
A pesar de las corruptelas del anterior gobierno, según
una encuesta de GAUSSC realizada en hogares de los 17
municipios de Tabasco, en los que se encuestaron a 1800
personas de abril a noviembre del 2011, resultó que el 56%
de los encuestados avalaron el trabajo realizado por Granier
durante los cinco años que llevaba su gobierno, pero para enero
del último año de su gestión, la aceptación del ex gobernador
era del 62%.
La imagen del ex gobernador de Tabasco crecía de cara a
los comicios, al igual que la de su partido porque el 48% de los
tabasqueños se identificaba con el PRI; una reciente encuesta
nacional realizada por el Gabinete de Comunicación Estratégica,
al preguntar si le confiaría las llaves de su casa al gobernador
si tuviera que salir, arrojó que 83.5% de los tabasqueños no le
confiaría las llaves de su casa a Arturo Núñez, en el 2008 una
encuesta nacional hizo la misma pregunta resultando que el
mejor calificado fue el ex mandatario tabasqueño.
La debacle del PRI en Tabasco comenzó a gestarse en
la designación del candidato a la gubernatura, para nadie
es desconocido que el candidato que quería imponer el ex
gobernador Granier era su compadre del alma Humberto
Mayans Canabal, como no pasó el consenso en la Quinta
Grijalva, tras acaloradas discusiones según trascendió en su
momento, surgió como el precandidato de línea Luis Felipe
Graham.
Todo parecía indicar que el ex secretario de salud en el
gobierno granierista sería el candidato oficial del tricolor al
gobierno de Tabasco, las negociaciones previas así lo habían
determinado ya, de hecho salió humo blanco dirían en el
vaticano al trascender que ya estaba todo acordado y que el
candidato a la gubernatura era Luis Felipe Graham, pero todo
cambió en la sede nacional del tricolor y en el último momento
dio vuelta todo, resultando candidato Jesús Alí.
En ese contexto, para finales de enero del 2012 Jesús Alí
de la Torre, alcanzó según una encuesta de GAUSSC el 60%
de la preferencia electoral, quedando el candidato del PRD
Arturo Núñez con un 49%; asimismo la intención del voto para
el proceso electoral de julio de ese año la misma encuesta
arrojó que el tricolor obtuvo el 48%, el PRD el 28% y el PAN
el 14%; todo inició con la normalidad histórica que marcaba al
estado como una entidad eminentemente priista, la continuidad
del PRI en la gubernatura de Tabasco era lo más viable.
Al final de cuentas el candidato por su soberbia se fue
quedando sólo, no hubo durante su campaña un delegado
nacional de su partido, el gobernador se desentendió de la
elección, no metió orden si quiera, por eso los candidatos
hicieron lo que quisieron, creando fuego amigo y voto cruzado,
cuanta falta hizo que el mandatario diera un golpe de autoridad
y dijera: “se calman y dejan sus rencillas de lado o cambio
de candidatos”; la realidad es que Granier no se metió en
la elección, y el poco dinero que aportó lo fue ministrando
trastornando los tiempos de campaña.
El PRI perdió la gubernatura de Tabasco por la designación
de un mal candidato, que no era el idóneo al interior del
partido, que su soberbia en lugar de sumar le restó, que no
hubo el dinero en abundancia, que el gobernador no operó
en las elecciones, que quienes manejaron la campaña se
confrontaron con la prensa, ocasionando con ello un desgaste
cotidiano del candidato que terminó por influir en la opinión
pública, creándose la percepción de que la alternancia era bola
cantada.
De hecho, fue un trascendido a voces, la ayuda que Granier
y muchos de su gabinete le dieron a Nuñez, por ello vemos,
aunque un poco escondidos, pero en toma de decisiones,
a algunos ex funcionarios. Ali, fue copado por sus amigos,
nunca oyó consejos. Creyó que solo por ser candidato, tenía la
gubernatura en la bolsa, le falló la estrategia y más aún, el vigilar
a su estructura electoral. Era sabido que de día trabajaban con
el e iban a recibir instrucciones a Paseo Tabasco.
Al concluir el cómputo final realizado en los 21 consejos
distritales, Núñez Jiménez obtuvo 547 mil 663 votos, Jesús Alí
del PRI 466 mil 499, y el panista Gerardo Priego Tapia 50 mil
672 sufragios, estos fueron los números oficiales, la realidad
que arroja la elección pasada para gobernador en Tabasco
es que el priismo de hueso duro salió a votar, pero que las
traiciones y voto cruzado dio origen a la alternancia en el
estado, que si el candidato hubiese sido afín al gobernador
Granier hoy seguiría gobernando el tricolor en Tabasco. Hasta
la próxima entrega.
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