Por Blanca de la Torre
“Que nunca, ni por nadie, te dejaré de amar”... Ni con el
abecedario completo puedo formar palabras para describir lo
que fuiste y seguirás siendo para mí...Qué mujer tan alegre
tuve en mis brazos durante muchos años, qué dicha haber sido
su nieta , qué gallardía la de usted, puedo decir con el corazón
en la mano que no tuve mejor ejemplo de vida que el de usted,
me enseñó lo que significa el amor, la complicidad de dos, las
agallas para solucionar cualquier discordia, la serenidad con la
que trataba de entender a su compañero de vida, la paciencia
con la que lo trataba a pesar de ser usted la persona más
terca que conocí, pues 43 años y 7 meses son la prueba más
contundente de que el amor existe, un amor inteligente que
sólo la mano de Dios pudo separar, me enseñó a elegir a la
persona correcta, qué dicha sería que yo pudiese vivir con tanto
amor como usted lo hizo. Le cuento que Don Chalo se volvió
a enamorar de usted cuando la vio por última vez. “Recibe con
cariño los besos de su boca que en ellos él te envía el beso
de su amor”...Muchas personas en el transcurso de tu vida te
juzgaron y humillaron con una bajeza que nunca te mereciste,
si de algo estoy segura es que toda tu vida fuiste honesta y
derecha, y conociéndola doña Eva, sé que los perdonó por
las faltas cometidas y se marchó con paz en su corazón, ojalá
la hubiesen conocido como yo y su hijos, esposo, nietos y
bisnietos, para que supieran cuanta felicidad nos daba con el
sólo hecho de ver sus ojitos achinados con un singular brillo,
unas arruguitas (preciosas marcas de felicidad) su hermosa
sonrisa acompañada de unos peculiares cantos desentonados,
un baile de dos pies izquierdos, y su cabellera alborotada, en
la sencillez gobernaba la felicidad, probablemente la gente
que lea esto piense que exagero o que hablo sólo de lo bueno
porque ya falleció o porque soy su nieta, qué equivocados
están, verdad? Aquel que tuvo la suerte de tratarla aunque
sea un poquito entenderá que con cinco minutos tenía para
generarle cariño, mi total admiración por la mujer más valiente,
qué terca eras que le diste batalla a la muerte durante 15 años y
aún en los últimos segundos de tu vida lo hiciste, pareciera que
hiciste un trato con ella para irte como tú querías, podría jurar
que le invitaste una corona y le hiciste ojitos...cómo no se iba a
enamorar la muerte de ti mi viejita bonita, tan bella e inteligente,
tranza si me sabia sus movidas y su sonrisa picarona, mi mejor
aduladora mi musa más hermosa, me gusta presumirte y tú lo
sabes, todo te lo dije en vida todas las oportunidades que tuve
las aproveché siendo feliz a tu lado... La muerte quiso ponerte
nombres antes de partir como cáncer y otros más, qué bonito
se ha de haber sentido decirle “ ni madres, me quedo otro rato”.
Acá entre nos, me hubiera encantado que alguna vez si dios
me permitía ser madre conocieras a tus bisnietos. Sin embargo
su tiempo terminó, y yo estoy segura que vivió como hoy ya
nadie sabe hacerlo... Siendo feliz a pesar de las adversidades,
quería ver tus ojitos y tu sonrisita antes de que te fueras, pero
te despediste de mí de la manera más hermosa que pude
imaginar. Eras un pedacito de mi corazón y murió junto contigo,
pero partió y pasaste a ser mi pedacito de cielo... Mañana que
tu ausencia fatal nos martirice...Extrañaré sentir tus brazos, tus
ojitos, tu sonrisa...Luz eterna mi viejita, ahora sí le tomaste las
manos a tu querida madre y regocijas de alegría en el regazo
de Dios, ya puedes saltar y correr sin que te duela tu cuerpecito
mi reina, Dios te tenga entre sus brazos y te dé paz eterna. No
olvides que te quiero, con sin igual cariño... “Abre tu boca que
parece estar pintada con granitos de granada, para que brillen
esas dos sartas de perlas que dan ganas de cogerlas cuando
te echas a reír. Pero mira por favor te suplico que no la abras
para pronunciar palabras que no me hablen de tu amor... Abre
tus ojos, que parecen desde lejos dos pedacitos de espejo de
finísimo cristal, pero mira por favor, te suplico que al mirarme
una prueba puedas darme de lo grande que es tu amor”. PAX
Evangelina De la Torre.
SUBLIMEMOS EL DOLOR DE LA MUERTE VIVIENDO.
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