viernes, noviembre 03, 2017

El que siembra, cosecha

Alguna vez nos hemos preguntado cómo se obtienen los productos que consumimos y que se cultivan en el campo, quizás para ello deberíamos consultar a los campesinos y despejar nuestras dudas, cualquiera de ellos nos podría hablar largo y tendido de lo que significa cuidar los campos. Son muchos los trabajos, las preocupaciones, los sudores que lleva consigo una buena cosecha. Es como hacer una inversión a largo plazo y con mucho riesgo. Porque hay una serie de elementos que el dueño de la tierra no es capaz de controlar, pero puede poner todo el trabajo y cuidado posible. No puede controlar el clima, las heladas o las sequías, tampoco puede controlar cómo van a trabajar los empleados. Al final todo se tiene que confiar, un poco a la providencia, a la mano de Dios, no puede ser de otra manera. Miremos nuestras manos y nuestras vidas la humanidad, nuestra familia, nuestra vida es la siembra de lo que hemos hecho y en ello está la mano de Dios. Somos responsables de recoger la cosecha, de vivir nuestra vida en fraternidad, en amor, en comprensión y en justicia. El fruto que Dios quiere es la vida del hombre, es nuestra vida, no somos dueños de ella, es un regalo que nos ha dado y que nos pide que cuidemos de él con amor, que lo hagamos crecer en libertad y fraternidad. Para que todas las mañanas sepamos agradecer por la oportunidad de ver un nuevo día, comprometernos a que vamos a seguir trabajando en una buena siembra que sea el bien de los seres humanos, para hacer un mundo más justo, más humano, más fraterno, no olvidemos la vida cambia en un segundo para muestras ya las tenemos, no lo olvides LA SALVACIÓN ES PERSONAL, saludos.

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