domingo, febrero 10, 2019

La Evaluación de las Políticas Públicas: Es conocida ya por doquier

“Dar ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás;
es la única manera.” Albert Einstein.
Profesor’Carlos’Salazar-Vargas
®!Todos!los!derecho!reservados!por!la!Ley
www.carlosalazarvargas.com


A simple vista, son tres (3) los grandes sectores dominan la industria de la evaluación y marcan muchas de sus reglas: (1) el sector de ayuda al desarrollo integrado prioritariamente por organismos internacionales (2) el sector de los Fondos Europeos donde se destaca la UE y (3) el de la evaluación interna de cada país, con infinidad de prácticas de cuerdo con sus propias culturas y particulares idiosincrasias Además de los dos grandes promotores internacionales en evaluación, el tercer bloque ofrece un abanico de experiencias nacionales que recorre un amplio abanico de posibilidades, desde la evaluación como monitoreo o seguimiento, la evaluación como herramienta de mejora al servicio de la gerencia pública “new public management”, hasta la evaluación democrática, encaminada a dotar de poder a la colectividad y de la cual se habla ya, en la mayoría de los países, pero indudablemente con mayor fuerza, en las Organizaciones Internacionales y en América latina, porque allí lo que está en juego no es sólo la modernización administrativa y la revitalización del sistema democrático, sino su reforzamiento. 
Cada una de estas organizaciones tiene puntos de vista muy distintos sobre el tipo de evaluación a utilizar en función de sus fines. Por eso es conveniente saber y conocer -al menos someramentesobre esta enorme variedad con la salvedad de no perder de vista que la evaluación, por profesional y excelente que sea, no es más que un mapa que se traza para explorar la realidad y que ninguna posición sobre el conocimiento -por más moderna que sea o pretenda ser- puede reclamar verdades absolutas. A su vez, desde el punto de vista político, convendría tener presente que por importante que sea su valor, la evaluación es sólo un instrumento más -entre muchos otros- cuya finalidad última, es la ayuda efectiva para la toma de decisiones públicas. 
Otra consideración importante es que la mayor parte de las experiencias evaluadoras están enfocadas a la evaluación de programas y mucho menos a las políticas públicas en cuanto a sus funciones superiores (tareas estratégicas de gobierno y no sólo gestoras y operativas), por lo que, existiendo infinidad de prácticas, son menos las que sirven como modelo respecto a la finalidad que persigue el más alto nivel de la acción de gobierno, que es precisamente, la evaluación de las políticas públicas. Tratar de marcar esta diferencia, que está reclamándose cada día más en evaluación, ha sido uno de los grande retos a los cuales se han venido enfrentando tanto expertos, como académicos y los muchos seguidores del campo de las Políticas Públicas. 
De acuerdo con lo anterior, es fácil concluir que es importante y prioritario proporcionar los fundamentos para que los ciudadanos todos comprendan y apoyen una cultura de evaluación y rendición de cuentas en las Administraciones Públicas y que ayuden a responder los retos y estrategias necesarias para su consolidación. Sin embargo, bien vale la pena recordar aquí, que un candidato aseguraba que más vale gramo de práctica que tonelada de teoría y el otro le respondía que la mejor práctica…es una buena teoría.

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