Francisco Javier Contreras
Hay una historia popular de un hombre
que recuerda su infancia y dice que mientras
no fue a la escuela, no se dio cuenta que sus
zapatos estaban rotos; y sí, él fue feliz mientras
no tuvo con quién compararse pues ni siquiera
había escuchado las palabras, rico y pobre. Así
les pasa a las personas y así les pasa a las
naciones.
Nosotros creemos que somos, lo que
creamos que somos, dependiendo de con
quien nos comparemos; si no nos comparamos
con nadie, somos lo que nos queramos imaginar,
independientemente de cuánta verdad haya en
ello; pero una vez que nos comparamos con
alguien, empezamos a creer que somos algo
muy diferente; así, si nos comparamos con
alguien que tiene más dinero que nosotros, a
partir de ahí nos sentiremos pobres; si nos comparamos con
alguien que tiene menos dinero que nosotros, a partir de ahí
no sentiremos ricos; todo depende de con qué o con quién
nos comparemos.
¿Y con quién nos comparamos?
Como nación mexicana, siempre nos estamos
comparando con Estados Unidos. Si vemos las carreteras
de ellos y las nuestras, inmediatamente pensamos que somos
pobres, y luego nos da coraje nuestra pobreza y buscamos
a un culpable de ella; e invariablemente acabamos culpando
al “gobierno”. (Cualquiera que sea nuestro concepto de él
e independientemente de que tan bien o mal informados
estemos al respecto.) Casi nunca nos comparamos con
Guatemala o con cualquier otro país de Latinoamérica;
siempre con Estados Unidos. Pero la mayoría de las personas,
no han investigado la historia de estos países, ni saben cómo
unos llegaron a tener un gran desarrollo económico y cómo
otros siguen siendo subdesarrollados. Y eso es lo curioso,
que no sepamos la historia de cómo lo lograron, pero si nos
incomode no estar como queremos estar y la solución más
simple sea buscar un culpable y echarle la culpa a ese, a la
primera oportunidad. Algo así como y no le movamos más
al asunto.
Quizá sea bueno considerar que desde que se fundó
el país que llamamos Estados Unidos, siempre ha sido
un lugar al que han ido a refugiarse una gran cantidad de
inventores y empresarios que en sus respectivos países no
tenían espacio para progresar. Este país fue durante toda
su existencia el refugio para todos los que pensaban más
que los demás y que en sus países no eran bien vistos y no
podían desarrollar su potencial. La mayoría de ellos llegaron
buscando oportunidades que en sus países no había, y allá las
encontraron. Y así sucedió, que en esa región se concentró
la mayor cantidad inventores, pensadores, empresarios,
visionarios; todo el que quería innovar y crear un mundo
mejor, tenía que ir a Estados Unidos. Así, se creó el país más
diversificado de todos: ahí hay gente de todos los países del
mundo, se hablan todos los idiomas del mundo y es un crisol
donde se reúne todo lo mejor y todo lo peor del mundo.
Esto dio como resultado que es el país que tiene el
mayor número de inventos e inventores, el mayor número de
artistas, el mayor número de pensadores, el mayor número
de empresarios, Y desde luego, fue donde se consolidó la
democracia moderna, que en otros países sólo existía
como concepto en las mentes de los pensadores. Fue el
primer país que abandonó por completo el sueño de ser
gobernados por un rey. Fue la primera república moderna
funcional. Ahí existió la primera constitución política, la
primera división de poderes en el gobierno; las primeras
instituciones democráticas: Y todos los demás países los
han imitado. Antes de que estados unidos fuera la primera
potencia mundial, lo fue Inglaterra. A Inglaterra se le ha
llamado: “la más civilizada de las naciones” por ser la que
tenía las instituciones políticas y sociales más estables; fue la
cuna de la revolución industrial, científica y cultural del mundo
moderno, seguido muy de cerca por Francia y Alemania. Pero
todos los avances de esas tres naciones más desarrolladas
y de otras que tuvieron desarrollo en menor cuantía, se
consolidaron en Estados Unidos.
Esto dio como resultado que todas las naciones
jóvenes trataran de imitar a Estados Unidos, hasta en el
nombre: así, nuestro país no se llama México, sino Estados
Unidos Mexicanos… una gran cantidad de países así lo han
hecho; nuestra constitución es idéntica, en su espíritu, a la
de los Estados Unidos, nuestra forma de gobernar
también.
Hasta los años setentas, la mitad de todos los autos
del mundo, estaban en Estados Unidos; hasta los ochentas,
el 90% de todo el cine que se producían en el mundo, se
producían Hollywood.
El 1 de enero de 1994, cuando se inició el Tratado de
Libre Comercio, con Estados Unidos y Canadá, la economía
de México representaba el 4% de la economía de Estados
Unidos. Esto se puede decir también, que la economía de
Estados Unidos, era 25 veces mayor que la de México.
