El malestar por movimiento
ocurre cuando el cerebro recibe
señales en conflicto de las partes
sensibles al movimiento del
cuerpo: el oído interno, los ojos y
los nervios en las extremidades.
Bajo circunstancias normales, las
tres áreas responden a cualquier
movimiento. Cuando las señales
que se reciben y se envían son
inconsistentes, por ejemplo, si ve
un movimiento rápido en una pantalla de película, sus ojos
detectan el movimiento, pero su oído interno y articulaciones
no, el cerebro recibe señales en conflicto y activa una
respuesta que lo puede hacer sentir mal. Lo mismo puede
suceder cuando un niño está sentado demasiado abajo en
el asiento trasero de un auto donde no puede ver el exterior.
Su oído interno detecta el movimiento, pero sus ojos y
articulaciones no.
Señales y síntomas:
El malestar por movimiento inicia una sensación de
molestia estomacal (náuseas), un sudor frío, fatiga y pérdida
de apetito. Esto generalmente lleva al vómito. Un niño
pequeño puede no ser capaz de describir las náuseas, pero
lo demostrará poniéndose pálido e inquieto, bostezando y
llorando. Posteriormente perderá el interés en la comida
(incluso su favorita) e incluso puede llegar a vomitar. Esta
respuesta puede resultar afectada por recorridos anteriores
en auto que le hicieron sentirse mal, pero generalmente
mejora con el tiempo.
Causas:
No sabemos la razón por la cual el malestar sucede
con más frecuencia en algunos niños que en otros. Ya
que muchos de estos niños posteriormente experimentan
dolores de cabeza ocasionales, se cree que el malestar por
movimiento puede ser una forma temprana de migraña.
El malestar por movimiento ocurre con más frecuencia
en el primer viaje en bote o avión o cuando el movimiento
es muy intenso, como el ocasionado por marea brava o aire
turbulento. El estrés y la emoción pueden iniciar también
este problema o empeorarlo.
Qué puede hacer :
Si su hijo empieza a desarrollar los síntomas de malestar
por movimiento, el mejor método es detener la actividad
que le ocasiona el problema. Si esto ocurre en el auto,
deténgase tan pronto como sea posible con seguridad y
déjelo salir del auto y caminar. Si va
en un recorrido largo en auto, puede
tener que realizar paradas cortas
frecuentes, pero valdrá la pena. Si
esta condición se desarrolla en un
columpio o un carrusel, detenga
rápidamente el movimiento y saque
a su hijo de allí.
Debido a que el “malestar en
auto” es la forma más común del
malestar por movimiento en los
niños, se han desarrollado muchas
medidas preventivas. Además de
las paradas frecuentes, intente lo
siguiente.
•Si no ha comido durante tres horas, dé a su hijo un
refrigerio liviano antes del recorrido, esto también servirá en
un bote o avión. Esto alivia las ansias por hambre, lo que
pareciera agregarse a los síntomas.
•Intente enfocar su atención lejos de la sensación de
náuseas. Escuche el radio, cante o hable.
•Haga que vea las cosas fuera del auto, no libros ni
juegos.
Si ninguno de los anteriores funciona, detenga el auto,
sáquelo del asiento de seguridad y haga que se recueste
sobre su espalda durante unos pocos minutos con sus ojos
cerrados. Un paño húmedo en la frente también tiende a
reducir los síntomas.
Medicamentos:
Si va en un viaje y su hijo ha tenido malestar por movimiento
antes, es posible que quiera darle su medicamento con
antelación para evitar problemas. Algunos de estos
medicamentos están disponibles sin una receta médica, pero
pregunte a su pediatra antes de usarlos. Aunque pueden
ayudar, con frecuencia producen efectos secundarios, como
adormecimiento (lo que significa que cuando llegue a su
destino su niño puede estar muy cansado para disfrutarlo),
boca y nariz seca o visión borrosa.
Cuándo llamar al pediatra:
Si su hijo tiene síntomas de malestar por movimiento en
momentos cuando no está participando en una actividad
con movimiento, particularmente si también tiene dolor de
cabeza, dificultad para escuchar, ver, caminar o hablar o si
se queda viendo algo en el espacio, indique a su pediatra
sobre esto. Estos pueden ser síntomas de problemas que no
se deben al malestar por movimiento.
Dr. Enrique Sigala Gómez
Pediatra-Cirujano Pediatra
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