domingo, septiembre 08, 2019

“MI PUEBLO”

Mi pueblo es un mosaico de luces y cohetes, de flores y serpentinas de música y piropos de campanas y risas de cánticos y rezos. 
Mi pueblo es un estallido de dolor y alegría de lujuria pagana y de éxtasis divino. 
Mi pueblo siempre se despierta con el aroma y el vaho del pan recién cocido y la tibieza de la leche recién ordeñada. 
Mi pueblo es una nube de espejos hechos de luna y estrellas que permiten verse a los pájaros cantando himnos sagrados en ese mágico lenguaje que muy pocos entienden. 
Mi pueblo me despierta en ciertas mañanas frescas y húmedas. Entonces me salgo a recorrer sus calles y penetro por la mágica puerta de la bruma para salir en lo más alto de algún barrio y ver la majestuosidad de las torres del castillo de nuestra señora la virgen. 
Húmedas y erguidas se ven envueltas en un blanco y sutil blanco de niebla mañanero y se me figuran como grandes colosos, como gigantescos guardianes que estuvieran a la custodia de mi pueblo, siempre alertas y vigilantes ante cualquier peligro. 
Todo el entorno de mi pueblo es un hermoso cuadro pintado con la maestría de la naturaleza se ven diariamente escenas sorprendentes en los árboles, los pájaros y en las cercas los gallos cantan invitando a salir al solo con un hermoso himno al nuevo día. Ya amanece en mi pueblo, y aparecen los primeros rayos de luz virgen y tibia, y el sol naciente desparra
ma por todos lados matices de colores ocres y naranjas, y todo comienza a iluminarse con luz de vida vibrante y tempranera en mi pueblo todas las cosas son como las luces mañaneras doradas y etéreas, como cirros y nimbos de sutiles formas hechas por el viento caprichoso. ¡Oh! Que fresco es el aire matinal de mi pueblo húmedo y viejo, quieto y alegre, es por eso que es un placer caminar por sus callejuelas empedradas, que lo envuelven con el manto de sus mágicas leyendas y sus tradiciones asustonas y se escuchan salir de entre sus antiguas paredes de adobe las voces de su mítico pasado. Cuantas luces mañaneras me han cobijado en ese mí querido pueblo. 
Bueno ya es tiempo de marcharme, ya se está cerrando la rendija de las horas presentes, pasadas y futuras. 
Yo ya me voy por el sendero de la niebla; adiós. “Viajero” 
Soy caminante que vengo De lugares muy extraños 
He viajado por mil mundos 
A través de muchos años 
Y he construido jardines 
En toditos los confines decorados con estrellas 
Y miles de flores bellas como rosas y jazmines mis andares son eternos he volado y me he arrastrado en paraísos e infiernos las galaxias y universos me revelan sus secretos yo les ofrendo mis versos de cantares dolorosos o de amores indiscretos Soy señores un viajero Un humilde pasajero Que vino a conocer el mundo Y el misterio más profundo Que es el odio y el amor El placer y el dolor. 

Juan José Padilla Pérez “Bucho”

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