
No fue mi maestra, aunque
me hubiese gustado haber
sido su alumno, pero cuando
la conocí, yo también era
maestro, solo que ella, su
vocación nació desde que tenía
seis años cuando su padre le
regaló un pizarrón de madera,
fue sin duda, el mejor regalo
que recibió, ya que desde ese
momento y a esa corta edad,
ya sabía que quería ser en el
futuro, pues siendo alumna
del Colegio Chapultepec, sus
conocimientos los llevaba su
rancho para impartírsela a los
niños que en ese tiempo no
tenían la oportunidad de asistir a una escuela y quiero
decirle que siendo niña no impartía las clases para jugar
a la escuelita, las clases que dio desde pequeña siempre
los hizo con seriedad y responsabilidad.
Y aun siendo pequeña, pues solo tenía trece años
de edad, fue invitada para dar clases en una escuela
primaria del Plan de Adobes por el supervisor de la zona,
el maestro Jesús “Chuy” Rodríguez Tostado, ese primer
año fue toda una odisea para la Prieta, imagínense
ustedes si en esta época hay muchas escuelas aún que
carecen de todo, pues en ese tiempo se carecía hasta de
lo más elemental, ya que la Prieta llevaba a su escuela
su pizarrón al hombro, un enorme árbol sirvió para clavar
su pizarrón y la tierra y las piedras eran las sillas de
los 32 niños que tuvo en su primer año como flamante
maestra, algunos, más grande que ella, sin embargo su
gran personalidad, le valió el
respeto de todos.
Cuatro año duró en el Plan
de Adobes a donde acudían
alumnos de varias rancherías,
de ahí pasó a la Hacienda
de La Lagunilla propiedad de
Don Leopoldo Franco el que
le facilitó unos corredores en
donde recibía nada menos que
a 85 niños del primer al tercer
grado y solo ella, nada más que
ella, les daba clases a todos,
hoy, nos quejamos con tener
25 o 30 alumnos, en 1956 se le
construyó una escuela gracias
al programa “Construcción
de Escuelas” del Lic. Jesús
González Gallo que consistía
en una aula, dos recamaras
y una cocina, años después
su gran amigo, el gobernador
Alberto Orozco Romero le
mandó a construir dos aulas
más, se instaló una dirección y
biblioteca, el cual llegó a tener
740 libros. Por cierto en esta
escuela trabajó durante 37 años
hasta 1988 que ingresó al Consejo estatal de Educación.
Quiero señalar que los alumnos de la Prieta oscilaban
entre los 5 a los 22 años, a su escuela asistían ricos
y pobres, niños de diferentes capacidades, pero de los
cuales a nadie se le discriminó, no había diferencia, todos
merecían un respeto, hay una anécdota que la maestra
escribió en su libro, Anecdotario de una maestra rural” en
ella escribe lo siguiente.
Una mamá con 5 hijos, cada uno con un papá
diferente, fue a verme, me pidió que recibiera a los 3 en
edad escolar, porque en la escuela en la que estaban
hasta sus maestras les hacían burla por su origen y los
humillaban (que poca ética de las maestras), me los
mandó y como ahí nadie se burlaba de nadie y todo
era el respeto implantado como ley, los niños estaban
contentos (2 niñas y 1 niño).
Un buen día estando yo repasando los trabajos, ya
calificados, por sus respectivos jefes de equipo, llegó
corriendo y llorando la niña de 8 años, “Seño, fulano, zutano,
4 niños de sexto me dijeron que mi mamá es una pu..a.
Me levanto como si me hubieran inyectado lumbre y salgo
al campo de juego y sin más ni mas le doy una bofetada
a cada uno de
ellos, les eché un
rezo: “La madre
se respeta sea lo
que sea o como
sea” y me meto
al salón; uno de
los castigados
preguntaba
¿porque me pegó
la seño? De pilón
este alumno fue
el mejor en todos
los aspectos
durante mis 41
años de ejercicio
magisterial.
“
¡ Seño
fulano no fue!”
entonces me dio
mucha pena y
cuando entraron
al salón dije,
“Muchachos he
ofendido a fulano
públicamente
por lo que yo de
la misma manera le pido perdón”; me arrodillé y le pedí
perdón, todos lloramos ese día.
La Prieta Aguirre tenía ya para esos años un
reconocimiento a nivel estatal y nacional e incluso
internacional, ya que su trabajo había trascendido frontera,
al principio era visitada por alumnos de todas las normales de
Jalisco, oficiales y particulares para que fueran testigos de
su trabajo, llegó televisa Guadalajara a realizar entrevistas
del trabajo de la Prieta, la visitaron elementos del Consejo
Nacional Técnico de la Educación y maestros de diversas
partes de México, Argentina, España, Italia y Alemania,
quienes al regresar
a sus países de
origen se llevaron
ese grato sabor que
deja una maestra
rural de entrega.
En fin, de la
Prieta Aguirre
se podría decir
muchas cosas
y faltarían hojas
en un libro para
plasmarlas, mujer
de una sola línea,
toda su vida fue
priista y jamás
titubeó de dejar al
partido que para
ella siempre había
sido el mejor,
aparte de maestra,
política, fue
amante del deporte
y seguidora fiel
del Tepa en donde
incluso fue parte de
la directiva, hoy, los
años la han alejado de muchas de sus actividades, creo
sinceramente que aún no le dan el reconocimiento que
merece esta mujer tepatitlense que ha puesto muy en alto
el nombre de su municipio y de la educación jalisciense….
Querida Prieta… Un Abrazote!
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antiguas, Gracias..
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