Por Dalia Guadalupe Alcaraz Zumaya,
2º semestre de Médico Cirujano y Partero
Materia Bioética y Universidad
Profesor-asesor, Mtro. Pablo Huerta Gaytán
Centro Universitario de Los Altos, UdeG
Hoy en día se observan una serie de conflictos que se
vuelven más y más graves para nuestra sociedad; en este
artículo se consideran algunos de ellos, por ejemplo: En
nuestro país la pobreza es un fenómeno altamente complejo
y alarmante porque de ella se desprenden muchos factores.
Conforme datos del INEGI, en México hay
aproximadamente 55.3 millones de personas que viven bajo
las condiciones de pobreza y de ellas como 30 millones
en extrema pobreza, de la que se derivan más y peores
consecuencias como drogadicción, alcoholismo, embarazos
precoces o no deseados y enfermedades de transmisión
sexual.
Se considera que todo esto ocurre en la mayoría de los
casos por falta de información adecuada porque a partir
de esta realidad, miles de personas nacen y crecen en
condiciones que no les permiten tener acceso a la misma
para poder prevenir todas estas situaciones.
Igualmente se sabe que esto influye en problemas
psicológicos y sociológicos que después tienen implicaciones
legales o jurídicas, mismas que en nuestro país se han
incrementado en los últimos años.
La violencia intrafamiliar por ejemplo, es otro tema
de suma importancia y se entiende como un modelo
de conductas aprendidas que inciden en abuso físico y
psicológico, aislamiento social y/o coerción económica; las
personas suelen tener la errónea idea de ‘justificar’ que los
jóvenes se encaminan a los vicios pensando que es algo
aprendido fuera de casa, pero en realidad muchas de las
veces este tipo de conductas se adquieren dentro de los
hogares.
Cuántas veces se ha visto en las escuelas a niños,
adolescentes y jóvenes, que ellos crecen viendo como
algo “normal” en sus domicilios el alcoholismo, los golpes,
tabaquismo, drogas y demás adicciones que los llevan a
repetir los mismos patrones de conducta en la sociedad;
de ahí es justamente de donde inician situaciones como
el ‘bullying’ (violencia escolar) tener una historia previa de
violencia, es uno de los factores asociados al inicio del
consumo de drogas en los adolescentes.
Un menor que proviene de un hogar disfuncional tiende a
reproducir comportamientos agresivos por eso tal vez en sus
mismas escuelas, barrios y comunidades se van abriendo
espacios en los que el ‘bullying’ prospera.
México ocupa el primer lugar internacional en cuanto a
violencia escolar; hay cifras que indican que 6 de cada 10
alumnos, han sufrido agresiones por parte de un compañero,
esto es lo que pasa cuando no se educa correctamente a
los niños desde casa; cuando dejamos que se conviertan en
seres ignorantes que participen en situaciones vergonzosas
creyendo que cualquier diferencia física, mental o algún
tipo de discapacidad es razón suficiente para generar una
persecución de constante hostigamiento hacia los demás,
generando en ellos problemas psicológicos que pueden
conducirlos a depresión; en muchas de las ocasiones el
acoso llega a ser tan intolerable que los conduce a buscar
algún refugio para evadir su realidad, es por donde suelen
entran las drogas y el alcohol que los jóvenes usan para
reducir su estrés o para pertenecer a un grupo.
Para frenar dicho acoso, la familia debe asumir su
responsabilidad, pues en ocasiones la agresión
puede iniciar
en casa, en donde los integrantes del hogar son testigos y
esto hace que las víctimas del acoso no lo reporten ante
las autoridades competentes, por cuanto traen un previo
aprendizaje al respecto de ‘’aceptación de la agresión’’, y es
en el ambiente familiar, donde el niño, adolescente y jóvenes
deben tener mayor protección y cuidados.
La sociedad debe afrontar estas problemáticas, ya que
son temas fundamentales para el desarrollo de los niños
y adolescentes; sería pertinente asegurar su prevención,
detección e intervención eficaces, a través de pláticas en
grupos de apoyo que el gobierno debería promover cada vez
más de manera gratuita y mantener a la población informada
de las consecuencias que este tipo de problemas generan.
El médico por su parte, así como el personal de salud
como enfermeros, nutriólogos, dentistas o psicólogos, deben
asumir la función social de su competencia profesional,
comprender y procurar el bienestar de toda de la comunidad;
el cuidado de la salud en general implica conservar la
integridad física de sus pacientes, prevenir las enfermedades
o afrontarlas para vencerlas, disminuir el dolor y tratar
de mejorar o prolongar los patrones de vida digna, tanto
individual como colectiva.
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