sábado, octubre 06, 2018

¿Sonrisa o una especie de mueca?

Por Blanca De la Torre

Qué van a saber de la buena vida las mentes estrechas, si yo le contara con cuántas personas me he encontrado que exigen un carácter rígido y lleno de formalidad, tendría un lista numerosa, personas insatisfechas consigo mismas. En lo personal no me apetece dejar de lado el carisma que porto cuanto estoy haciendo mi trabajo. La única sonrisa que veo por parte esas personas es una especie de movimiento rígido en los labios que casi… casi forman una curva, pero es una falsa sonrisa ni siquiera se les achinan los ojos como debe ser, ni rastros tienen de marcas de felicidad (las mentadas patas de gallo) cargan en los ojos una apatía desprovista y desganada, siempre rectos y firmes. En esta ocasión haré hincapié en lo laboral, normalmente en el área en la que estoy tengo que estar tratando la mayor parte del día con clientes, personas de todo tipo están aquellos tímidos, serios y risueños, bueno usted ya comprenderá. Hace unos días entonces en el transcurso del día llegó un señor aproximadamente de 55 años, no me dejará mentir pero las personas traen consigo una vibra que los acompaña y unos ojos que delatan si vienen alegres, nostálgicos o apáticos, pues a lo que me percaté era un señor amable y carismático, entonces mientras lo atendía él mismo bromeaba entre pláticas sobre la construcción de su casa y los materiales desperdiciados por no haber encontrado entonces el indicado, a lo que a mí respecta le contesté del mismo modo, unas cuantas risas pues, se despidió y se fue contento a su morada, cuando se fue mis compañeros de oficina rápido me hicieron ciertos comentarios como “No debes hablarle así a los clientes”, “No puedes porque no sabes cómo son y si tomarán a bien que bromees” entre otros más parecidos, pues yo no entendí cómo es que podían estar opinando con toda la semejante ignorancia y desfachatez, no sé de muchas cosas por supuesto, pero sí sé de respeto, educación y cómo tratar a las personas, de ponerme en los zapatos del otro y tratar de entenderlo, porque yo también soy cliente de algún negocio y sólo ahí entiendes con total claridad el trato que se quiere que te den, con empatía . Todavía me sorprende, pues en su mome n t o llegué a creer que estaba mal mi posición pero durante el día pensé y curiosamente me tocó leer por ahí una frase de Vincent Van Gogh “Es mejor tener mucho espíritu, aunque se cometa un mayor número de errores, que una mente estrecha y prudente para todo”. Tengo 3 años en mi puesto y ampliamente puedo decir que el trato caluroso, honesto y amable me ha traído mucho pues realmente conoces a las personas que entran al negocio, son ese tipo de personas que se alegran porque te va bien y les da gusto que los puedas atender con ese trato. Va a entender usted muy bien mi punto, a nadie nos gusta llegar a un negocio donde siente uno tanta formalidad, normalmente las personas llenas de pensamientos negativos no tienen la amabilidad y el carisma de regalar una sonrisa y si lo hacen no se siente más que una mueca por obligación, si usted lector maneja un negocio piense dos veces en la diferencia de un trato rígido y uno empático, ¿A usted cuál le gustaría más?

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