sábado, junio 09, 2018

Todo es cuestión de actitud

Vaya, estará de acuerdo que la actitud dice mucho de nosotros, ¿cierto? Todo el mundo transmite y percibe sensaciones, pero va a creer usted que la mayor parte del tiempo las personas llevamos una actitud de aflicción, esta genera estrés desanimo, aburrimiento, etc., Todos están con esas actitudes inflexibles, en lo personal me entusiasma más conocer a una persona que tiene una actitud alegre, el problema es que estamos rodeados de serios, correctos y profesionales, de aquellos que convierten los gritos en su único lenguaje, ellos transmiten una sensación de rigidez, y desagrado que en mi caso no me daría la vitalidad que yo necesito que me transmitan, claro y estoy consciente de que hay días en que es posible que estemos peor que México en un mundial pero la clave es que sean más cosas malas las que pasamos desapercibidas para mantenerse muy arriba del pozo y no caer así en una tristeza adictiva. La alegría uno la consigue por medio de las actitudes. 
Hablando dé, conocí una señora muy singular que a los 45 años aproximadamente le surgió una pequeña anomalía en su pecho izquierdo, con los días fue incrementado hasta el grado de no poder bajar el brazo por el malestar que esta causaba, decidió entonces acudir con un doctor. Ojalá estuviésemos preparados para las malas noticias, ese día esta señora alegre recibió un latigazo de la vida acababa de ser diagnosticada con cáncer de mama. Su esposo acompañante de aventuras y desgracias, se quedó petrificado ante tal noticia posteriormente miró a su mujer y ella lo miraba a él con mil preguntas, atónita por la noticia le pregunta a su esposo: -Viejo, ¿Me voy a morir? A lo que él responde, -¡Claro que te vas a morir! Todos nos vamos a morir. Bueno, transcurrió el tiempo y se sometió a sus quimioterapias y demás tratamientos, perdió su ceno izquierdo, su cabello, cejas, pestañas… venció el cáncer, al poco tiempo regresó a los huesos, otro de los tantos latigazos que le esperaban, le vio un poco negras esta vez pero bien dijo “me moriré de lo que sea menos de cáncer” Pues encantada de la vida lo venció tres veces, su vida cambió radicalmente pues ya pasaba más tiempo con el doctor que en casa, pero he de jurarle que siempre la vi con una sonrisa y unos cuantos chistes puestos en su boca, podía irle tan mal como que no recordara quién es, pero transmitía tanta alegría que olvidabas por completo que estaba sufriendo por la crueldad de las enfermedades. 
Usted no me va a dejar mentir, sabemos que muchas veces en la vida nos postramos en situaciones severas y desconcertantes, pero la diferencia es que aquellas personas que tienen ganas de superar las adversidades adquieren una sonrisa que saben dominar y mantener, y la contagian. Una sonrisa así tiene un poder abominable. 
 Y usted y yo quejándonos de tanto cuando lo tenemos todo, la actitud hace la diferencia. ¿No cree?

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