Esto también se puede decir de la siguiente manera: cuando
nosotros producíamos $1, ellos producían $25; cuando
nosotros podíamos hacer 1 km de carreteras, ellos podían
hacer 25; O también, qué por cada empresa o fábrica que
tenemos, ellos tienen 25; o también que por cada empleo
que generamos, ellos generaban 25; desde esta óptica,
siempre que intentamos compararnos con ellos, nos vemos
muy mal parados, y la primera conclusión de la gente mal
informada es pensar que esto es culpa del gobierno, y exigirle
al gobierno que haga algo… como si la ciencia y el desarrollo
se pudieran lograr por decreto oficial. Actualmente nuestra
economía ha crecido de tal forma que la economía de USA
sólo es 16.8 veces mayor que la de México. Aún es mucho,
pero tenemos que tomar en cuenta que la economía de USA
es mayor que la de toda Europa junta. Sólo la economía de
China se empareja con la de ese país.
La relación de riqueza entre Estados Unidos y
México a pasado a ser de uno a 25 en 1994, a uno a 16.8,
en la actualidad. Es decir, en 24 años, hemos reducido la
diferencia con estados unidos en un alto porcentaje. (Esto
es lo que tanto le molesta al payaso que gobierna a aquel
país) Con los datos de otros países diremos que cuando
nosotros producimos un dólar, Canadá produce 1.4, Rusia
1.1, Inglaterra 2.3 y Francia 2.2 Si en vez de compararnos
con USA, nos comparamos con Rusia, veremos que cuando
nosotros producimos un dólar, ellos producen un dólar y diez
centavos, y eso que tienen el mayor territorio del mundo, la
mayor cantidad de bosques, de petróleo, de gas y de minas.
Si nos comparamos con Canadá, veremos que cuando
México produce un dólar, ellos producen un dólar y cuarenta
centavos. Es poca la diferencia! Y más si tomamos en cuenta
que su territorio y recursos son los 2º mayor del mundo;
desde esa óptica, no lo estamos haciendo tan mal.
En el mundo hay entre 195 y 200 países, dependiendo
de a qué le llamemos país. Si hacemos una lista de ellos,
de acuerdo con su producción de riqueza, ¿sabemos en qué
lugar quedaría ubicado México? Aclarando que el nivel de
riqueza de un país se modifica todos los días, de acuerdo
con que suban o bajen las bolsas de valores, suban o bajen
de precio las mercancías o haya más o menos conflictos
mundiales; México está ubicado en los lugares 15, 14, o hasta
en el octavo Lugar. Sí, nuestro país, en algún momento, ha
sido la octava economía mundial… aunque usted… no lo
sepa… de cualquier forma que se mida, últimamente hemos
estado entre los primeros 20 y en estas fechas somos la
economía numero 15 del mundo. Por eso, México forma parte
del grupo de los 20, y en algún momento nuestro país ha sido
presidente de esa agrupación de las mayores economías del
mundo, y ellos han sesionado aquí en nuestro país.
Pero luego vienen voces malintencionadas, qué
saben que la única forma de destruir a México es hablando
mal de él y hacernos creer que somos mucho menos capaces
de lo que somos, y dirigiéndose a los mal informados les
llenan la cabeza de basura diciéndoles que estamos muy mal,
que somos un país pobre, que estamos llenos de políticos
corruptos, y que no hacemos nada bien. Una verdad cuando
se dice mal dicha, o a medias, es peor de falsa que una
mentira. En todos los países del mundo hay corrupción, en
diferentes niveles y medidas; y sin discutir que aquí también
tenemos, nos ponen de ejemplo un político corrupto, y luego
nos dicen que todos son así (y siempre hay algún tonto que
se la cree); o toman la foto de un barrio pobre de cualquier
ciudad, y luego nos dicen que eso es el estándar general en
todo el país (y siempre hay algún tonto que se la cree)…
En Latinoamérica, México y Brasil son los más ricos,
si bien, Brasil tiene un territorio cuatro veces mayor que
el de México, es decir, con una cuarta parte de recursos
producimos casi lo mismo que ellos. Y es importante destacar
que la economía mexicana es el doble que la argentina y
el triple que la peruana, la colombiana o la de Venezuela.
Desde esta lógica podemos asegurar que México es
número uno de Latinoamérica y por eso hay mucho interés
en desestabilizarnos socialmente para que se estanque la
economía y podernos dominar.
Pero en el ambiente se ha sembrado un aire de
hostilidad a “los políticos” y a los ricos y a los empresarios,
como si fueran todos malos, como si no fueran el motor de
la economía, como si no generaran una gran cantidad de
empleos, como si pudiéramos estar mejor sin ellos. Gandhi
decía que los empresarios son la gallina de los huevos
de oro, y de seguro que estaríamos mejor con un número
mayor de mexicanos emprendedores, pues cada persona
que emprende un negocio, por pequeño que este sea, se
da empleo a sí mismo y a otras personas; sin embargo, el
que no es capaz de emprender ningún trabajo por su cuenta,
necesita de un emprendedor que lo emplee y que le solucione
el problema de conseguir el pan de cada día para él y su
familia.
Deberíamos intentar autoemplearnos y pensar bien
de los que son motores de la economía. Dejar de verlos como
enemigos y dejar atrás la basura que venimos arrastrando de
creer que cada empresa exitosa, lo es porque es corrupta,
o porque explota al trabajador. Deberíamos sentirnos
orgullosos de cualquier mexicano que sobresale en el ámbito
económico nacional o internacional. Dejar la envidia a un lado
y alegrarnos por los que son capaces de hacer un buen papel
en México o en otros países; pues cuando ellos ganan, todos
salimos ganando de una u otra forma.
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