domingo, febrero 10, 2019

¿DE VERDAD SON AMIGOS?

Dícese que en una batalla militar, el general envía a un soldado a la loma de un cerro a otear el panorama e investigar la situación respecto del enemigo para poder determinar su estrategia. 
El soldado sale a cumplir su misión tomando toda clase de precauciones para no ser sorprendido y luego de un buen rato regresa a su campamento y se reporta de inmediato son su superior. 
.- General, reportando el resultado de la expedición a la que me mandó; del otro lado del cerro se divisan mil cinco personas que se dirigen hacia acá y vienen armados. 
.- ¡Caramba, soldado! Y ¿ cómo sabe que son mil cinco? 
.- Porque vienen cinco tipos al frente y como mil pelaos atrás de ellos. 
.- Pero; ¿Son amigos? 
.-Pos yo creo que sí; vienen juntos… Amistad…., qué bonita palabra; y qué bonito sentimiento. No cabe duda que después de la familia no hay nada mejor que la amistad. 
Es padrísimo llegar a cualquier lugar y encontrar un amigo con una sonrisa, con un ofrecimiento de algo que nos pueda agradar, con un abrazo y con sinceros buenos deseos. La amistad está basada definitivamente en la confianza. 
Deriva de la necesidad imperiosa del ser humano de la convivencia y el intercambio de experiencias y opiniones, en una costumbre para ser mejor y estar mejor. Desafortunadamente hay personas que en nombre de la amistad cometen muchos abusos, fraudes, robos, humillaciones y otras actitudes difíciles de describir, pero que causan daño, precisamente porque existe la confianza y se es muy vulnerable ante personas de pocos escrúpulos. No necesariamente hay intereses materiales o económicos para causar daño en nombre de una supuesta amistad. 
Puede haber intereses de aprender algo de alguien y se promete el oro y el moro para que alguien comparta sus conocimientos y experiencias; Pero una vez que algo se ha aprendido, te dan una patada en el silabario y hasta te agreden verbal y físicamente. ¡Somos amigos!. ¿Qué digo amigos?. ¡Hermanos! Estas palabras se escuchan con más frecuencia de la conveniente, especialmente cuando en algún centro de ¡Salud! O centros de conbebencia, conocemos a algún compañero ocasional, pero al influjo de las bebidas espirituosas, la necesidad de afecto, hace que al vecino del banquito de al lado, se le mire de verdad como un posible amigo. Alguna amistad sincera ha nacido de esta situación, aunque la mayoría de las veces ni siquiera volvemos a ver al susodicho interlocutor. Hay muchas clases de “amigos”, desde los compañeros de escuela, de trabajo, de equipo de futbol u otras circunstancias. La verdad hay un afecto razonable más por compañerismo que por verdadera amistad. 
La verdadera amistad es valiosísima y por fortuna hay en esta vida, verdaderos amigos. No esos que cuando se acaba el dinero se acaba la amistad. Hay verdaderos amigos que en realidad se preocupan cuando un amigo tiene una pena o necesidad y busca por todos los medios a su alcance hacer algo por remediar las dificultades de su AMIGO. Amistad requiere sacrificio, afecto, disposición, humildad, convivencia; compartir los buenos y malos momentos. 
Es verdaderamente hacer el bien sin esperar algo a cambio. La recompensa de una buena acción para un amigo, es la satisfacción pura de haber servido a quien se estima. En días pasados a nuestro compañero Lic. Héctor Padilla Rábago, integrante del consejo editorial de este Diario de los Altos, se averió su automóvil y se vió en la imperiosa necesidad de trasladar para su atención a un familiar enfermo y solicitó a un compañero y amigo un vehículo para poder auxiliar a su familiar. 
De inmediato y sin pensarlo, el AMIGO le proporcionó las llaves del auto y pudo atender satisfactoriamente al integrante de su familia. ¡Qué padre que haya aún amigos así!. No cualquiera suelta con facilidad un vehículo automotor, pues eso supone varios riesgos. Eso es una muestra de amistad que supone sacrificio. Puede haber miles de formas de enriquecer una amistad y cada quien sabe como fomentar las amistades. 
Obviamente se debe ser cauto, pues no cualquier persona puede ser un buen amigo. Debe haber una dosis razonable de desconfianza antes de asegurar que se tienen muchos amigos. Ojalá todos tengamos muchos verdaderos amigos. 
Hay quien afirma categóricamente que todos tenemos muchos “conocidos”, pero pocos amigos. Vivamos con la esperanza de cosechar amistades teniendo presente que se cosecha lo que se siembra. Así es, mi buen amigo. 

Gonzalo “Chalo” de la Torre 
Chalo2008jalos@hotmail.com 
Jalostotitlán, Jal.  
3 de Diciembre de 2010



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