Por Lucía Lizárraga Castro. Corresponsal
Capilla de Milpillas, Jal., 4
Mar .- Con casi cuatro décadas
recolectando desperdicios en
vidrio, barro, metal, cerámica,
piedras y diferentes artículos,
Miguel Ángel Cortés Martínez
tiene abierta al público una
impresionante Casa Museo del
Reciclaje.
Lo interesante es cómo este
médico de profesión desarrolló
su creatividad para no sólo
construir cada espacio con
objetos rotos y tirados muchas
veces a la
basura, sino
que tuvieran
un significado
de acuerdo a
los rituales y
enseñanzas
de nuestra
cultura
prehispánica.
los desperdicios se ha dado a la
tarea de construir réplicas de culturas prehispánicas del país,
con el fin de consideran lo que dejaron nuestros ancestros y
continuar su sabiduría al tomar en cuenta al sol, a la luna y a la
naturaleza, sobre todo ser respetuosos con el medio ambiente.
Indicó que aplica la sabiduría ancestral de “contemplar
el universo, vivir en armonía con los hermanos agua, árbol
y pájaro, es lo que trato de enseñar a los que nos visitan,
que sepan que recibimos mucho, que no es una herencia de
nuestros abuelos sino un préstamo de nuestros hijos este
mundo, entonces lo tenemos que regresar mejor”.
Para dar inicio con este sueño, recordó que instaló su casa
en una planicie de un cerro para aprovechar la energía del
sol. “Es maravilloso que sea unas de las casas que primero
reciba el sol y la última que lo despide porque estamos en una
montaña”.
Cortés Martínez comentó que tan sólo con estar en una
montaña se trata de un lugar que inspire a la reflexión, a estar
dentro de ti y a meditar. “Dominas todo el panorama, hay mucha
paz y tranquilidad, la orientación de la casa es del sur hacia el
norte, y es para tener una recarga de energía”.
Refirió que nuestros abuelos, cuando llegaban a los
mesones, después de que
entregaban las asnos, mulas
o animales de carga, pedían al
universo permiso para mover el
catre de acuerdo al movimiento
de la tierra, de tal manera que la
cabecera quedara al norte para
estar más sanos.
Es así como con una casa
museo muestra cómo es posible
reutilizar el desperdicio en
obras creativas y con mucho
significado para estar más sanos
espiritualmente hablando.
“Yo provengo de la sierra
de Oaxaca, de un lugar que
se llama Puerto Escondido, en
San Pedro Mixtepec, y allá mis
hermanos zapotecas son muy
creativos; para ellos, la naturaleza es elemental, piden permiso
para cortar el fruto de un árbol, para bañarse en un río o en el
mar”.
Consideró que al tener muchas características de su familia
materna decidió dar como plus a los visitantes a la Casa Museo
del Reciclaje, costumbres de su tierra como el baño a vapor en
temazcal, curación con plantas y sobre todo, difundir el respeto
por la naturaleza y la fauna.
Cortés Martínez ofrece de manera gratuita talleres
sobre reciclaje y cultura del agua, así como sobre una sana
convivencia y trabajo en equipo a niños de educación básica,
incluso a universitarios, a quienes siempre dice: “Cuando
quieran escuchar el canto de los pájaros no compren una jaula
sino plante un árbol”.
Destacó que los niños son muy creativos e inteligentes
y siempre captan los mensajes, por ello trata de enseñarles
cómo cuidar y respetar la naturaleza, cómo reutilizar elementos
que la gente considera desechos, además para que también
sean buenos compañeros con sus amigos de escuela.
“Al niño, a través de ciertas dinámicas, se le puede despertar
el interés de trabajar en equipo, ser solidario y respetar a sus
compañeros, nos ha dado resultado, las escuelas mandan
alumnos como premio a sus calificaciones y el ayuntamiento
presta el camión”, refirió.
Añadió que la idea es que los visitantes tengan un contacto
con la madre tierra y consigo mismo, a través de un gratificante
baño de vapor que es herencia de nuestros ancestros; en tanto
que los niños, aprendan en los talleres a reciclar, a trabajar
en equipo, a ser incluyentes, así como ser mejores alumnos e
hijos en el hogar
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