Qué monótono se ha vuelto el ser humano,
se ha pasado la vida pensando en que algún día
tendrá el tiempo para hacer todo lo que sueña,
deja pasar los días, las horas, los minutos…
como si fuesen a volver, teniendo un reloj en la
muñeca que nos dictamina el tiempo exacto en
que debemos hacer toda actividad; si viéramos
la vida como si fuese un reloj sería algo siniestro
puesto que sabemos que ese reloj algún día
tendrá que parar, no podremos cambiarle las
pilas o repararlo y echarlo a andar de nuevo, todo
habrá llegado a su fin y no tendremos segundas
oportunidades. El juicio se habrá hecho.
Algunos nos hemos visto en un estado
de complacencia ajena siempre con fines de
aceptación, ese sentimiento de fallarle a alguien
cuando no realizamos lo que se espera, nos
obligan a reprimir lo que realmente deseamos
y esa voz en la cabeza que parece no dejarnos
nunca. Hemos creído que tenemos que cumplir con las
expectativas de lo que las personas piensan que está bien
o que se necesita para tener una vida completamente
funcional y aceptable por la sociedad, las ideas no por ser
mayoritarias quiere decir que sean certeras y correctas;
algunas de estas ideas son gestionadas e introducidas en
el subconsciente, se educa con ideas falsas, con ideas
contrarias a la expectativa personal que se tiene de todo
lo que nos rodea, ideas planteadas en una mente fresca,
una mente inocente y crédula.
El arte de analizar el ¿Por qué? de todo lo que pasa a
nuestro al rededor no debe ser reprimido ni condicionado.
A veces hay personas que tratan de oprimirlo a uno,
menospreciar sus esperanzas, sueños, su futuro, por
medio del ridículo y de muchas otras maneras. Alguien
que tiene malas intenciones a uno, puede tratar de
causar su caída, su fracaso, por la razón que sea, las
buenas acciones, los esfuerzos a diario por mejorarnos,
la construcción de la felicidad, todo lo bueno que tenemos
para ofrecer a los demás y a nosotros mismos se vuelven
un blanco de ataque, y la pregunta es ¿Qué es lo que
están tratando de hacerle realmente a uno? Están
tratando de someterlo a uno hacia abajo, probablemente
deben considerar que uno es peligroso para ellos de
alguna manera, que si uno lucró prosperar en el mundo,
de múltiples maneras tratan de escatimar los talentos y
capacidades de uno. Algunos lunáticos tienen un plan que
se formula de la siguiente manera: Si “A” logra más éxito,
“A” podría ser una amenaza para mí, por lo tanto debo
hacer todo lo que pueda para someter y evitar el éxito
de “A”. Nunca puede ocurrírseles a estas personas que
“A” puede convertirse en un adversario para ellos, siendo
que antes no era el oponente, para esos lunáticos esta es
una forma segura de meterse en dificultades. Pongamos
las cartas sobre la mesa, el objetivo de estas personas
es hacer que su blanco disminuya y fracase en la vida,
el secreto aquí es observarlos y tratar de vencerlos
de alguna manera, claro sin necesidad de cometer las
mismas bajezas, sólo es cuestión de inteligencia para
tener el verdadero manejo de la situación, es florecer y
prosperar.
Se debe tener en cuenta que esas personas al ver que
la suerte de uno mejora conforme pasa el tiempo pueden
ponerse frenéticas y atacar aún más fuerte que la primera
vez, pero si no se flaquea y mantiene firme tratando de
florecer y prosperar más y más, esa gente entrará en
apatía y puede que desista, cuando las aspiraciones y
la fe en nosotros mismos vale la pena, seremos siempre
los vencedores, los galardonados, los vencedores de los
malos augurios. Considere que nada es imposible y trate
a las posibilidades como probabilidades, y recuerde que
ni el éxito ni el fracaso son de uno, pero los dos nos hacen
lo que somos.
Blanca De la Torre.
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