Una mujer inteligente

Por Maverick

Suele decirse que las mujeres inteligentes son aquellas que tienen una vida independiente, mujeres que están acostumbradas a desafiar los sistemas, mujeres que cuestionan las cosas, que no necesitan un hombre a su lado, para sentirse realizadas, que viven la vida como ellas quieren, que son capaces de hacerse sentir en cualquier momento, bien en una marcha de apoyo a las minorías o bien desde su trabajo, demostrando porque son profesionistas.

Muchos hombres les temen a este tipo de mujeres, porque no las puedes controlar, no son como las de antes, cargadas y en la esquina, no, ellas trabajan, generan sus propios ingresos, se preparan, y cultivan su intelecto, cada mujer debe ser libre de elegir su propio destino. Esto incluye la posibilidad de enamorarse, de formar una familia, de no enamorarse nunca o de ir de flor en flor. No hay nada malo en ninguna de estas opciones (ni en cualquier otra). 

Cuando no pueden controlarlas se les busca, apodos peyorativos, que les causen dolor o las desanimen a cambiar de rumbo y lleguen al redil de los hombres manipuladores para detener su crecimiento, ellas no saben callar y nacieron para ser la voz del que no puede gritar o no sabe cómo defenderse, las vemos en marchas por los derechos de los gays, o en marchas pidiendo un cambio real de gobierno, por eso muchos piensan que solo se verían bien, en casa limpiando pañales. 

Ocurre que todavía pesan ciertos estereotipos que sitúan a la mujer en un papel subalterno en nuestra sociedad, especialmente en lo que concierne a cómo debe llevar su vida amorosa y sexual. Los patrones culturales nos afectan a todos, y de forma particular a las mujeres. Es momento de dejarlas crecer, los hombres hemos demostrado que no sabemos gobernar, y mucho menos educar a nuestros hijos solos, hemos echado a perder lo que tocamos, que pena, perdimos nuestra oportunidad, es hora de abrirles camino a las damas, para que puedan rescatar este barco, no podemos juzgarlas, porque nunca las hemos dejado trabajar, es necesario hacerles un espacio, para que desarrollen el trabajo que no hemos podido hacer nosotros. 

Hay una canción de Ana Contreras que se llama bruja, la interpreta Gabriela Serral, y lo más lamentable es que solo tiene 5,892 visitas en youtube, por lo pronto, escúchenla, es extraordinaria, y ahí manifiesta la frustración de la mujer, que quiere sobresalir, pero no la dejan, inclusive las parejas actuales, las prefieren diferentes, amigables, sobajadas, pero contentas, ¿contentas? La mujer en busca de su identidad, jamás se va a dar por vencida, no es conformista, no esperen verlas pasivas, viendo tantas injusticias, viendo como la educación de los hijos se nos esta yendo de las manos. 

De ahí, surgen muchos de los refranes y frases recurrentes que pretenden indicar a las mujeres cómo obrar en relación a su vida sentimental y a su maternidad: “mira, con 35 años y todavía no te has casado”, “cásate con Pepito que tiene una empresa y es un buen partido” “al final se te pasará el arroz”... Frases con un calado profundo y que, aun inconscientemente, influyen en la forma en que ellas actúan o dejan de actuar. 

Pobre de la mujer si además de inteligente es guapa, la acosaran día y noche los galanes interminables, y más los casados, como ya tienen chacha en su casa, ahora buscan una mujer inteligente, que les solape sus falsedades, y de aquí surge un número mayor de chantajes, como ya tiene algunos años, está deseosa de hombre, ¡guao!, y como ellos son hombres, después del horario de oficina o dentro de ella desde luego, la fiera tiene su correa, así que el galán de Tizapán, tiene la mesa servida, soltera, madura y guapa, presa segura…está sola no por falta de galanes, está sola porque quiere estarlo, ¿Cuál es el problema? 

Podrán pensar es que la vi con un galán, lo cual indica que si sale a divertirse, por supuesto pero no tiene cola que le pisen, es libre, autónoma, decidida, y elige a quien le pega su regalada gana, ¿o no puede hacerlo? Ah… es que es mujer, no debe salir con cualquier hombre libidinoso, que escoja casados y aburridos, temerosos de que la mujer los descubra, ahora me entienden mujeres, el placer que da la libertad de ser lo que son mujeres con poder, mujeres inteligentes y responsables de ustedes mismas. 

Otro dicho muy repetido es el que reza que “la ignorancia da la felicidad”. Ciertamente, puede resultar complicado para una mujer inteligente y con inquietudes más allá de lo típico poder encontrar a un hombre con el que poder expresarse libremente y sentirse intelectualmente estimulada. 

En aquellos tiempos, allende las épocas, en la Universidad, nos decían una frase que nunca se me va a olvidar, hay que tomar en cuenta las épocas, eres un club de Tobi, pocas mujeres se arriesgaban a estudiar, “la mujer que sabe latín, ni tiene marido ni tiene buen fin”. Obviamente se referían a que una mujer inteligente suele ser muy complicada de complacer, no puedes invitarle un par de Hot Dogs, de a 2 x 25, y su coca, para que se baje el pan, no es el dinero, sino el valor de la mujer, ella te pedirá, mentira, te exigirá un buen restaurante, porque se lo merece, y los antes te remataran diciéndote: “te lo dije” las estudiadas son complicadas. 

