El motivo era gran cosa, saber que el patriarca de
los Llamas Gutiérrez, don Rosendo Llamas Aviña, sería
condecorado con el reconocimiento más alto que el pueblo
y gobierno de Tepatitlán de Morelos le pueden dar a uno de
sus hijos ilustres: La Presea al Mérito “30 de Abril”.
El vestíbulo de la Casa de la Cultura “Dr. J. Jesús
González Martín” presenció el encuentro de hijos, nueras
y yernos, nietos y bisnietos de don Rosendo, el músico,
intérprete y compositor de Tepatitlán, que a sus casi 100
años de vida, recibiría un reconocimiento más a su larga
trayectoria musical.
El Auditorio del recinto cultural fue la sede para que
los ediles locales celebraran la Sesión Solemne de
Ayuntamiento, donde autoridades y ciudadanos invitados
realizaran honores a la bandera nacional y acto seguido
se dispusiera del protocolo para colgar del cuello de don
Rosendo la medalla conmemorativa que lo galardonaba por
su legado musical y también por su faceta de fi lántropo.
El Dr. Hugo Bravo, Presidente Municipal de Tepatitlán,
fue el encargado de colocar la medalla y entregar la
placa alusiva que da fe de la valía de este hombre y su
esfuerzo por hacer de la música una escuela y un estilo
de vida en Tepatitlán, pues varios de sus alumnos, al igual
que el maestro Llamas y su esclarecido hermano Manuel,
conformaron agrupaciones y coros para conocer, conservar
y promover la buena música en la ciudad, trabajo que les permitió llevar su talento más allá de nuestras fronteras.
En la proyección de un vídeo con la reseña de la vida
y obra de Llamas Aviña, se dio cuenta de su familia, su
esposa e hijos fallecidos, de las agrupaciones que creó
como la orquesta “La Típica” y “Los Amigos de la Buena
Música, la “Orquesta Jazz Melody” y también de su faceta
como Caballero de Colón en Tepatitlán, donde llegó a ser
nombrado Gran Caballero y su misión fue compartir con las
familias desamparadas lo que la agrupación les conseguía
para subsistir.
La ceremonia coincidió con el Día del Niño, sería por
eso o por sus casi 100 años que don Rosendo tomaba
la medalla con la diestra un tanto temblorosa, la miraba,
la acariciaba, sonreía y veía a su alrededor diciendo “Me
la gané, me gané mi medalla”, esbozando una amplia
sonrisa, incluso con algunas lágrimas en los ojos. Era tal
el gesto inocente de aquel hombre que era imposible no
emocionarse al ver cómo disfrutaba del galardón; Llamas
Aviña saludaba a los que se le acercaban y aún sin saber
de quién se tratara, se dejaba tomar fotos y agradecía las
muestras de cariño.
Emotivo resultó un intermedio que fue dedicado a
nuestro personaje ¿Y de qué otra manera podría ser sino
con música? Por su supuesto que tendría que ser del
mismo linaje para resaltar el homenaje, pues fue Rosendo,
el sexto de sus doce hijos, quien haciendo gala del talento
familiar interpretó dos piezas musicales haciendo vibrar las
cuerdas de la guitarra, demostrando habilidad y calidad que
habla de años de práctica y perfección.
La Sesión Solemne concluyó y dio paso a la foto
oficial de las autoridades municipales y de los familiares
que acudieron a esta gran cita con la vida y obra de don
Rosendo Llamas Aviña.
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