Los dos primeros años de vida son
críticos para el crecimiento de los niños:
cualquier atrofia del desarrollo físico
es, en términos generales, irreversible.
Unos 155 millones de niños menores
de cinco años, la mayoría de países
de ingresos bajos y medios, tienen
atrofia, según la Organización Mundial
de la Salud (OMS). Estos niños son
demasiado bajos para su edad y la
malnutrición es una de las principales
causas, además de algunas infecciones y enfermedades
infantiles.
Pero comer un huevo al día puede darles a los niños
malnutridos el empujón nutritivo que necesitan para evitar la
atrofia y alcanzar una estatura normal, según las conclusiones
de un estudio científico de la Universidad de Washington en St.
Louis(EE.UU.) realizado en Ecuador con la colaboración de la
Universidad San Francisco de Quito.
Un huevo al día puede marcar una gran diferencia para un
niño malnutrido.
El impacto, de hecho, fue mucho mayor de lo que se
imaginaban los científicos y de lo que se había observado en
estudios previos. Tanto fue así, que los autores se sorprendieron
de cuán eficaz puede llegar a ser una intervención nutricional
tan “barata y accesible”.
Proyecto Lulun
El equipo de investigadores liderado por Lora Iannotti realizó
su estudio en 2015 entre la población rural de la provincia de
Cotopaxi, una zona montañosa en el centro de Ecuador.
A nivel local se promovió la participación en el estudio con
una campaña de marketing llamada Lulun Project, que hace
referencia a la palabra quechua para huevo.
Cotopaxi es una de las provincias del país con una
prevalencia más alta de retraso en talla en niños preescolares,
según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2011-
2013. La prevalencia de atrofia intergeneracional de estatura
entre los menos de cinco años es del 42% en la comunidad
estudiada, frente a la media nacional de 25%. A nivel local
se promovió la participación en el estudio con una estrategia
de marketing llamada Lulun Project, que hace referencia a la
palabra quechua para huevo.
En total participaron 160 niños de edades comprendidas
entre los 6 y los 9 meses. A 80 de los niños se les dio un huevo
al día durante seis meses, cocinado de la manera que fuera. Al
grupo de control que conformaba la otra mitad de participantes
no se le hizo ninguna intervención nutricional. El equipo de
investigadores visitó a las familias
participantes una vez a la semana
para distribuir los huevos, supervisar
su consumo y posibles efectos
secundarios así como confirmar que
no había casos de alergia.
Los huevos son un alimento
muy asequible y accesible para las
poblaciones que son particularmente
vulnerables a la malnutrición. Los
científicos hallaron que la incidencia
de atrofia entre los niños que
comieron un huevo al día era un 47% menor que entre los
participantes del grupo de control que no modificaron su dieta.
También comprobaron que la incidencia de niños con un peso
por debajo de lo normal disminuyó en un impresionante 74%
al consumir huevos.
Así que el consumo diario de este alimento aumentó
la marca que alcanzaban los niños tanto en las tablas
estandarizadas de referencia de peso como en las de estatura
para cada edad. Estos resultados confirmaron la hipótesis
inicial de los investigadores: que la introducción temprana de
huevos mejora significativamente el crecimiento de los niños
más pequeños.
“Y lo que es genial es que son algo muy asequible y muy
accesible para las poblaciones que son particularmente
vulnerables a las hambrunas escondidas o a las deficiencias
nutricionales”, apuntó la académica que lideró el estudio, Lora
Iannotti, especialista en nutrición infantil.
“Los huevos tienen el potencial de contribuir a una reducción
de la atrofia de crecimiento en el mundo”, dijo.
“Nunca antes de los cuatro meses”
Los bebés menores de cuatro meses no deben comer
huevo.
La OMS recomienda la alimentación exclusiva con leche
materna o de fórmula hasta los seis meses de edad. “El
huevo es un complemento alimenticio bueno y nutritivo que
puede ser introducido como parte de una dieta equilibrada una
vez que la madre decide iniciar la introducción de alimentos
sólidos. Nunca antes de los cuatro meses”, recomienda la
doctora Mary Fewtrell, experta en nutrición del Colegio Real
de Pediatras y Salud Infantil de Reino Unido.
El estudio de Iannotti, titulado “Los huevos en la alimentación
complementaria y el crecimiento” acaba de ser publicado en la
revista especializada Pediatrics.
Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
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