Imaginemos un poco esta situación, no estudiadas pero siendo inteligentes nos meten en problemas, ahora si se les deja estudiar, ¿hasta dónde van a llegar? Espero que en estos tiempos modernos, en el siglo XXI, ya no existan patanes que no les permitan su preparación, es mejor tener al lado a una mujer inteligente, que nos ayude a resolver cualquier situación a solo observarlas de lejos, viendo cómo se abren camino por la vida, solas o acompañadas, pero siempre hacia adelante. 

Una mujer inteligente para mí, es la que es consciente de sus defectos, y más aún de sus virtudes; es alguien que se siente contenta con su esencia y su físico, aún con sus imperfecciones; una mujer que ama sus años, alguien que ha aprendido de su pasado, y perfecciona su presente y además no le preocupa el futuro, porque ella lo va formando día a día. 

Una mujer inteligente es alguien que camina por la vida sin culpas propias y sin culpar a otros, cada quien es responsable de sus actos, una mujer que ama pasar momentos con ella misma, que es su mejor amiga y derivado de ese amor, la persona que elige como compañera es un complemento y no un relleno existencial o una presión social donde deberá aparentar felicidad. 

Una mujer inteligente tiene la capacidad de conmoverse, incluso de tener caídas, pero más aún, de levantarse y seguir adelante; de tomar de la vida y de los demás, lo que le es útil, y lo transforma en aportaciones o en lecciones. 

Una mujer inteligente sabe decir que no, y hacerse respetar de una manera en la que no es necesario proferir insultos para que su voz se escuche. La presión social de su círculo cercano puede ser bastante molesta para la chica que, siendo inteligente, no logre conectar con otra persona (sea del mismo sexo o no, porque claro está que también se puede ser homosexual y bisexual en esta vida), a diferencia de sus amistades, que parecen tener una especie de imán para las relaciones amorosas. Mientras que las segundas pueden reproducir la consigna cultural con menos reticencias, las primeras suelen mantenerse firmes en su postura. 

Jesucristo reconocía el valor de una mujer inteligente, ¿Quién era su mejor amiga? Dejemos ya los baños de pureza, ¿Cuál era la mujer que Jesús más amaba? Perfecto, todos lo sabemos…María Magdalena… aunque los evangelios no lo dicen de manera específica, tampoco lo niega, ¿qué profesión tenía según la tradición? Esa, exactamente esa, ¡Prostituta! Dejen me rompo las vestiduras, Jesús, el hijo de Dios, amaba a una p… ¿Y? ¿Cuál es el problema? Es que también era amigo de Martha y María, las hermanas de Lázaro, ellas si eran virtuosas, estoy de acuerdo, pero no las eligió a ellas, Jesús ama a Magdalena, no estoy hablando de religión, pero ¿Qué vino a enseñarnos? ¿El amor o el amar?, por eso la tradición ha hecho ver que Jesús, era soltero y nunca se casó, aunque los evangelios no dicen nada, ¿será por eso que escondieron los evangelios apócrifos? 

Saben cuál es problema, que los puritanos somos nosotros, no Jesús, y para rematar si la defendió, “nadie me ha amado como ella”, encontró su media naranja y punto, ¿Dónde estaban los apóstoles mientras lo crucificaban? ¿Dónde estaba María Magdalena? Sin comentarios, el amor tiene condiciones, y una mujer tan inteligente como la Magdalena, fue la corona que Jesús tuvo en su crucifixión, eso es amor y no telenovelas. 

Si la mujer inteligente tiene esa capacidad, de hacer los momentos tristes más placenteros, debemos abrirles paso, y que nada ni nadie les estorbe para que hagan su labor, son la voz que clama en la sociedad, reclaman un trato digno para las mascotas, libertad de expresión, un mejor trato en los trabajos, que los hombres sin educación, dejen de acosarlas, que las dejen vestir como ellas quieran sin que haya un patán al lado para ofenderlas. 

No necesitan más leyes, tienen esa capacidad de transformar lo que tocan, hay que dejarlas ser. Y es que, como queda patente, ser una mujer inteligente tiene grandes desventajas. Probablemente, si una mujer cualquiera tuviera que elegir entre ser o no ser inteligente, tendría un dilema importante ante sí. Porque, aunque a priori todas elegirían ser inteligente, la realidad es que gozar de una mente privilegiada conlleva cuantiosos problemas para afrontar la vida real. 

Se suele decir, y creo que es un tópico que no va nada desencaminado, que las mujeres ‘tontas’ (si se me permite la expresión) no son tomadas en serio por los hombres. Pero, de hecho, las mujeres inteligentes sí son tomadas en serio por los colegas masculinos, quizá demasiado en serio, hasta el punto que las perciben como rivales y no tanto como potenciales parejas. 

Así las cosas, las mujeres de cualquier parte del planeta viven en una constante tensión: si son menos agraciadas intelectualmente son percibidas frecuentemente como poco más que objetos sexuales y amas de casa, y si son mujeres inteligentes, son percibidas como una amenaza indeseable, como un competidor para ese puesto directivo en la empresa.