Una biografía es la historia de
una persona, es fácil escribirla, pero
es difícil hacerla interesante y mucho
más difícil todavía que sea completa;
algunos escritores dan los hechos
de la vida de una persona ¿dónde
nació?, ¿qué hizo? ¿Cuándo y
dónde murió? Pero son incapaces
de dar una idea de su personalidad
y de su grandeza, la pintura es real
y verdadera pero incompleta, otros
se deshacen en elogios de manera
de la persona sobre la que escriben,
resulta irreal por ser demasiado
buena, hay algunos en cambio que
escriben sobre los que detestan y
los llenan de críticas hostiles y se
deforman los hechos en contra de
lo que se escribe, estas biografías
pueden ser interesantes y hasta
de agradable lectura pero no son
verídicas.
Las siguientes letras son un
agradecimiento y un recuerdo
cariñoso al padre Don Félix Limón,
quien por muchos años ejerció su
ministerio en la Catedral Basílica él
nació el 2 de mayo de 1883 lo conocí
cuando yo era niño y asistía a la
doctrina, los sábados y domingos,
nos regalaban un boleto que
cambiábamos por diez centavos en
la fotografía de Don Enrique Enciso.
Al padre como maestro le teníamos
confianza y entrabamos a su casa
que era donde hoy es el museo de
la Virgen, su dormitorio era un cuarto
con una cama pequeña y una mesita
junto a su cabecera, todo lo demás lo
ocupaban anaqueles con cientos de
libros, en el zaguán y otras paredes
tenía varios cuadros enmarcados
con frases filosóficas de su autoría.
Fue de una gran calidad humana
y observador de la vida cotidiana;
como sacerdote de una sólida cultura, recorrió varios países del mundo, su
escritura es variada y extensa y merece más difusión; falleció a la edad de
103 años. Conocedor de la celebración en mayo del mes de María con su
don poético escribió a la Virgen de sus amores:
¡Pasó la tempestad. . .! ¡Vino la calma...!
Y el mes de los encantos inefables
Primoroso llegó, ¡Madre del alma!,
¡Trayéndonos recuerdos imborrables…!
¡Recuerdos imborrables, ¡Madre mía!,
De Santas y bellísimas historias…;
Allá, cuando en tu templo se reunía
¡Todo este pueblo a celebrar tus glorias!
Después …ya no pudimos continuar
¡Celebrando tus fiestas tan hermosas…!
Y tres años tuvimos que vagar
Por cerros y barrancas espantosas. . ..!
¡Y anduvimos errantes por tres años!,
Por tres años eternos, ¡Virgen Pura. . .!,
Encontrando doquiera desengaños
Y atravesando mares de amarguras. . .. ¡
Pero esos crueles males que aquejaban
Con rabioso furor, ¡Madre querida!,
Se acabaron, al fin, como se acaban
Todas las cosas de esta triste vida. .
Y hoy venimos de nuevo a bendecirte
Y a darte gracias, con amor profundo,
Y venimos también, para decirte,
Que a nadie amamos como a ti en el mundo.
Cúbrenos pues con tu bendito manto. . .,
¡Con ese manto azul, lleno de estrellas!;
Y haz que este pueblo que te quiere tanto,
Dichoso siga tus benditas huellas. . .. ¡
Para que juntos, en grandioso vuelo,
Todos vayamos de la dicha en pos. . .. ¡
Hasta que, al fin, nos veamos en el cielo,
Junto al trono purísimo de DIOS. . .. ¡
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