañaron en ese trabajo los jovencitos que me ayudaban en mi negocio y de esto hicimos una cosa festiva para el día primero de Mayo y algunos días de Agosto de ese año y de varios siguientes, salieron a bailar como en los buenos tiempos, primero Rodolfo Contreras le confeccionó un traje al mono y mi esposa le hizo un vestido y una peluca a la mona. 
Los organizadores de los bailadores fueron los hermanos García, el patito, el sapo, el barril y muchos más, encabezados por Ramón. Mariquita pagaba los gastos del día primero, decía que aunque fuera por unas horas apartaba a los niños y jovencitos del mundanal peligro y gozaban de un sano esparcimiento al ver bailar al compás de la banda de música aquellos monos por las calles y centro de la ciudad en honor a la Virgen. 
Dos o tres años después le informé que estaba formando una banda de música de niños y niñas, ella simpatizó con la idea, esto duró poco más de tres años, todos sus integrantes aprendieron a tocar y leer la música, el director fue Antonio Ramírez. 
Gran disgusto causó a ella y a su hermana Cuca el que se haya retirado los monos de la Capilla del Santísimo, un manifestador que tenía muchos años se lo protestaron al Padre Sacristán y al Sr. Obispo, después de varios meses dicho manifestador volvió a ocupar el lugar de siempre, más no tuvieron el mismo resultado con dos albortantes de luz que se encontraban al lado del Altar mayor y fueron retirados a pesar de su belleza y la cantidad de años, ahí se dolían que los tesoros de la Virgen desaparecieran por el capricho de algún personaje eclesiástico. 
Le comenté que algunos personajes con argumentos querían formar un patronato y recoger los monos de los cuáles nos habíamos encargado tantos años de tenerlos en forma para dichas fiestas, su reacción fue de enojo, me dijo que no tenían derecho a esos monos, que a ella, a su hermana y al Sr. Hernández Cuevas se los habían dado en propiedad, cuándo la Basílica ya no quiso tener ese compromiso, me dijo ¡te voy hacer una carta notariada donando los derechos de dichos monos y así nadie los pueda reclamar! 
¡Pensé, Mariquita nació a finales del siglo XIX y poco falta para que finalice el siglo XX ! la energía le sobra, que amor tan grande le tiene a su pueblo y a su Virgen, más la conjunción de intereses e independencia de autoridades y ciudadanos para las festividades profanas de Agosto terminò con ellas, pero cuántas Mariquitas Reynoso hacen falta en San Juan.

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